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Torá desde Jerusalem
Ética Bereshit

Domingo Lunes Martes
Miercoles Jueves Viernes

Domingo

Marguenita (Perla) de Rabí Meir.

El Santo, Bendito sea, dijo a Israel: "Nada te afecta, ni sufrimientos, ni reproches, ni advertencias, ni promesas, ni el exilio, ni larga vida, ni paciencia, ni un emisario, ni mando, ni maldiciones, ni edictos, ni consuelo, ni vergüenza, ni miedo, ni el temor al Mundo Venidero, ni el miedo a una rendición de cuentas, ni el miedo al decreto del Infierno, ni a Mi Nombre que por tu culpa ha sido profanado entre las naciones".

Y quien no tome en cuenta todo esto, perderá sus méritos evitando que le sucedan muchas cosas buenas, su vida se acortará, tendrá un mal nombre; sus acciones y sus pecados y los de sus padres recaerán sobre él. Su plegaria será rechazada en este mundo y en el venidero.

Todas sus acciones se publicarán y tendrá que dar cuenta de ellas. Todo lo que disfrutó llevado por su mal instinto se le convertirá en duelo. De ahora en adelante sus acciones serán juzgadas de manera no natural y con gran vergüenza y ángeles crueles. Por lo tanto dice: "Y ¿qué haréis en el día del juicio... y donde dejaréis vuestra gloria?" (Isaías 10:3).

Además, cuando una persona peca con su mirada, ésta se apaga. Si peca con sus orejas, escuchará su desgracia. Si transgrede con su boca, sus palabras no serán escuchadas. Si peca con un mal consejo, su sustento se disminuirá. Si peca en pensamiento, cambiará el brillo de su tez. Si lo hace con su lengua, le sobrevendrán sufrimientos. Si lo hace con su mano, su honor se disminuirá. Si peca con su corazón, morirá de preocupación. Si peca con su pie, sus años se acortarán. Si peca con su mal instinto, éste lo acusará. Si peca y hace que otros pequen, enterrará a su esposa y a sus hijos y a los hijos de éstos. Si peca por diversión, su sentencia está sellada.

El Omnipresente en Su compasión nos conceda el mérito del arrepentimiento y hacer regocijar a Él, que así sea Su voluntad.

Lunes

Marguenita (Perla) de Rabí Meír.

Qué placer siente un hombre, si al final dejará este mundo por el mundo venidero; la vida por la muerte; la luz por la oscuridad; de un sueño dulce a uno amargo y con preocupaciones; de la luz dulce a los gusanos; de dulces delicias al sabor del polvo, de un abrazo puro al de la tierra.

¡Cuántos ricos dejaron este mundo frustrados! ¡Cuántos sabios cayeron por su sabiduría! ¿Cuántas personas criaron hijos y no disfrutaron de ellos? ¿Cuántas personas hermosas cayeron por su belleza? ¿Cuántos viejos no conocieron el honor? ¿Cuántos jóvenes perdieron la vida durante sus nupcias?

¿Qué placer existe en ingerir un alimento prohibido? ¿Del gozo que lleva al hombre a muchas preocupaciones? ¿Del pensamiento que causa mucho sufrimiento? ¿Del vestir que produce mucho daño? ¿Del sueño dulce que produce una muerte no natural? ¿De un pecado que anula muchos méritos? ¿De reclamos que privan a muchos de su sustento?

¿Quién merece el mundo venidero? Aquel que se aleja del pecado, de los malos pensamientos, de la risa, de la calumnia, y de la fealdad y todo lo que se le parezca, quien cumple los preceptos y lo hace de verdad, se aparta del pecado, se cuida de calcular los beneficios de su oración y se confiesa ante el Santo, Bendito Sea, y se arrepiente.

Martes

Marguenita (Perla) de Rabí Meír.

Quien se junta con un perverso, se elimina de este mundo y del Venidero.

La persona que es amable con un malvado, enfurece al Señor y el mentiroso al final llorará.

Quien desvía a su compañero del buen camino, vivirá la mitad de su tiempo. Quien se burla de los Mandamientos no recibe misericordia del Cielo. Quien se burla del hombre pobre, al final él trabajará y otros gozarán el fruto de su labor. Quien calumnia para avergonzar a su compañero, su cuenta en el Cielo se abre ese mismo día.

No hay nada más severo que quien entra en conversaciones vanas.

Desdichada la persona que engaña al mundo. Desgraciado de aquel a quien le sonría la fortuna. Desgraciado aquel cuyo defensor se convierte en su acusador. Desgraciado aquel que le domina su mal instinto; desgraciado aquel cuya suerte (mazal) depende de él; desgraciada la persona que pierde el fruto de su trabajo.

Quiera el Señor en Su compasión salvarnos de todos los decretos duros y malos, tanto públicos como personales. Que nos libre del Instinto del Mal y de cualquier problema y que nos permita arrepentirnos totalmente. Amén. Así sea su voluntad.

Miércoles

Marguenita (Perla) de Rabí Meír.

Hay castigos Divinos que llegan inmediatamente, y hay otros que tardan cierto tiempo. Están los que llegan uno después de otro, y hay otros que vienen todos juntos. Hay unos que le sobrevienen al estar despierto y otros mientras duerme. Algunos son abrumadores, y otros son aceptables. Hay quien se percata de algunos de ellos y de otros no. Algunos llegan en la vejez y otros en la juventud. Unos son ocultos, mientras que otros son revelados. Algunos le llegan en su casa, mientras que a otros están fuera de la casa.

Cualquier problema, angustia, celo, asalto, y contratiempo disminuye el pecado. Algunas personas sirven al Todopoderoso por temor, para no verse privados de su sustento, otros lo sirven sin amor, otros sin vergüenza, otros con simpleza, otros para demostrar, otros en alegría y agradecimiento que se ha podido cumplir una mitzvá a través de ellos, otros mediante sufrimiento, como está dicho: "En sus problemas me buscarán" (Oseas 5:15), cada uno según su acciones.

Cuando una persona muere, el ángel responsable de juzgarlo se para a su lado y le dice: "Desdichado este cuerpo que sale del mundo, vacío de méritos y lleno de iniquidad". Mira sus pies y dice: "Desdichado estos pies que no andaron por caminos rectos; desdichadas estas manos que se ocuparon de falsedades; desgraciadas las entrañas que se beneficiaron del robo; desgraciados los ojos que no vieron la fidelidad; desgraciados los oídos que no escucharon reprimenda; desgraciada la boca que no se ocupó de la Torá; desgraciado el instinto que no se sometió a su Creador; desgraciado el corazón que no sirvió a su Creador, ya que en el futuro se le reprochará".

Le dicen: "Párate en juicio y reconoce tus actos. Debes saber de donde vienes, y ante quién tendrás que rendir cuentas". Si no es capaz de responder a estos cargos, ¿quién lo es? ¿Quién podrá sobrellevar tus pecados, que se propagan como el fuego y son como un cuchillo para tu garganta, como una flecha para el corazón y cadenas para tus piernas?

Como la oscuridad para los ojos, como la hiel para la boca, como una trampa para la pierna, como la sordera para los oídos, como un obstáculo para la fuerza, como tiempos malos en la vejez, como el sufrimiento para el cuerpo, como el corte para el cuerno de un animal, como la hiel para la muerte, como el pecado para el día del juicio. Están los que dejan el mundo a la mitad de sus días, y los que lo hacen a edad avanzada.

Quiera el Señor, El Guardián de Israel, librarnos de todo mal. Así sea Su voluntad.

Jueves

Sefer Ha'Yashar.

Corazón mío, corazón mío, ¿Sabes que fui creado únicamente para regresar al polvo? ¿Por qué no pensaste cuál sería tu final desde el día que naciste? ¿No sabes que todos tus días en la tierra son como una sombra pasajera y como la paja que vuela al viento, y como el humo de la chimenea?

Tus días están determinados y tu vida asignada, y todo lo que pasa sobre ti de día o de noche, disminuye por partes, las partes de tu vida; cada día te acercas más al sepulcro, cuando volarás sin tus miembros. ¿Por qué no has recordado que eres polvo? ¡Fuistes hecho de polvo! ¿En quién pusiste tu confianza, que te rebelaste contra HaShem? ¿Por qué te agitas, y no piensas en el día amargo, cuando tu consejo se perderá y tu sabiduría se pudrirá? ¿El día que tu lengua se pegue a tu paladar? ¿El día que seas llevado cargado sobre la espalda, y seas colocado en el fondo de la tierra y todas tus acciones serán contadas, y seas hecho polvo y el fuego que te quemará no se extinguirá? El día que veas que la cuenta está dispuesta, el libro abierto y las balanzas de la justicia y la copa de veneno, se encuentran en las manos del Eterno. Allí tu sedimento será aplastado y tu alma llorará de angustia. ¿Qué responderás a tus actos maliciosos?

Entonces verás el fruto de tus actos y recibirás tu recompensa. Si fueras a morir como una bestia y tuvieras que rendir cuentas, te sentirás feliz en tu muerte, pero tú vas a un lugar más amargo que la muerte, a un sitio oscuro, a un lugar de oscuridad y la sombra de la muerte, donde te envolverá el pavor; te cubrirás de vergüenza; tu vestimenta estará hecha de gusanos; se hará una capa en tu cuerpo, de azufre, para que no quede nada. ¿No es ese un día horrible y aterrador donde no existe la redención?

Un día de llanto amargo, con luto y gemidos, de temblores y llantos. Un día de holocausto y lamento, de amargo encomio. Cuando se fijará el duelo, velatorio tras velatorio. Se encenderá la ira del Señor, y Su celo y Su furia te consumirá como el fuego. Los deprimidos y doloridos se multiplicarán. Todos los hombres llorarán sobre sus espaldas. Perderán todos sus bienes. El alma partirá dejando al cuerpo como un recipiente lleno de vergüenza, arrojado como una piedra. Y tú, hijo de hombre, ¿a quién pedirás ayuda? ¿Quién te servirá de guarida? No dirás entonces: "Pobre de mí, ¿qué he hecho? ¿Por qué desprecié la palabra del Señor, y me encaminé en mi obstinación? ¿Con qué me cubriré? Pues estoy desnudo".

Júntense y avergüéncense de sus pecados. Agradeced a HaShem mientras tu alma aún se encuentre contigo, y antes que se apaguen sus estrellas. Arrepiéntete un día antes de tu muerte, lleva las riendas, no bajes la guardia, pues es tu vida.

Viernes

Marguenita (Perla) de Rabí Meír.

Afortunado es aquel que refleja en su rostro el temor del Omnipotente. Afortunado es aquel que se cuida de pecar. Afortunado es aquel que es humilde. Afortunado es aquel que es alabado por las multitudes. Afortunado es aquel que se considera insignificante. Afortunado es aquel que inclina su oído para escuchar palabras de Torá. Afortunado es aquel que escucha palabras de Torá diariamente.

La Torá del Eterno, que es perfecta, se para ante la persona cuando está estudiando y le dice: "Que el Eterno te acompañe, poderoso hombre de valor. Mira, he venido a enseñarte, y por lo tanto he llegado a conocerte, a buscar tu cara, y te he encontrado. Afortunado seas si me buscas. Afortunado seas si me tuvieses en tu corazón. Afortunado seas si me observaras. Afortunado seas si de Mí hablaras todos los días, y tus obras fuesen de Mí, ya que a través de Mí tus días serán muchos".

Apártate del pecado; apégate a la Torá; aléjate del poder y sé siempre sumiso. Llama siempre a tu Auxiliador, pues Él te calmará y te satisfará y te facilitará.

Recuerda que eres (procedes de) una gota pútrida (de semen) y que te espera la sepultura. Por lo tanto evita el descanso y sirve al Eterno con alegría, y Él será bondadoso contigo, ya que si te doblegas, Él será para ti un regalo y te dará abundancia. Si esto hicieres, Él brillará para ti como una estrella.

El Eterno te ha ordenado: Si sirvieres al Eterno con amor y afecto, afortunado serás en este mundo, y en el Mundo Venidero.

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