Purim
Costumbres de Purim Mishloaj Manot
(envío de comestibles): Debemos enviar por lo menos dos regalos comestibles a un amigo,
como símbolo de la hermandad y amistad entre los judíos. Matanot Laevionim (regalos a los pobres): Debemos
repartir tzedaká a los pobres -por lo menos a dos de ellos- demostrando
así la preocupación por nuestros hermanos. Seudat Purim (comida festiva): Debemos realizar
un almuerzo festivo, acompañado de vino y carne, en señal de la alegría
por la salvación física de nuestro pueblo, donde la obligación de beber
vino es "enrojecerse" hasta que no se pueda diferenciar entre las
frases: "Bendito Mordejai" y "Malvado Hamán". Acostumbramos a disfrazarnos en Purim para confundir
a los amigos, simbolizando con esa confusión que el destino de la persona está
en manos del Todopoderoso, aunque no lo apreciemos a primera vista. Majatsit HaShékel (el medio shékel):
Se acostumbra dar a los pobres tres monedas del valor del medio shékel de la Torá (o de la moneda del país), en recuerdo del medio shékel que donaban en la época del Templo para la compra de los sacrificios públicos que se ofrecían para implorar por nuestro perdón, y que comenzaba a recolectarse a principios del mes de Adar. Además, debido a que Hamán quiso comprar de manos de Ajashverosh a todo el pueblo de Israel por diez mil monedas de plata para poder exterminarlos, se impuso esta costumbre para testimoniar que nuestra tzedaká es un medio más poderoso que la maldad de nuestros enemigos. www.mesilot.org yeshiva@mesilot.org
Regalos a los pobres y a los seres queridos
El Banquete de Purim
"Le pareció despreciable ante sus ojos levantar su mano sobre Mordejai
solamente, ocurriéndosele destruír a todos los judíos que había
en el reino de Ajashverosh, por ser el pueblo de Mordejai" (Meguilat Esther 3:6)
Con estas palabras, nos demostró Hamán -una vez más- que la muerte
de cada judío, en cualquier lugar donde se encuentre, está ligada a la de
su pueblo, como nos cuenta el Talmud en el tratado de Meguilá:
"Dijo Ravá: Cuando Hamán pidió destruir al pueblo de Israel
le respondió Ajashverosh que temía de la respuesta de Di-s por Su pueblo;
a lo que contestó Hamán:
"Ieshnó am ejad" (Hay un pueblo), queriendo indicarle:
"Ishnó" - "Iashnú" (se durmieron)
en el cumplimiento de los preceptos Divinos; a lo que le respondió
Ajashverosh: "Aún hay entre ellos Rabanim y tzadikim";
respondiéndole Hamán: "Todos ellos forman un sólo pueblo
por lo que los justos pagarán junto con los trangresores... Y el pueblo en
sí, es mefuzar unforad (disperso y esparcido) por lo que no tienen el
mérito de la ayuda Divina".
Entonces vino la orden de Esther a Mordejai: "Vé y reúne
a todos los judíos de Shushán y ayunen por mi"; la solidaridad
del pueblo judío es la llave de su destino".
La historia nos demuestra, generación tras generación, que ni su
intento de asimilarse puede desligar al judío de su pueblo, por lo que la
alegría de Purim no es una alegría particular sino una alegría
común a todo el pueblo de Israel. Por lo tanto, fijaron nuestros Sabios tres
preceptos especiales en el día de Purim para llegar a esta
alegría: