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Rosh HaShana



Leyes y costumbres de Sucot

"Y el día quince del mes séptimo, al término de la cosecha, celebraréis festividad al Eterno (la fiesta de las cabañas) durante siete días. El primero será de estricto descanso, como también el día octavo. Y tomaréis para vosotros frutos de cidra (árbol cítrico), hojas de palma, ramas de mirto y de sauce del arroyo, y os regocijaréis ante el Eterno, vuestro D-os, durante siete días. Será una fiesta al Eterno de siete días en el año. Ley eterna será para vosotros esta fiesta, para que la celebréis anualmente cada mes séptimo. Viviréis en cabañas esos siete días. Cada nativo de Israel habitará en cabañas, para que vuestras generaciones sepan que hice habitar a los Hijos de Israel en tiendas cuando los liberé de la tierra de Egipto; Yo, el Eterno, vuestro D-os" (Vaikrá 23:39-43).

Cuatro son los preceptos que la Torá nos encomienda en la festividad de Sucot:

1. "El primer día será descanso, como también el octavo".

2. "Celebraréis festividad al Eterno durante siete días... y os regocijaréis ante el Eterno, vuestro D-os, durante siete dias".

Todo trabajo que está prohibido realizar en Shabat, está prohibido hacerlo en el primero y en el octavo día, como en las demás festividades, excepto los menesteres necesarios para la preparación de alimentos, el transporte de objetos por la vía pública y pasar el fuego de una mecha preencendida a otra.

La comparación de los días festivos con el Shabat la encontramos en varios pesukim (versículos) de la Torá, en los cuales las festividades son nombradas con el nombre de "Shabat Shabatón". Con respecto a Sucot, leemos en Vaikrá 23:39: "Y el día quince del mes séptimo, al término de la cosecha, celebraréis festividad al Eterno durante siete días. El primero será de estricto descanso, como también el día octavo".

La diferencia es que con respecto a Shabat está escrito: "No harás ninguna melajá" y con respecto a las festividades la Torá nos dice: "No harás ninguna melejet avodá", lo que nos indica que todos los trabajos prohibidos en Shabat están prohibidos en las festividades. Sin embargo, la Torá nos permitió realizar aquellas tareas que son indispensables para la celebración de la fiesta ("Y el alimento de la persona, solamente él, será hecho para vosotros"). Es así como se nos permitió cocinar lo necesario para el mismo día, pero no de un día festivo para el siguiente, o del día festivo para Shabat (salvo con Eruv Tavshlim). A pesar de que se nos permitió cocinar, nos prohibieron encender o apargar fuego, como también se nos prohibió el encendido de artefactos eléctricos, permitiéndose solamente encender el fuego de una mecha preencendida.

Debido a que está permitido transportar alimentos por la vía pública, también se nos permite sacar cualquier objeto necesario, como por ejemplo las llaves del apartamento.

3. "Y tomaréis para vosotros frutos de cidra, hojas de palma y sauce de arroyo".

Todos los preceptos deben cumplirse de la mejor manera posible, procurando embellecerlos, según nuestros medios materiales.

"Éste es mi D-os y su belleza", dice el versículo. Por éso debemos esmerarnos en el embellecimiento de las mitzvot, en especial en la del Etrog, el cual está mencionado como "Fruto elegido".

Cuatro son los componentes de este precepto: Un Lulav (rama del palmera), un Etrog (cidra), tres Adasim (ramas de mirto), y dos Aravot (ramas de sauce).

Decenas de libros se han escrito sobre los detalles y leyes de la Sucá y del Lulav, por lo que no tenemos la posibilidad de abarcar en esta obra todo el tema. Sólo se expondrán aquí algunas leyes para que sirvan como guía básica. Para mayores detalles sobre cada caso, recomendamos consultar con el rabino de la comunidad.

El Lulav (palmera) deberá tener como mínimo 4 tefajim (32-40 cm.), presentar un tronco recto y verde (no deberá estar seco) y sus hojas no deben estar demasiado abiertas (caídas); las dos últimas hojas deberán estar completas y pegadas (tiomet).

El Etrog (cidra) deberá tener como mínimo el tamaño de un huevo (56-100 gr.), y poseer forma alargada y no redonda; su color debe ser amarillo o verde amarillento y debe ser una fruta fresca (no del año pasado). No debe presentar ninguna perforación y debe estar completo, es decir que debe tener la parte correspondiente a la rama y la de la corona (si ésta última se cayó mientras el Etrog estaba aún en el árbol, éste se considera apto para cumplir la mitzvá). No deben visualizarse manchas negras o blancas en la mayoría del fruto o en su parte superior (en donde aún una pequeña mancha negra lo invalida), ni rasguño alguno que atraviese la cáscara verde en todo su espesor.

En la actualidad, se encuentran en el mercado muchos tipos de injertos de Etrog, en especial con limón, que no son aptos para cumplir con el precepto, por lo que es muy importante cerciorarse de que los Etroguim fueron plantados y recolectados por personas temerosas de D-os.

Entre las características del Etrog que lo diferencian del limón, se encuentra su aspecto exterior arrugado (el limón es liso); en su mayoría tienen una cáscara seca (el limón, con zumo); sus semillas se encuentran dispuestas verticalmente (en el limón, en circunferencia); su ramita está incrustada (mientras que en el limón sobresale). De todas maneras, existen hoy injertos tan perfectos, que exteriormente es imposible diferenciarlos.

Los tres Adasim (ramas de mirto): De la palabra "avot", dedujeron nuestros Sabios que el arbusto elegido por D-os debe presentar como mínimo tres hojas en el mismo brote, y que las hojas deben taparse una a las otras (si no crecen las tres hojas a la misma altura, se denomina "shoté" y no es válido para cumplir la mitzvá). Cada rama debe tener 3 tefajim (24-30 cm.) como mínimo, y la mayoría del tronco, que debe ser fresco y completo en su extremo superior, debe estar lleno de brotes triangulares.

Dos Aravot (ramas de sauce): Son ramas de un árbol sin frutos que generalmente crece a orillas de los ríos, cuyas hojas son alargadas (lisas o dentadas suavemente). Cada rama (roja) deberá tener como mínimo 3 tefajim (24-30 cm.), sus hojas frescas, y completo su extremo superior. Debido a que se secan rápidamente, hay que procurar mantener las Aravot en lugares frescos y húmedos, y reemplazarlas cuando sus hojas comienzan a caerse o secarse. Las mismas precauciones hay que tener en cuenta con respecto a las Aravot que se utilizan en Hoshaná Rabá.

Antes de tomar las cuatro especies, se bendice "Al netilat Lulav", (el primer día también debe pronunciarse la bendición de "Sheheheianu"). Luego se toma el Lulav (amarrado con una hoja de palmera junto con los Adasim y las Aravot) en la mano derecha, y el Etrog en la izquierda; se unen las manos, y se agitan las cuatro especies en los seis sentidos. Se acostumbra a bendecir por las Arbaat HaMinim (las cuatro especies) en la sinagoga, en el momento de Halel. Hay quienes lo hacen en la Sucá, antes del rezo matutino.

Muchas fueron las explicaciones y causas expuestas por nuestros Sabios con respecto a este precepto.

Uno de los más divulgados símbolos que reflejan las cuatro especies, nos recuerda los diferentes hijos que conforman la gran familia del pueblo de Israel: El Etrog, por ejemplo, que posee olor y sabor, simboliza al perfecto conocedor de la Torá y observante de los preceptos; el Lulav, que presenta frutos pero que no posee olor, simboliza al que es un recto observante, pero sin conocimientos; el Adás, con olor pero sin frutos, representa al malvado que, conociendo la Torá, no la cumple; la Aravá, sin fruto ni olor, es el ejemplo del judío sencillo que no conoce ni cumple con los preceptos.

A pesar de la diferencia entre este cuatro tipo de personas, la Torá nos obliga a unir a todos juntos (Agudá ajat) y elevarlos, por medio del cumplimiento de los preceptos, hacia D-os, lo que simboliza, al mismo tiempo, la arebut (responsabilidad recíproca) entre todos los judíos, en cualquier lugar donde se encontrara, tanto en el terreno físico como en el espiritual.

4. "Viviréis en cabañas esos siete días".

"Viviréis en cabañas esos siete días. Cada nativo de Israel habitará en cabañas, para que vuestras generaciones sepan que hice habitar a los hijos de Israel en tiendas cuando los liberé de la Tierra de Egipto; Yo, el Eterno, vuestro D-os". El precepto característico de esta festividad el de vivir en la Sucá.

Muchos fueron los comentarios escritos por nuestros Sabios con respecto a la Sucá. Entre las conclusiones que extraen del estudio de la Torá, deducen que existe la obligación de "habitar" dentro de la Sucá, y es por eso que ésta no debe ser demasiado alta (hasta 20 amot, es decir no más alta de los 10-12 metros).

Por su parte, los listones del techo no deben cubrir la cabaña totalmente, para que se pueda ver el cielo (de lo contrario, la Sucá se asemejaría a la casa). Por este motivo, deberá ser techada con ramas de árboles o cañas, arrancadas de sus raíces (no es apta la que se construye debajo de un árbol, de un techo, o de un balcón).

Esos listones o maderas, en su mayoría, no deberán proceder de instrumentos desmantelados (como escaleras, camas, cajones de transporte, desechos de construcción, etc.). Tampoco deberán ser robados ni públicas, debido a que la Torá nos advirtió: "Harás para tí".

El ramaje del techo debe ser espeso, lo suficiente como para que hasta el último día de la fiesta prodigue más sombra que sol (sobre el suelo) a la hora del mediodía. El ramaje no debe colocarse sin intención (Cavaná) o antes de un mes de Sucot.

Las ramas no deben ser malolientes o secas, al punto de que las hojas caigan dentro de la Sucá, debido a que sería indeseable habitar en ella, contradiciendo así a la Torá que dijo: "Siete días habitaréis allí".

Las paredes de la Sucá tienen que ser tres, como mínimo, de una altura mínima de 1 metro. Pueden estar hechas de cualquier material, con la condición de que sean bastante rígidas como para soportar un viento normal y no oscilar más de 10 cm. (por esta causa, las cabañas de tela que no están reforzadas con alambre o madera no son aptas para el cumplimiento del precepto).

Debido a que la altura minima de las paredes de la Sucá es de 1 m., se puede construír una Sucá con 4 listones de madera, separados por una distancia de más de 70 cm., rodeando cinco veces dichos listones con una cuerda o alambre (cada línea debe estar a menos de 24 cm. de la siguiente, debido a que el vacío de menos de 3 tefajim -24cm- no se considera como tal.

Se debe construír primero las paredes y sólo después de colocar el ramaje. Este último no debe ser clavado ni reforzado con madera o cuerdas no aptas para el ramaje de la Sucá (por ser parte de instrumentos desmantelados).

La Sucá construída dentro de la casa por medio de techos desmontables, no podrá tener -desde la pared hasta el ramaje- más de 4 amot (2 m.) para que se pueda considerar como la curvatura de la pared (dofen akumá).

La Sucá debe ser construída de tal modo que se pueda vivir (comer y dormir) sin padecimientos ni molestias. Si una persona no puede soportar el frío, o los insectos, esta Sucá se considera invalida y no cumple con el precepto, aunque se esfuerce para comer y dormir en ella.

La mitzvá nos obliga a vivir siete días en la Sucá, por lo que debemos hacer todo lo posible por sentirnos "en casa", por medio de una hermosa Sucá bien adornada, con buenos utensilios, cómodos asientos y camas.

Estamos obligados a comer (comida solamente se considera si los alimentos van acompañados de pan) y dormir en la Sucá durante los 7 días (8 en el extranjero).

Debemos procurar permanecer el mayor tiempo posible dentro de la Sucá. La primera noche estamos obligados a comer, aún si no lo deseamos, a diferencia de los demás días en que si no comemos pan no hay obligación de hacerlo en la Sucá.

En Simjat Torá está prohibido comer o dormir en la en la Sucá, pues la Torá sólo nos ordenó hacerlo durante siete días (8 en el extranjero) y no 8 (9 en el extranjero).

Todos los adornos y frutos colgados en la Sucá no deberán ser usados o consumidos hasta después de la festividad, aún si se caen por sí solos.

Junto con la bendición del pan deberá bendecir "Leshev BaSucá", excepto en el primer día y en Shabat, que se pronuncia en el Kidush. En la primera noche se agrega también la bendición de "Sheheheianu".