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R. Yosef Benchimol



Probando a Di-s

El Talmud (Taanit 9a) nos cuenta:

Rabí Yojanán se encontró con su sobrino, el hijo de Resh Lakish.

Rabí Yojanánle preguntó: "¿Qué versículo has estudiado hoy?".

"Aser teaser et kol tevuat zareja… – Diezmar habrás de diezmar toda la producción de tus granos…" - le contestó su sobrino. E inmediatamente le preguntó a su tío: "¿Qué significan las palabras 'Aser teaser' - 'diezmar habrás de diezmar'?".

Su tío le contestó: "Aser bishvil shetitasher - da el diezmo para que te enriquezcas” (Rabí Yojanán interpretó el versículo de una manera parecida a su lectura original.

Entonces su sobrino le preguntó: "¿De donde has aprendido esto?".

A lo que Rabí Yojanán respondió: "¡Ve y prueba!".

Entonces le preguntó su sobrino: “¿Acaso está permitido poner a prueba a Di-s? Está escrito (Devarim 6): ¡No prueben a Di-s!”.

Le dijo su tío: "Así dijo Rabí Hoshaiá: En cualquier cosa está prohibido probar a Di-s salvo en este tema, como está escrito (Malají 3): 'Traigan todo el diezmo al depósito (del Templo) para que haya comida en Mi Casa (para los Sacerdotes y los Levitas) y pruébenme ahora mediante esto - dijo Di-s - si Yo no abriré para ustedes los pórticos de los cielos y no les enviaré bendición ilimitada!'".

Esto nos enseña que a pesar de que tenemos prohibido cumplir cualquier mitzvá si nuestra intención es probar a Di-s, para ver si realmente nos recompensará por su cumplimiento, de todas formas respecto de la mitzvá del diezmo está permitido cumplirla incluso si nuestra intención es probar a Di-s.

Da el Diezmo para que te Enriquezcas

El Talmud (Ketubot 66b) nos cuenta una historia que tuvo lugar después de la destrucción del Templo de Jerusalem, relacionada con Rabí Yojanán ben Zakai y la hija de Nakdimón ben Gurión (quien antes de la destrucción había sido uno de los tres hombres más ricos de Jerusalem):

Una vez, Rabí Yojanán montaba sobre su burro saliendo de Jerusalem y sus alumnos iban detrás de él. Él vio una jovencita que recogía espigas de cebada de por debajo de los pies de los animales de los árabes.  Cuando ella lo vio a él, se envolvió en una espiga de cebada y se paró enfrente suyo.

Ella le dijo: "Rabí, dame algo de comer".

"Hija mía, ¿quién eres tú?" - él preguntó.

Ella le contestó: "Yo soy hija de Nakdimón Ben Gurión".

Él le preguntó: "Hija mía, ¿dónde se ha ido toda la fortuna de tu padre?".

Ella le respondió: "Rabí, ¿no hay un dicho en Jerusalem que dice: Quién quiera conservar su dinero que lo haga disminuir y que haga benevolencia con él? En mi casa no han hecho benevolencia como correspondía y por eso el dinero se terminó".

"Y el dinero de la casa de tu suegro, ¿dónde está?" - preguntó Rabí Yojanán.

Respondió la jovencita: "Por cuanto, que se mezclaron las dos fortunas, vino una y consumió a la otra".

Y ella agregó: "Rabí, ¿tú recuerdas cuando has firmado mi acta matrimonial?".

En ese mismo momento Rabí Yojanán les dijo a sus alumnos que él recordaba haber firmado el acta matrimonial de esta joven y la gran suma de dinero que fue ofrecida en ella por parte de su padre y su suegro.

Y Rabí Yojanán comenzó a llorar y exclamó: "¡Feliz es Israel!, Pues cuando cumplen la voluntad del Creador ningún pueblo ni nación pueden gobernar sobre ellos, pero cuando no cumplen la voluntad del Creador, Él los entrega en manos de un pueblo bajo, y no sólo en manos de un pueblo bajo, sino en manos de los animales de un pueblo bajo.

Después de esta conmovedora historia, el Talmud pregunta: ¿cómo puede ser que se diga que Nakdimón Ben Gurión no dio tzedaká, cuando nosotros sabemos que él realmente daba tzedaká?

Responde el Talmud dos respuestas posibles: o él daba mucha tzedaká pero lo hacía por su honor, o a pesar de que daba tzedaká, él no daba todo lo que podía dar.

Comenta Rabí Israel Meir Hacohen en su libro "Jafetz Jaim sobre la Torá", que de esta historia podemos entender por qué los Sabios interpretaron el versículo "Aser teaser… - Diezmar, habrás de diezmar…", como "Aser bishvil shetitasher - Da el diezmo para que te enriquezcas".


Por los Diezmos el Mundo fue Creado

El Midrash nos enseña:

Dijo Rav Huna en nombre de Rav Matna: Por el mérito de 3 cosas el mundo fue creado: por el mérito de la jalá (la mitzvá de separar una parte de la masa), por el mérito de los maaserot (los diezmos) y por el mérito de los bikurim (la mitzvá de traer al Templo las primicias de los frutos.

¿De dónde se aprende esto?  Está escrito en Bereshit (cuando habla de la creación del mundo): "Al comienzo (Bereshit) creó Di-s los cielos y la tierra", y el versículo se refiere a la jalá como "Reshit Arisotejem" (lo primero de vuestra masa. Respecto de los diezmos el versículo dice: "Reshit deganeja" (lo primero de tu producción), y respecto de las primicias dice: "Reshit admateja" (lo primero de tu tierra.

Este Midrash interpreta el versículo que dice: "Bereshit bará Elokim et hashamaim veet haaretz - Al comienzo creó Di-s los cielos y la tierra", como si dijera: "Por el 'comienzo' (reshit) creó Di-s los cielos y la tierra". Y por cuanto encontramos en las escrituras que hay tres cosas que son llamadas "el comienzo de algo", nos enseña Rav Huna en nombre de Rav Matna, que debemos entender como si el mundo hubiera sido creado para que el pueblo de Israel cumpla estas tres mitzvot, la jalá - el comienzo de la masa, los diezmos y las primicias - el comienzo de la producción del campo y los árboles.

¿Cuál es el motivo auténtico por el que a un judío se le prohíbe tener provecho de su riqueza antes de separar jalá, los diezmos y las primicias?

Estas tres mitzvot no son simplemente un impuesto que el judío debe paga antes de poder disfrutar de su riqueza, sino que la Torá nos viene a enseñar un punto básico en la vida del ser humano: la persona no es la dueña de sus posesiones sino que Di-s ha depositado en sus manos una cantidad determinada de posesiones y ahora él debe demostrar que sabe bien como administrarlas.