Torá desde Jerusalem
Parashá Balak - Balac
Libro Bamidbar / Números (22:2 a 25:9)

Enfoques sobre la Parashá

"Pues yo sé que a quien bendices es bendecido y a quien maldices es maldecido" (Bamidbar 22:6)

Hay un concepto místico de que Di-s "se enoja" cada día (Avodá Zará 4a). Este "enojo" es la MIDAT HADIN, el atributo de la Justicia, con el cual Di-s juzga a los pecadores. Claramente, alguien que transgredió está más vulnerable en ese momento. El "talento" de Bilam era que él podía saber el segundo exacto en que cada día este Atributo estaba activo - cuando Di-s "se enoja". Bilam quería dirigir la Midat HaDin en contra del Pueblo Judío maldiciéndolos y buscando que se les de castigo Divino. Sin embargo, Di-s arruinó el plan de Bilam cerrando el Midat HaDin y no sentándose para juzgar.  Pero, necesariamente, al no haber Midat HaDin en este momento, el mundo recibió en su lugar una desproporcionada cantidad de la midá opuesta  - Midat HaJesed- Atributo de Bondad.  Bilam se dio cuenta que por la influencia de este "exceso de bondad" el tiempo era propicio para que todo el Pueblo Judío peque por medio de la inmoralidad, que es, en esencia, "bondad" desenfrenada.  Él le aconsejó a Balak de acuerdo a eso y Balak tuvo éxito en seducir a los Hijos de Israel llevándolos a pecar con las hijas de Moab.



"Percibió el asna al emisario de Di-s apostado en el camino, y su espada desenvainada en su mano..." (Bamidbar 22 :23)

La fuerza de Israel está en su voz.  La voz elevada al Cielo en rezo; la voz de aprender Torá.  La dicotomía eterna entre Israel (Yaacob) y las naciones gentiles (Esav / Roma y sus culturas de hoy en día) están expresadas en la batalla entre el poder de la voz y el poder de las manos, y su máxima expresión, la espada.  "La voz es la voz de Yaacob, pero las manos son las manos de Esav" (Bereshit 27:22).  Cuando Bilam quiere maldecir al Pueblo Judío, usurpando el poder de la voz, se le advierte que su fin será por medio de una espada, el arma de Esav.

(Rashi)



"Abrió Di-s la boca del asna..." (Badmibar 22:28)

De todas las diferencias entre el Hombre y los animales, la Torá identifica la distinción esencial como el poder del habla.  El Hombre es llamado `El orador' - esta es la cualidad que epitomisa su elevación sobre los animales. El poder de la palabra se le dio al Hombre para elevarlo del mundo físico, para inyectar espiritualidad en lo físico. En la lengua hebrea la palabra para `cosa' - davar - tiene la misma raíz que divur - `palabra'. El habla es el umbral entre el mundo de las cosas, el mundo físico, y el mundo espiritual. Cuando el Hombre usa su poder del habla para agregar espiritualidad a este mundo, entonces el cumple con su verdadera función elevándose a si mismo y al mundo con el, pero cuando el poder del habla es degradado, cuando se usa para maldecir y denigrar, entonces el Hombre se convierte en no mas que en un burro que habla....

(Rabí Nota Schiller)



"Muera mi alma una muerte de rectos.  Y sea mi final como él" (Bamidbar 23:10)

Este es el camino del malvado, quiere ser  recompensado sin esfuerzo: Bilam quería "morir una muerte de rectos"... pero él no quería vivir la vida de los rectos...

(Jafetz Jaim, Ktav Sofer)



"Qué buenas son tus tiendas, Oh Yaacob!" (Bamidbar 24:5)

¿Qué tenían de "bueno" las tiendas de Yaacob? Bilam advirtió que ni siquiera una sola de las entradas de las tiendas de los israelitas se hallaba justo enfrente de la entrada de otra. Cada tienda se hallaba en un ángulo tal que su entrada se hallaba frente al costado de la tienda del vecino. Pero ¿qué tenia de especial? Es verdad que demostraba un sentido de discreción y de respeto de la privacidad, pero ¿por qué precisamente esa disposición especial de las entradas de las tiendas hizo que Bilaam proclamara que el pueblo judío era merecedor de que la Presencia Divina residiera en su medio?

En efecto, la única intención de Bilaam era encontrar alguna falla universal del pueblo judío que le permitiera derribarlos, maldecirlos, acusándolos de algún pecado endémico.

Sin embargo, no logró hallar ninguna falla general. Porque aunque un judío pudiera tener un defecto en alguna área, el vecino precisamente se destacaba en esa área, y compensaba la falta del primero.

Y así ocurría con todo el pueblo. Bilaam no logró descubrir ni un solo vicio que formara parte de la esencia del pueblo judío como tal, por más que tratara.

Ese es el significado oculto de las palabras de Bilaam: "Que buenas son tus tiendas, Oh Yaacob". "Ni una sola de tus entradas (al pecado) se halla alineada con la entrada del vecino. Ni uno solo de tus pecados se halla precisamente enfrente de los pecados del vecino. Y por eso no te puedo herir haciendo un tiro directo a tu medio, a tu corazón. Porque la debilidad de uno es la fuerza del otro, sin dejar ninguna entrada al pecado que acecha en la puerta..."

(Kehilat Itzjak)



"¿Qué he hecho que me has atacado estas tres veces?" (Bamidbar 22:26)

La burra de Bilaam no era ninguna. Cuando la burra dice "estas tres veces", se refiere a las tres fiestas, Pésaj, Shavuot y Sucot.

La burra le preguntaba a Bilaam como podía haberse imaginado que podía aniquilar al pueblo judío, que lleva a cabo las tres fiestas de peregrinación. Pero, ¿qué tienen de especial estas tres fiestas, como para que se las mencione en forma específica como tal fuerza protectora del pueblo judío?

El pueblo judío se halla por encima del tiempo. Dada su capacidad de establecer el día en que se inicia el mes, son esencialmente "socios en el tiempo" con el Creador, y no se hallan sometidos en forma absoluta a las restricciones temporarias.

Bilaam, por el contrario, solamente podía percibir profecías de noche. Su profecía era dependiente del tiempo. Por eso, la burra le recordaba a Bilaam que él se hallaba sujeto al tiempo, y por lo tanto, ¿cómo podía siquiera imaginar que podría dominar a un pueblo que se halla por encima del tiempo? La burra no era ninguna tonta...

(Basado en Admor Rav David mi Kotzk en Iturei Torá)



"Y ahora, por favor ven y maldice para mí a este pueblo, pues es demasiado poderoso para mí" (Bamidbar 22:6)

Balak ben Tzipor, rey de Moab, tuvo miedo de los judíos, fue a ver a Bilaam para pedirle, no que lo bendijera a él, sino para que los maldijera a ellos. Así actúan los malvados: ¡en vez de buscar la bendición para sí mismos, prefieren que se maldiga a los demás!

¿Qué es lo que hace el judío que se encuentra en problemas? Va a ver a un tzadik, y le pide que le de una berajá (bendición). Le reza al Creador para que lo ayude.

(Jafetz Jaim)



"...El Pueblo comenzó a cometer indecencias con las hijas de Moab." (Bamidbar 25:1)

En la época en la que vivimos, reina un modelo de libertad sin restricciones: la libertad de los complejos. La libertad de la culpa.

Constantemente, los medios de comunicación nos invitan a "sacar los trapitos al sol". Prácticamente no hay nada de lo que debamos avergonzarnos. La homosexualidad no es más que una simple cuestión de elección personal. Las relaciones físicas extramatrimoniales son la norma. Se nos asegura que la desnudez no es en absoluto causa de bochorno. El cuerpo es algo natural y por lo tanto, sus procesos no deben ser objeto de vergüenza. Para nada.

Sin embargo, sigue habiendo un vestigio de recato en la vida moderna: todavía no se llegó al punto en el que todas las funciones corporales se realicen en forma pública. No obstante, según la moralidad vigente, en realidad no existen motivos para que así sea.

Se nos ocurre pensar que el "sacar los trapitos al sol" es un fenómeno contemporáneo. Sin embargo, existe una sorprendente similitud entre nuestros días y hechos que ocurrieron hace tres mil años. Después de que el pueblo judío saliera de Egipto, Balak, que era el rey de Moab en ese entonces, le envió un mensaje a Bilam, el profeta de las naciones, para que este maldijera al pueblo judío. Bilam no logró maldecirles, pero sí logró que el pueblo judío cayera por otros medios: su consejo fue que las mujeres moabitas sedujeran a los hombres judíos para que realizaran actos inmorales. La misión del pueblo judío es ser una nación sagrada, y Bilam sabía que semejante libertinaje provocaría la ira Divina.

Sin embargo, las mujeres moabitas exigieron un pago por sus servicios: se negaron a acercarse a los judíos a menos que estos primero adoraran a su ídolo, el Baal Peor.

El devoto del Baal Peor comía lentejas con cerveza y luego realizaba sus funciones corporales enfrente del ídolo. En efecto, cuanto más abusaba al ídolo, más devoto se lo consideraba.

¿Cómo es posible que los judíos se hayan dejado arrastrar por algo tan abominable? La esencia del culto del Baal Peor era "sacar los trapitos al sol". Destruir todas las barreras. Una vez que no hay barreras, todo está permitido. Si hasta los procesos físicos ya no causan vergüenza... ¿qué nos queda de moralidad?

(Rabí Jaim Shmulevitz)



"Y Hashem abrió la boca de la burra..." (Bamidbar 22:28)

¿Qué significa que un burro empiece a hablar?

La diferencia esencial entre el Hombre y los animales es el poder del habla. El Hombre es llamado "el Hablador". Ese es el rasgo que sintetiza su supremacía por encima de los animales. El poder del habla le fue dado al Hombre para que elevara el mundo físico e infundiera espiritualidad en lo material.

Al describir la creación del Hombre, la Torá dice que Hashem "sopló en sus fosas nasales un espíritu de vida". El Targum Onkelos traduce esta frase como "sopló en sus fosas nasales un espíritu de habla".

En el idioma hebreo, el termino "cosa", davar, tiene la misma raíz que el término "palabra", dibur. El habla es la conexión que une el mundo de los objetos, de las cosas, o sea, el mundo físico, con el mundo espiritual.

Cuando el Hombre utiliza el poder del habla para infundir espiritualidad en el mundo, está llevando a cabo el propósito original para el que fue creado, sintetizando "el espíritu de habla". Se eleva a sí mismo, y eleva al mundo que lo rodea. Pero cuando degrada el poder del habla utilizándolo para pronunciar maldiciones y malas lenguas, entonces el Hombre no es más que un burro que habla.

(Rabí Nota Schiller)



"No vayas con ellos; no maldigas a este pueblo, pues son benditos" (Bamidbar 22:12)

"Hashem le dijo a Bilam: 'No maldecirás a este pueblo'. Bilam le dijo a Hashem "Entonces, los bendeciré". Hashem dijo: "Ellos no necesitan de tu bendición, pues son benditos". Tal como dice el refrán: "A la abeja le decimos: 'Ni tu miel, ni tu aguijón.'" (Rashi) ¿Cuál es el animal no kasher que produce comida kasher?

La abeja. A pesar de ser un animal no kasher, la miel si es kasher. Y la razón por la cual la miel es kasher es debido a que la miel no proviene en realidad del cuerpo de la abeja, sino que las abejas fabrican miel a partir del polen que recolectan. Sin embargo, el aguijón venenoso de la abeja sí proviene de su propio cuerpo (Yore Dea).

Bilam era como la abeja. Toda su "miel", sus dulces bendiciones y las profecías respecto del pueblo judío, no provenían de él. De ningún modo formaban parte de su naturaleza, sino que habían sido extraídas de una fuente externa. Pero las maldiciones llenas de veneno sí provenían de su esencia ponzoñosa.

(Sheerit Menajem)

Shabat Shalom


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