Pirké Avot
Capítulo Primero
Mishná 2

II. Shimón el Justo era de los remanentes de la Gran Asamblea.  Él solía decir: Sobre tres principios está fundado el mundo; sobre la Torá, sobre el culto y sobre los actos de benevolencia.

Comentario

Hay pilares que mantienen el techo y hay techos que mantienen los pilares, así mismo la Torá, el rezo y la bondad son la razón de la existencia del mundo y a la vez son los que mantienen el mundo. 

El mundo fue creado para estudiar y difundir la Torá, para publicar la existencia del Creador por medio de la Tefilá y para poder hacer bondad. 

Estudiar y difundir la Torá.  Comenta el Talmud con respecto a la creación del Mundo: El sexto día fue recalcado con lo que se denomina “Hei Hayedia” (el día por excelencia), ya que el sexto día de la Creación se relaciona con el día 6 de Siván, día en que el pueblo de Israel recibiría la Torá en el Monte de Sinai y al que el Creador le antepuso la advertencia de que si el Pueblo de Israel no aceptara la Torá (después que todos los demás pueblos la rechazaron, con diferentes excusas) el Mundo se destruiría, pues el Mundo sin Torá seria como un instrumento sin manual, ya que el Mundo fue creado sobre la base de la Torá y para la Torá.  La Torá al no ser un efecto sino la razón de la Creación, no depende de la misma ni de su tiempo lo que le da su aspecto eterno e incambiable, los tiempos cambian, las generaciones se continúan, las cosas desaparecen pero la Torá perpetua.

Publicar la existencia del Creador.  No es que Hashem necesita ser publicado, sino que el humano necesita publicarlo, ya que el humano se relaciona con sus hechos; de la misma manera que las pinturas definen al pintor, el rezo, el contacto con Hashem, la dependencia, definen a la persona.  “Más de lo que la ternera quiere mamar de la vaca, quiere la vaca dar de mamar a la ternera”, con esas palabras nuestros Sabios definen la relación entre el maestro y su alumno, asimismo podríamos determinar el deseo del Creador de agraciarnos con Su bondad.  Rabí Moshé Hayim Luzato mas conocido como Ramhal en su obra Dérej Hashem dictamina que la persona fue creada para reconocer a su Creador y agradecérselo.

Hacer bondad.  El mundo fue creado por la bondad Divina como dijeron nuestros Sabios: En el Principio de la Creación está escrito “Creó El Omnipotente...”, cuando la Torá usó el denominativo Omnipotente en su aspecto estricto de la justicia, donde no había lugar al perdón ni al arrepentimiento, pero de inmediato cambió la Divinidad su nomenclatura por Hashem (Señor Eterno) ya que la Creación no pudo soportar la justicia inmediata e intransigente de la Verdad.  La medida del comportamiento de la persona es considerada por Hashem: “Midá kenegued Midá”; nos considera según cómo consideramos al prójimo, por lo que la bondad con el prójimo es la llave de la existencia: Olam Jésed Yibané (al Mundo, la Bondad lo construyó).  Debemos saber diferenciar entre la Bondad y la ayuda, ya que en muchas ocasiones la ayuda al prójimo es obligatoria, como señala el precepto de la Torá de ayudar a levantar al animal que sufraga bajo el peso de la carga o la ayuda que estamos obligados dar a nuestro hermano necesitado, que en otros pueblos es denominada limosna, o ayuda, pero en la Torá es denominada Tzedaká = Justo, pues quien da a su hermano necesitado está haciendo lo justo y no lo bondadoso.  El Talmud comenta de un gentil que le pregunto a Rabí Akivá si Hashem ama a sus criaturas, a lo que le respondió que lógicamente como un padre ama a sus hijos, Hashem ama a sus criaturas, a lo que criticó el gentil que un padre hace todo lo posible por el bienestar de sus hijos y si es cierta la comparación ¿por qué hay pobres en el mundo?, a lo que le respondió Rabí Akivá: Más de lo que necesitan los pobres de los ricos, necesitan los ricos de los pobres.  La Tzedaká enriquece al que la da no solamente económicamente, como le comentó Rabí Yohanán a su sobrino: Tehaser kédei she Titasher (Diezma para enriquecerte), sino humanamente enriquece la oportunidad de dar.  Qué triste sería el mundo en la condiciones de los habitantes de Sodoma y Gomorra, que no permitían la bondad en sus tierras.  ¡Más recibe el que da, que quien recibe!.

Rab Shlomó Wahnón


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