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Torá desde Jerusalem



Parashá Metzorá - Leproso

Libro Vayikrá / Levítico (14:1 a 15:33)

Resumen de la Parashá


El Eterno transmitió a Moshé, las leyes referidas al leproso para su purificación.  La persona enferma de tzaraat, era declarada metzorá y enviada fuera del campamento de la congregación, para vivir y con sus ropas rasgadas.  Debía gritar “impuro, impuro”, como señal para que nadie se acercara a tocarle.

Cuando la enfermedad se reducía, la persona era nuevamente examinada por un Cohén, fuera del campamento, y así asegurarse de que la recuperación era total.  Las ceremonias de purificación se extendían durante ocho días, y se observaban ciertos ritos especiales durante el primero y el último día.  El Cohén ofrecía sacrificios y en el proceso de purificación se usaba madera de cedro e hisopo.  El ex metzorá era declarado miembro pleno de la comunidad.

Las leyes de tzaraat se aplicaban tanto a una vestimenta como a una casa.  Si las ropas mostraban signos de tzaraat, podían llegar a ser quemadas.  Si una casa aparecía repentinamente marcada con rayas verdes o rojas, era cerrada por siete días.  Si las rayas se extendían, las piedras afectadas eran reemplazadas por otras nuevas.  La casa era revocada y las viejas piedras y el polvo eran arrojados en un área contaminada, fuera del campamento.  Si aún quedaban signos de tzaraat en las paredes, todo la casa era destruida y los materiales arrojados en el área contaminada fuera del campamento.

El  Eterno también indicó sobre ciertas impurezas físicas, como ser pérdida de semen, flujo, que afectaban a las personas y por ello tenían prohibido entrar al Santuario o tocar objetos sagrados.  Esta situación terminaba luego de un proceso de ceremonias específicas para su purificación.