Torá desde Jerusalem
Parashá Jukat - Precepto
Libro Bamidbar / Números (19:1 a 22:1)
Reflexiones sobre la Parashá
"Este es el jok
(estatuto) de la Torá" (Bamidbar19:2)
Si alguien nos viese atándonos cajitas de cuero
negro en la cabeza y en el brazo, probablemente pensaría que nos volvimos
locos.
Me acuerdo de una vez en que viajé en un vuelo
matutino de la compañía British Airways. Cuando llegó la hora de rezar, la
tripulación fue muy cordial. Me condujeron a la parte delantera de la primera
clase, junto a la puerta de la cabina de mando, y pusieron a mi disposición
todo el espacio que necesitara. No obstante, algunos de los pasajeros de
primera clase me miraron con cara rara. Supongo que no se esperaban un show en
vivo y en directo...
Existe una interesante contradicción entre la
parashá de esta semana y la parashá Vaetjanán del
Libro Devarim (Deuteronomio). En Vaetjanán
dice que las naciones del mundo nos verán cumplir con decretos Divinos tales
como ponerse tefilín y dirán: "¡Por cierto que
es un pueblo sabio y entendedor esta gran nación!" (4:6). Sin embargo, en
la parashá de esta semana, Rashi señala que las
naciones del mundo se reirán del Pueblo Judío por cumplir con mitzvot que no
parecen tener ninguna lógica.
Entonces ¿cuál de las dos? ¿Las naciones miran
los jukim, las mitzvot supralógicas,
y se burlan? ¿O piensan que somos un pueblo sabio y entendedor?
Nunca me va a dejar de sorprender el arte de
volar. Un enorme artefacto metálico se desliza como un rayo por un estrecho
sendero de cemento a más de cien millas por hora y de pronto uno está en el
aire, contemplando casitas y personas de juguete. No tengo dudas de la increíble
habilidad que hace falta para construir un avión. Si tuviera alguna duda,
obviamente que no volaría. Sin embargo, no tengo la menor idea de cómo ni por
qué vuela el avión. Es obvio que vuela. Ahora bien: cómo vuela es algo que
nunca voy a poder entender.
Lo mismo ocurre con los jukim.
Cuando el Pueblo Judío cumple con las mitzvot como corresponde, las naciones
del mundo ven al tefilín, o a cualquiera de las
mitzvot supralógicas, como a un avión. No tienen idea
de cómo funcionan, pero adscriben su falta de entendimiento a ellos mismos.
Pero si nosotros no cumplimos con las mitzvot
como es debido, entonces al mundo les parecen cosa rara. Y no se culpan a sí
mismos por el hecho de no entender, sino que se burlan de las mitzvot mismas.
Todo depende de si hacemos que las mitzvot
"vuelen" o si las tratamos como un peso muerto que se arrastra como
un rayo hasta el final de la pista.
(Divrei
David, oído de boca de Rabí
Moshe Zauderer)
"Pues Jeshbón,
era la ciudad de Sijón, rey de los amorreos; y había
librado guerra contra el primer rey de Moab y tomó
toda su tierra de su control, hasta Arnón. Con
referencia a esto los poetas solían decir: Venid a Jeshbón,
que se construya y establezca como la ciudad de Sijón"
(Bamidbar 21:26-7)
Una vez, un hombre se tiró del edificio Empire State. Al llegar al décimotercer piso, alguien sacó la cabeza por la ventana y
le preguntó: "¿Está Ud. bien?""¡Por ahora, lo más bien!"
El Talmud, a partir del versículo citado,
deduce el siguiente subtexto: Con relación a esto, los poetas (moshlim) decían: Venid a Jeshbón.
Esto significa que los moshlim, los que dominan sus
impulsos negativos, dicen: "Venid y haced una jeshbón,
una cuenta". Calculemos la eternidad que se gana cuando se hace una mitzvá
y lo que se pierde cuando no se la hace, y pesemos esto contra el daño que se
hace cuando sucumbimos al pecado frente a la pérdida menor de no llevar a cabo
cada uno de nuestros deseos en este mundo".
Superficialmente, es difícil ver cómo los
Sabios vieron en este versículo un indicio con referencia a la eterna batalla
entre el hombre y su propia negatividad.
Moab sabía que Di-s le
había ordenado al Pueblo Judío que no los atacara, y por eso se sintieron
complacientes con respecto a su futuro. "¡Por ahora, lo más bien!".
Sin embargo, no previeron que Sijón habría de
conquistarlos y que perderían así su inmunidad. Porque Hashem no había colocado
una restricción similar de que el Pueblo Judío no luchara contra Sijón. Así fue como Moab perdió
tanto su defensa como su complacencia.
Cuando ataca la tragedia, la reacción natural
es examinar nuestra vida, preguntándonos por qué nos ocurre lo que nos ocurre.
No sucede lo mismo cuando todo va sobre ruedas. En tal situación, es mucho más
difícil ver hacia dónde nos encaminamos. Y es muy fácil pensar: "¡Por
ahora, lo más bien!".
(Malbim, oído de boca de Rabí Elimelej Meisels)
"Y Hashem envió las feroces serpientes
entre el pueblo" (Bamidbar 21:6)
El perro no es un animal muy inteligente que
digamos. Cuando uno le golpea tirándole un palo, toma el palo entre las
mandíbulas y se dispone a morderlo. No se le pasa por la cabeza quién tiró el
palo; está demasiado ocupado castigando al palo por haberlo atacado.
El Talmud describe a nuestra generación, la
generación de los "pasos" del Mashíaj, del
modo siguiente: "La cara de la generación es como la cara de un
perro".
Cuando nos vemos amenazados y atacados por un
mundo hostil, en vez de gruñir y morder el palo, tal vez, debamos ponernos a
pensar Quién fue el que nos arrojó el palo, en primer término, y por qué nos lo
arrojó.
(Basado en el Jafetz Jaim)
Shabat Shalom
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