La magia de las velas
Por Eleazar Muskin
Cualquier persona familiarizada con las prácticas religiosas
universales pueden atestiguar que las velas tienen un rol crucial dentro de las
normativas de muchas de éstas. Por
lo tanto, no nos sorprende encontrar el mismo fenómeno dentro del Judaísmo,
madre de tantas creencias actuales.
En la práctica del Judaísmo, las velas forman parte de casi todas las
festividades, siendo las más familiares las de Shabat y las de Janucá. Si
examinamos la finalidad de cada una, encontraremos que no sólo sirven para
diferentes propósitos, sino que son fundamentalmente individuales.
El Talmud, en el Tratado de Shabat, enseña que las velas fueron
instituidas para crear una atmósfera de tranquilidad en el hogar. Iluminar la
mesa de Shabat, ayuda a evitar la angustia que provoca la oscuridad. Maimónides, el gran filósofo
medieval, opina que la tranquilidad que brindan las luces
de Shabat es tan importante que si por falta de dinero tuviéramos que elegir entre
comprar velas o vino para el Kidush, debemos comprar velas.
Existe una gran diferencia entre las luces de Janucá y las de Shabat;
no sólo sirven para realzar la tranquilidad de la privacidad familiar sino,
además, para proclamar públicamente el milagro. Las luces de Janucá simbolizan todo el drama de su historia:
donde pocos vencieron a muchos;
los débiles ganaron a los fuertes; y la luz suplantó la oscuridad. Como tal, las velas de Janucá constituyen una manifestación
pública a fin de transmitir al máximo número posible de personas los milagros
que el Todopoderoso nos concedió.
Por lo tanto, Maimónides destacó: "El precepto del encendido
de las velas de Janucá es precioso, ya que publica el milagro y realza la
alabanza de D-os por todo lo que hizo por nosotros”.
Extrañamente, aunque ambos preceptos de encendido de velas parecen servir
propósitos diferentes, el Talmud los agrupa en la observación de Rabí
Huna: "Aquel que practique
regularmente el encendido de la lámpara
(las velas de Shabat)
tendrá hijos eruditos" (Shabat, 23b). Esto nos parece confuso en dos aspectos. Primero: ¿a qué se refiere la palabra
"lámpara"? Segundo: ¿qué significa la frase "hijos
eruditos"?
Rashi, el clásico comentarista medieval, nos ofreces algunas
claves. Pensando a qué
"lámpara" se refiere el Talmud, Rashi concluye que se trata tanto de
las velas del Shabat como a las de Janucá. Por supuesto, él no tenía necesidad de explicar
lo de "hijos eruditos", ya que para casi todas las generaciones de
judíos, como el Pueblo del Libro, el mejor elogio ha sido el término
"erudito" ya que significa todo lo honorable, virtuoso y valedero.
Obviamente, Rashi reconoció que las luces de Shabat y de Janucá tenían
un común denominador: ambos ofrecen un mensaje educativo. Los hijos no crecen en un vacío. La
primera influencia en su proceso de madurez es su núcleo familiar. Cuando prevalece la paz y la
tranquilidad dentro del respeto mutuo de la familia, los hijos pueden
convertirse en personas honorables.
"La combinación de la lección privada de las luces de Shabat y el
mensaje de las velas públicas de Janucá nos brinda una visión completa de
Judaísmo".
Sin embargo, Rashi reconoce que el Judaísmo no sólo se experimenta
dentro de la privacidad del
encendido de las luces de Shabat, sino que también hace partícipe a la sociedad, mediante las luminarias de
Janucá, cuando colocamos la Menorá en nuestras ventanas a la vista
pública. Durante esta festividad
no sólo somos simples entes privados, sino que tenemos la misión universal de
transmitir a la humanidad la
presencia de Di-s.
En este sentido, Janucá nos ofrece dos lecciones importantes: Por una
parte nos enseña que el Judaísmo no debe ser practicado sólo a puertas
cerradas, sino que debemos mostrarlo públicamente con orgullo; y por la otra,
nos inculca un sentimiento de responsabilidad comunitaria. No sólo debemos preocuparnos por
nuestro propio desarrollo religioso, sino también por el de toda la humanidad.
Por lo tanto, Rashi
comprendió que la combinación del encendido en privado de las luces de Shabat, junto con el mensaje
universal de las lámparas de Janucá brindan una imagen completa del Judaísmo, lo cual nos permite
cumplir nuestra misión de ser "una luz para las naciones".
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