Torá desde Jerusalem
Parashá Pekudé - Recuento
Libro Shemot / Éxodo (38:21 a 40:38)
“Mi Se Ninjás Adar
Marbim Besimjá”
“Desde el comienzo del mes de Adar se aumenta la alegría”, así
dictamina el Shuljan Aruj en las halajot de Purim. El significado de “la alegría” es un concepto muy importante
entre nuestros Sabios que llegaron a implantar como precepto la obligación de
la misma. “Miztvá Gedolá Lihyot
Besimjá Tamid”, Gran obligación es el estar siempre alegre.
Pocos preceptos encontramos que no dependen del tiempo ni de la
situación, como en la semana de luto por la destrucción del Templo, la semana
de Tisha Be’Ab, no nos prohibieron la alegría sino que obligaron a
disminuirla. La alegría es una
situación obligatoria, pues la alegría es el catalizador de la potencia humana
a realizar hechos.
Cuatro perashot, deben
ser leídas en este mes, además de las correspondientes a las semanas, y existe
una discusión entre nuestros Sabios sobre si todas estas lecturas son
obligatorias de la Torá, o solamente la parashá Zajor, y hay quien dice también
parashá Pará Adumá, entonces si la obligación proviene de la Torá, esto nos
indica la importancia del mensaje de las mismas.
Parashá Shekalim que leímos y hablamos de ella en la parashá Ki
Tisá, hace dos semanas, sobre la obligación de participar con medio shekel en
expiación por el censo o en la participación para la construcción del
Tabernáculo y para la compra de los sacrificios obligatorios del año que
comienza con el mes de Nisán.
Parashá Zajor que debe ser leída el sábado anterior a Purim, en
la que la Torá nos obliga a recordar lo que nos hizo Amalek en nuestra salida
de Egipto, cuando estábamos cansados y desgastados, no teniendo temor de
Hashem. “Todo el que se apiada del
cruel, llegará a ser cruel con los débiles”, así nos enseña la Torá a
relacionarnos con el mundo que nos rodea, no ser piadosos con los crueles;
Chamberlain se apiadó cuando pudo ser cruel, y al final la historia nos
demostró que hicieron falta dos bombas atómicas, decenas de millones de muertos
para terminar con la crueldad de un sádico que se enorgullecía de haber matado a
seis millones de indefensos niños, mujeres y ancianos. La parashá Zajor debe ser leída todos
los años, pues la historia solamente cambia de escenarios, y la crueldad en el
hombre ya fue advertida por la Torá, cuando luego del diluvio, dijo el Creador:
“Ya no volveré a maldecir la tierra a causa del hombre, pues todo designio del
corazón del hombre es malo desde su juventud”. Llegó la Torá hasta lo más profundo del ser humano, esta es
la expresión con la que definen nuestros Sabios la relación y el entender del
hombre. Nuevos vientos soplan en
nuestros días, y quizás la lectura de este año nos recuerde lo que el mundo no
quiso ver en los años 30.
Parashá Pará Adumá, sobre la que dijo el Rey Salomón: “Quise
entenderla y se apartó de mi”; el sabio de todos los sabios no llegó a
comprender el comportamiento de los conceptos espirituales de la pureza y la
vaca roja, sobre la que la Torá advirtió que todo impuro deberá purificarse
tras todo un proceso que incluye las cenizas de esa vaca. Hoy en día en la búsqueda por lo
desconocido, donde los límites de la estratosfera se quedaron chicos frente a
nuestras ambiciones, queremos romper las barreras del conocimiento y navegar
mas allá de la lógica en mundos y realidades fuera de nuestro alcance. En esa ilógica hay quien quiere
profundizarla místicamente sin saber leer el abecedario, y esto es parte de los
efectos de una generación soñadora en el más allá, sin conocer la realidad
cercana.
Parashá Hajodesh, última de las cuatro perashiot, ha de ser
leída el último sábado del mes, y nos señala el comienzo del año, en el que el
mes de Nisán, mes de la primavera, es el primer mes del año, pero este tema lo
trataremos, “Bli Neder”, con más amplitud por el concepto y la importancia de las
fechas incluidas en dicha parashá.
Shabat Shalom
Rab. Shlomó Wahnón
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