Shulján Aruj
Código de Leyes Judías

Selección de Leyes

Tur - Shulján Aruj. Oraj Jaím 61

(1) La Shemá debe recitarse con gran concentración, temor, temblor y ansiedad.

(2) Con la misma tonada que cuando se lee de un Sefer Torá. Sin embargo, si esto desviase la concentración del sentido de las palabras, es preferible recitarlo sin la tonada.

(3) La persona que tiene una sinagoga en su ciudad, pero no entra a rezar en ella, es llamada un "mal vecino", ocasionando su exilio y el de sus hijos.

(4) Al rezar se debe pensar en el significado de las palabras que emite. Considerará que se encuentra ante la Presencia Divina, debiendo eliminar todos los problemas de su mente, hasta que su pensamiento e intención estén concentrados únicamente en su oración. Debe pensar que si se encontrara ante un rey de carne y hueso, ordenaría sus palabras con la debida concentración, para no equivocarse; cuánto más debe hacerlo ante el Rey Supremo, el Santo, Bendito Sea, que escudriña todos los pensamientos. Si le sobreviene algún pensamiento ajeno, interrumpirá su oración hasta que pase. Eliminará de su mente todas las frivolidades que alejan a la persona del temor Divino y deberá concentrarse en pensamientos de sumisión y que lo eleven al Creador.

(5) La oración sustituye los sacrificios del Templo, debiendo por lo tanto, seguir el ejemplo del sacrificio, con la debida intención, sin que se interponga ninguna otra, como el pensamiento que anula los sacrificios. Debe pararse, como el servicio del cohén que ofrecía los sacrificios en el Templo; debe recitarlo en un lugar fijo, como en los sacrificios, que cada uno tenía un lugar fijo para la matanza y el rociado de su sangre; nada debe interponerse entre él y la pared, como el sacrificio, que se anula con cualquier cosa que interponga entre la sangre y la pared de la vasija que la recogía. Es apropiado vestir prendas finas, especiales para la oración, como las que usaba el cohén; sin embargo, no todas las personas tienen la posibilidad para esto. A cualquier precio, debe tener ropa especial y limpia para este fin.

(6) No se debe conversar cuando el jazán repite la Amidá. Hacerlo se considera un pecado y su iniquidad es muy grave, debiendo ser reprendido.

(7) Cuando recita la Kedushá con el jazán, es preferible que junte sus pies igual que cuando recita la Amidá.


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