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R. Yosef Benchimol




Rosh Hashaná

En la tradición judía, Rosh Hashaná y Yom Kipur forman lo que se conoce como Yamim Noraím, Fiestas Austeras.  Se trata de un período en el que en un contexto de espiritualidad e introspección, realizamos un examen de conciencia por todos los actos realizados, pero también por todo lo que dejamos de hacer, marcando un tiempo para el arrepentimiento y la corrección.

Rosh Hashaná marca el comienzo del año judío y conmemora la fecha de creación del Mundo, aunque muchas fuentes señalan que conmemora más exactamente la creación del hombre en el sexto día de la Creación, simbolizando así que es el hombre quien marca el comienzo de la historia.

Así también es el ser judío, la conciencia del pertenecer al Pueblo de Israel por mucho tiempo callada, o cuando expresada en palabras racionales, frías y lógicas, abandona repentinamente el cerebro ubicándose en el corazón; deja las palabras y expresa su fe a través de ese grito mudo, de la lágrima incontenible, de querer ser otra vez lo que es, un judío completo.

El corazón judío desea la Teshuvá, envidia la kipá y el tzitzit.  Codicia el Shabat, el kasher y ansía la Tefilá.  Este sentimiento oprimido muchas veces por la vergüenza o el complejo de ser distinto, por los prejuicios e ideas preconcebidas diseminadas a través del odio, debe ser liberado.

¿Qué es exactamente lo que significa darle majestad a Di-s, para coronarlo?  Significa reconocer Su grandiosa presencia en nuestras vidas, y coronarlo con profundidad y entendimiento, y todo ello se traduce en acciones renovadas y cambiadas.  Es decir, significa hacer que la voluntad de Di-s sea nuestra voluntad.

Esto, de ninguna manera es una cosa fácil.  La ignorancia, la flojera, los deseos físicos y el egoísmo, constantemente nos obstaculizan para ver o actuar en lo que es mejor para nosotros.

Por lo tanto, Di-s nos bendijo con un día dedicado exclusivamente para este servicio: Rosh Hashaná.  Por supuesto sabemos que es un trabajo de todo el año, sin embargo, Rosh Hashaná es sólo el momento en donde la coronación de Di-s se enfatiza y según el entendimiento y las expectativas que tengamos en ese día, se nos darán las fuerzas para coronarlo en todas las actividades en que nos veamos involucrados durante todo el año.

Este día especial es el tiempo oportuno para que todos nosotros nos podamos unir y dirigirnos para dar a Di-s la única cosa que Él "necesita": nuestra alianza voluntaria a Su reinado.

El significado del sonido del cuerno (Shofar) en Año Nuevo (Rosh Hashaná) consiste en que en este día Di-s juzga la existencia como parte de un nuevo ciclo, es decir, un año nuevo.  Los tribunales de justicia trascendentales se disponen a juzgar a todo el universo según los procesos del juicio supremo.

Y el fiscal celestial está dispuesto a acusar según los delitos de los seres humanos.  El Creador nos ordenó que hagamos sonar el cuerno, el objetivo de esta actividad es atraer la conducción del mundo con misericordia y no con el rigor de la justicia, y confundir al fiscal.  Pues ciertamente ello constituye el concepto de medida por medida: puesto que él no reacciona contra nadie, así no reaccionan en su contra.

Y tenemos así que se le trata con misericordia; y ello mismo es parte del principio de la justicia.  Aunque no solamente tal acto será retribuido de esta manera, sino sobre todo acto que decrete la sabiduría suprema, que le sea retribuida así.

Y como parte de ello se encuentra este mandamiento de hacer sonar el cuerno, que fue mandado sobre Israel para que atraigan sobre ellos un trato de misericordia.  Y cuando lo realizan como es debido, ello será el provecho que sacarán de él.  Lo específico de tal observancia, o sea, el nexo entre el sonido del cuerno y la transmisión de la misericordia, depende de las raíces de la conducción del mundo y sus fundamentos.

Ahavat Israel -el amor incondicional a cada judío- es una mitzvá -precepto- de la Torá, tal como fuera escrito: “Y amarás a tu prójimo como a ti mismo".  Este mandamiento va mano a mano con aquel que estipula: "Amarás al Señor, tu Di-s, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas".  En principio puede resultar extraño que se nos ordene amar a alguien, ya que tratándose de un sentimiento, es algo imposible de desarrollar a causa de una mera ordenanza.  Cuando se habla de otros preceptos de la Torá, ya sea colocarse los Tefilín, vestir los Tzitzit, dar Caridad, etc., de momento que se trata de una acción, aún cuando se trate de una orden, es posible llevarla a cabo sin grandes dificultades.

¿Se nos puede ordenar que amemos a alguien, y con todo el corazón?  El verdadero significado de estos mandamientos que conciernen al sentimiento, como ser el amor incondicional hacia otro judío, o el amor al Creador, implica que debemos hacer un esfuerzo que nos lleve a desarrollar y cultivar un sentido de hermandad hacia otros integrantes de nuestro pueblo, y de amor hacia Di-s.

A ello hemos de arribar en el momento en que tomemos conciencia de las intrínsecas cualidades que lleva un judío, sin miras a situaciones circunstanciales, cuando hemos de ver todo lo noble de nuestro semejante.  Meditando en dicho espíritu, hemos de apreciar factores que pasan desapercibidos al poco y superfluo ojo humano.  Ello nos llevará a despertar un sentimiento de cercanía (amor) hacia nuestro hermano, incluyendo exitosamente el cumplimiento de la ordenanza Divina.  Que esta sensación de hermandad y afecto mutuo y real no se dispense con algunos esporádicos actos de caridad.  Que sea genuina y real.  En ese momento, Rosh Hashaná será Rosh Hashaná... Yom Kipur, será Yom Kipur...

En Rosh Hashaná es decretado para cada persona su sustento.  Es decir, cuales van a ser sus ingresos y sus salidas ya sea por medio de gastos, perjuicios, extravíos etc.

Si tiene suerte, lo que le fue fijado perder, va a darlo a los pobres, de manera que por medio de esta “perdida” va a ser privilegiado en cumplir con la Mitzvá de Tzedaká y, además, va a aumentar su capital como hemos mencionado en otros capítulos.

Y si no es privilegiado y no entendió que durante el año, hay que sacar parte del capital para Tzedaká va a tener perdidas no de buen gusto como por ejemplo impuestos inesperados etc., ya que lo que va gastar también se decreto, por lo tanto es mejor invertirlo en Tzedaká rápidamente antes que se ocupe ese dinero en otro lugar no deseado y con la ventaja que será a aumentado.

Este cuento que les voy a relatar de la Guemará refleja esta realidad anteriormente menciona.

Sucedió que Rabí Yojanán Ben Zacai en Rosh Hashaná le fue revelado por medio de un sueño que ese año que a los hijos de su hermana, sus sobrinos, iban a tener pérdidas o salidas por valor de 700 dinares.

De vez en cuando Rabí Yojanán Ben Zacai hablaba a sus sobrinos directamente al corazón persuadiéndolos en dar Tzedaká en ayudar a los necesitados etc.  Rabí Yojanán Ben Zacai fue recibiendo de sus sobrinos la Tzedaká que ellos creían dar hasta que llegó Rosh Hashaná y Rabí Yojanán hizo cuentas y vio que faltaban 17 dinares, del sueño que había vivido.

En víspera de Yom Kipur llegaron unos soldados del emperador y se llevaron a sus sobrinos  y Rabí Yojanán Ben Zacai los tranquilizó: No teman de una acusación difícil.

Solamente tienen que perder 17 dinares y luego los van a soltar.  Le preguntaron: ¿Cómo sabe esto?, y volvieron a preguntar: ¿Por qué no nos comentó lo de su sueño y así le hubiéramos dado los 17 dinares antes y hubiéramos tenido que sufrir con esta detención etc.?

Les contesto: “Quise que dieran Tzedaká según su corazón con el propósito sincero de cumplir con la mitzvá y no para liberarse del gobierno”.

Como pudimos aprender de esta historia, Rosh Hashaná es determinante para toda persona sobre cuanto va perder o sacar de su capital, por eso el que da para Tzedaká es como un ahorro sacado de lo que le fue fijado perder.

Explicó y enseñó Rabí Akivá: “El poder de la Tzedaká no es solo salvarse de situaciones peligrosas económicamente sino que incluso si es decretado desde su nacimiento que tiene que dejar este mundo en una fecha concreta, la Tzedaká tiene el poder de aumentarle muchos días y prolongarle los años de vida”.  Que así sea 120 años para todos.


Oración de la Parnasá

Sea Tu voluntad, Oh Grande, Potente y Temible Di-s, que se realice lo que Te pedimos por amor a Tu nombre y por la santidad de este salmo que leímos, y la santidad de sus versículos, palabras, letras, señales y secretos incluidos en él.

Y por amor del Nombre grande y santo... señalando en el versículo: “Y vaciaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías III, 10).

Y del versículo”: Lanza sobre nosotros la luz de Tu rostro, Oh Eterno” (Salmo 4), que nos inscribas en el libro de sustentos y de provisiones, este año y los años que siguen; a nosotros y a todos los miembros de nuestra casa; con hartura y conformación, y no con dificultades y penas; con serenidad, calma, bienestar y seguridad para que podamos servir en el oficio Santo con santidad y pureza, sin perturbación.

Que tengamos sustento sin humillación ni vergüenza; no nos hagas tener necesidad de donativos de nuestros semejantes, sino que esperamos recibir todo de Tu mano dadivosa y santa.  Proporciónanos buen suceso y progreso en todos nuestros estudios, así como en las obras de nuestras manos y nuestras ocupaciones; que nuestros hogares se llenen de bendición de D-os, para que nos alimentemos con abundancia y estemos siempre bien.

¡Que así sea Tu voluntad, Amen!.

Esta oración la recitamos las dos noches de Rosh Hashaná y la de Yom Kipur con el Arón Hacodesh abierto y antes de finalizar Arbit.