Pirké Avot
Capítulo Primero
Mishná 12

XII. Hilel y Shamai recibieron de ellos. Hilel dice: Sean de los discípulos de Aharón, amante de la paz, procurador de la paz, amante de las criaturas y que las acerca a la Torá.

Comentario

Hilel dice: Sean de los discípulos de Aharón. “Vean tus ojos a tus maestros”. Mientras vivió Agitofel, maestro del Rey Shlomó, éste no se apartó del camino de la Torá. La persona necesita de la guía que lo encamine, del padre que lo controle, del maestro que le aconseje. El conocimiento como tal sin la compañía de la guía, puede llegar a un destino inesperado. La cercana historia de nuestro pueblo nos demuestra como pueblos con la mejor preparación en todos los campos, desde las ciencias hasta el mundo del arte y la música, desde las letras hasta el más sofisticado mundo de la tecnología, pero faltos de una guía coherente, llegaron a los niveles más bajos del comportamiento.

Amante de la paz. La paz es tan fundamental, que hasta el nombre de Hashem es Shalom (Paz). Dijeron nuestros Sabios que la Torá adelantó la Creación del Universo, ya que Hashem se fijó en la Torá y creó al Universo. Entonces, para poder entender el Universo necesitamos entender las Torá, y asimismo la paz no es una condición necesaria para la existencia, sino que la paz es la razón de la existencia, por lo que no es suficiente con desear la paz sino que es necesario amarla, como dice el Rey Shlomó en los Proverbios: “Si la buscaras como el que busca el dinero y la persigues como a tesoros, entonces comprenderás el Temor a Hashem” y por eso los alumnos de Hilel bien guiados por su maestro no deseaban la paz sino la perseguían.

Amante de las criaturas. “Ke Mayím, haPanim laPanim Kaj Leb Adam laAdam” (Proverbios 27:19), “Como en el agua, se refleja el rostro, así el corazón del hombre responde al otro”. Con estas palabras define el Rey Shlomó el comportamiento a seguir en las relaciones humanas, el amor es verdadero cuando contagia al prójimo y hace ser amado. Llegar a ese amor al prójimo y no por intereses, en el que la preocupación y la necesidad del otro es la preocupación de uno mismo, solo se le puede alcanzar por el camino de la Torá. Así dijo Hilel: “Y acérquenlos a la Torá, pues solamente por el camino de la Torá se puede llegar a ese nivel de amor por el bien del prójimo, que a su vez se refleja en el amor mutuo”.

No encontró Hilel cómo demostrar el amor, sino en el estudio de la Torá.

El amor no es la expresión de cariño entre los seres, no es ese besito al niño antes de dormir, sino la preocupación por su bienestar y el deseo por su bien, y es por eso que aconsejó Hilel enseñar Torá como expresión del amor que debemos a todos los seres que nos rodean.

El Universo en sí y el hombre como parte de él, fue creado sobre la base de la Torá, como dijo el Midrash: Hashem se fijó en la Torá y creó el Mundo, por lo que no puede existir una guía mejor que la que fue usada para su construcción.

Muchas teorías filosóficas se desmoronaron pues fueron creadas sobre la base del pensamiento particular de la inteligencia humana, mientras que el pensamiento desarrollado sobre la base de la Torá, cuenta con el conocimiento de la realidad y no solamente del pensamiento, a veces abstracto.

“Profundizó la Torá a lo más intrínseco del pensamiento humano”.

Rab Shlomó Wahnón


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