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Torá desde Jerusalem
Ética Noaj

Domingo Lunes Martes
Miercoles Jueves Viernes

Domingo

Séfer Totzaot Jaím.

Lo que debe considerar su corazón para que se arrepienta es: que se percate de los muchos tipos de daños que siendo un pecador se hace a sí mismo, a su alma y al mundo.

Primero, la mancha en su cuerpo, que es la imagen de la Carroza Celestial. En el Tikunim dice: "Desgraciado quien se rebaja por sus malas acciones, pues disminuye el séquito Divino". Cualquier parte del cuerpo que no sea digna de perfección reencarnará.

La Presencia Divina no se posa sobre ninguna alma manchada, como dice: "Nadie que esté manchado puede acercarse" (Levítico 21:21). ¡Es una mancha en su preciosa alma, extraída de las alturas y pecó, bajándola a sus pies! ¡Desgraciado el hijo de hombre cuya alma ha bajado a sus pies! Por su pecado también baja la Divina Presencia al nivel de sus pies y se acuesta. Y la Divina Presencia llora por él diciendo: "El Eterno me ha puesto en las manos de alguien contra quien no puedo levantarme" (Lamentaciones 1:14). La mancha que llega hasta la Presencia Divina, es como un "murmurador, que aparta a los buenos amigos" (Proverbios 16:28). Además, la Divina Presencia se encuentra con nosotros en el exilio y cuando pecamos, lo prolongamos. Más aún, enciende Su ira porque es el "hijo tonto, el dolor de su madre" (Proverbios 10:1), "quien peca contra la Presencia Divina es como si rasgara la Divina Presencia de Su vestimenta... Y quien quiera que cumpla un mandamiento de la Torá, es como si invistiera la Divina Presencia con Su vestimenta".

Y en el Ra'aya Meheimna dice: "Invalorable será la recompensa para quien se rinda ante la Presencia Divina. Y quien peque contra Ella, infinito será su castigo". Además, por sus errores, ha manchado su propia gloria, como dice: "... quienes pecan contra Mí, pues su gusano no morirá ..." (Isaías 66:24) y arranca la madre de sus hijos. Y algunas veces la mancha llega a toda la yud keiy vav keiy (letras del Nombre Divino), como está escrito: "No sea que se abran paso hacia el Señor" (Éxodo 19:21).

Quien infama los atributos del Eterno es como si rasgara la vestimenta del rey mismo.

Lunes

Séfer Totzaot Jaím.

La persona debe saber que cuando peca, mancha los días, y ese día es un ángel cruel que se levanta para acusarlo. Además, cuando una persona actúa constructivamente en sus días, su alma está revestida en los días que deja el mundo.

Si malgasta cualquiera de sus días, se le rebaja de su vestidura, y se para en vergüenza, envuelto como un enlutado, hasta que vuelva al bien, o sea, se arrepienta. Y dijeron: "Desgraciado de aquel que resta días arriba ... pobre de él, pobre de su alma, porque lo juzgarán en el infierno por esos días; días sobre días, dos por uno". Aprendemos de aquí que, puesto que lo castigan dos días por cada uno y más, conviene que el arrepentimiento, el estudio de la Torá y el cumplimiento de los mandamientos también se realicen dos por uno, correspondiendo a los días en que denigró. Los comentaristas también explicaron que durante las doce horas del día y similarmente durante la noche, giran doce permutaciones de yud keiy vav keiy (las cuatro letras del Nombre Sagrado del Altísimo) por hora.

Si alguien peca, Di-s nos libre, denigra esa permutación del Nombre Divino, rebelándose contra su Amo. Explicaron: "El trono Divino está dañado por los pecados de Israel".

La persona debe ser temerosa de dañarlo, ya que el dolor que produce llega a la Presencia Divina, que está revestida en el trono, haciendo que se retire de Ella cuando ésta es difamada. Además, todas las almas están representadas sobre el trono, como explicó Rabí Shimón bar Yojai en el Tikunim, con respecto al versículo: "Colócame como un sello" (Cantares 8:6). Cuando una persona lo profana, obscurece la raíz del alma que está representada sobre el trono.

Martes

Séfer Totzaot Jaím.

Toda persona debe saber que por sus malos actos crea una vestimenta sucia para su alma en el infierno, como se explica en el versículo: "Y Yehoshúa tenía puestas vestimentas sucias" (Zacarías 3:3). El Zóhar dice: "Yehoshúa era el Sumo Sacerdote, ¿qué está escrito sobre él? 'Y el Satán se paró a su lado derecho para acusarlo'. Si esto le sucedió a Yehoshúa, ¿cuánto más a cualquier otra persona?".

Uno también debe arrepentirse para que su alma no sea renegada cuando llegue arriba, después de salir del cuerpo. David rezaba lo siguiente: "Guarda mi alma" (Salmos 25:20), no la entregues en manos de acusadores.

¡Cuánto más de un individuo lleno de pecados; cuánto arrepentimiento y plegaria requiere! Y cuando una persona se imagina esto mientras admite (sus equivocaciones) que está en cuenta de que su alma asciende por los pasillos y antes de entrar rinde cuentas, y es echado, cuánto más correcto que esté angustiado y llore.

Y si una persona merece arrepentirse totalmente, de manera que muera por un beso Divino, está exento de todos los juicios de rendición de cuentas; afortunado él.

Miércoles

Séfer Totzaot Jaím.

La persona debe temer al pecado. "Pues ... siete ... son los ojos del Eterno; miran hacia adelante y hacia atrás ..." (Zacarías 4:10, sin embargo, aquí significa que el Eterno todo lo ve) y observa cualquier pecado. Todo se muestra en ellos, como dice la Escritura: "y he hecho lo que es malo ante Tus Ojos" (Salmos 51:6). Además, porque es una mancha entre los santos, no dirán ¿quién hizo que entrara esta lepra entre nosotros? Con seguridad debe ser castigado.

En particular, quien difama, causa que la mancha ascienda inmediatamente. Los dos ángeles que acompañan a la persona se alejan y se lamentan por él hasta que se arrepiente, como está dicho: "Yo voy a devolverle el consuelo a él y a aquellos (es decir, los ángeles) que se lamentan por él" (Isaías 57:18). Debe considerar en serio el arrepentimiento, para evitar el lamento de los ángeles. Y cuando peca, viene la Torá y señala la transgresión delante de él. Quien tiene tal marca, es maldecido y apartado de los huéspedes porque trae consigo el espíritu de la impureza.

Los Sabios, de bendita memoria, dijeron que para quitar dicha marca debe llorar y lavar su cara con esas lágrimas. Es bueno que frote las lágrimas en su frente porque es allí donde están escritos los pecados, como está escrito: "Haz una marca en las frentes de los hombres" (Ezequiel 9:4).

Cuando recita la confesión en orden alfabético: "Hemos pecado, hemos traicionado, hemos robado" debe hacerlo con la intención de purificar las veintidós letras que han sido manchadas por sus pecados y aceptar sobre sí el decreto del juicio para purificar los atributos. Este es el significado de "Tú has sido justo en todo lo que nos ha devenido ..." (Nehemías 9:33). Deberá estar consciente que puede ser que con su pecado, hizo al mundo medio meritorio y medio culpable, y que por sus pecados inclinó la balanza hacia el lado de la culpa. Cuánta pobre gente está llorando por esta razón.

El Tana Rabí Shimón bar Yojai, la paz sea con él, incluyó todos estos pecados en términos precisos: "quien transgrede los mandamientos de la Torá, perjudica, como si fuera, arriba y abajo, a sí mismo y a todos los mundos".

Jueves

Sha'arei Kedushá.

Todos los placeres y disfrutes de este mundo son pura vanidad, traen decepciones. ¿Porqué te consideras superior a otras personas? Acaso a tu elevada estatura, todos hemos sido creados a la imagen del Eterno, igual que tú.

Y si es por tu nombre de familia, todos somos hijos del mismo padre, hijos de Abraham, Itzjak y Yaacov. Y si es en la riqueza, cuánta gente vaga e inútil son más ricos que tú. Y aún más es el Eterno que hace a la gente heredar y enriquecerse, no se jacte el rico en su riqueza, pues quizás es riqueza guardada para su propietario en su contra y si es por el gobierno y el honor, cuánta gente baja gobiernan en el mundo, como está escrito: "la tierra rabia por causa de un esclavo que gobierna" (Proverbios 30:22). Además, el honor y la riqueza proceden de Él, y es Él quien baja a los orgullosos al polvo.

Si es por sabiduría, muchos grandes sabios fueron eliminados de este mundo y del venidero, como le sucedió a Doeg, Ajitofel y Jeroboam. Está en Su mano, Bendito Sea, quitar el habla de la boca y la inteligencia de los viejos, así que no se jacte de su sabiduría. ¿Cómo puede enorgullecerse el hombre cuando originalmente salió de una gota fétida, y entró y salió por el mismo lugar que pasa la orina? En vida eres verguenza e ignominia y después de muerto gusanos serás. Eres polvo y al polvo regresarás y serás como si nunca hubieras existido. ¿Cómo puedes enfurecerte con otra persona en lugar de hacerlo contigo mismo, que en tu ira rompes tu alma en pedazos y en tu rabia cometes idolatría?

Enfureces a tu Creador, y Él en el futuro te aplicará su castigo. ¿Cómo pueden preocuparte tanto las vanidades de este mundo?, si al final morirás. El viento sobre ti pasará y desaparecerás, y la gente de tu ciudad ya no te conocerá, y quienes te vieron preguntarán: "¿Dónde está?"

¿Cómo puedes afligirte por un mundo que no te pertenece, y no hacerlo por la eventual partida de tu alma de tu cuerpo, con temblor y estremecimiento, para que el miedo y la oscuridad caigan sobre ti? ¿Cómo puedes anhelar amasar riqueza y construir palacios cuando serás llevado al sepulcro, un codo de ancho por un codo largo y por un codo de alto en el fondo de la tierra, con las manos vacías, y dejarás a otros tu riqueza? ¿Por qué te agotas para enriquecerte, cuando todo depende del mazal, hasta el rollo de la Torá que está dentro del arca?

Viernes

Shaarei Kedushá.

Afortunado el hombre que se rinde como un buey al yugo y como un burro a la carga, que se sienta, lee y estudia todos los días la Torá, los Profetas y las Escrituras, y estudia las leyes y el Midrash; quien dedica más tiempo al estudiar que a los negocios.

El Espíritu Divino se posará inmediatamente sobre él. Aba (el Profeta) Eliahu dijo: "Pido al cielo y a la tierra que sean mis testigos de que, sea hombre o mujer, judío o no, esclavo o sirviente, el Espíritu Divino sólo se posa sobre una persona únicamente según sus actos".

Afortunado es quien se plantea todo esto, en todo momento, merecerá perfeccionarse en ellos todos los días de su vida y dedicar su tiempo en la Torá y las buenas acciones. Únicamente, debe cuidar sus miembros y su cuerpo de todo pecado. Merecerá todo el honor apartado para los rectos, que no puede contarse ni medirse.

Ningún ojo puede ver ni oído alguno escuchar la honra preparada para el recto y piadoso, como está escrito: "Porque nunca oyeron, ni con los oidos o percibieron; ni ojo ha visto un Di-s fuera de Ti, quien trabaja para quien lo espera" (Isaías 64:3).

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