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?Está preparado para el año 2000¿
Por Benjamin Blech

 

 

 

 

 

Está preocupado por el problema del año 2000? ¡¡Relájese!! Hace 3.760  años se halló una solución… 

Entre toda la fanfarria sobre el nuevo milenio, el mundo no debe olvidar que el Judaísmo, religión madre tanto del Cristianismo como del Islamismo, comenzó en el año 5.760.

No es que los judíos quieran ser promotores de fiestas y algarabías. No tenemos problemas en celebrar la llegada del número en el calendario, es sólo que el calendario judío tiene un conteo diferente. La tradición enseña que Adan y Eva, padres de la humanidad, salieron del Jardín del Edén hace casi seis mil años, y desde entonces comenzamos a contar el paso de los años. No fue a partir del nacimiento de Abraham, patriarca del pueblo judío sino un suceso que une a toda la humanidad en reconocimiento de nuestra común ascendencia.

Pero éso no quiere decir que el concepto de milenio no tenga significado para nosotros. Los Judíos, según la Cabalá, la ciencia mística de la mágica fe judía, el milenio representa los momentos más importantes de la historia sirviendo como punto decisivo en una historia divinamente dirigida y planificada por un D-s Omnipotente.

Según el Talmud, el mundo tal como lo concebimos existirá durante 6.000 años (contados a partir de Adan y Eva). Los primeros 2.000 años fueron de caos; los 2.000 años siguientes fueron marcados por la Torá, y los 2.000 años restantes incluirán la era Mesiánica.

Los místicos explican este episodio secreto, como una escritura presente, para el pasado y para el futuro. Los 2.000 años de caos fueron antes de que el monoteísmo apareciera en la tierra. Abraham tenía cincuenta y dos años de edad cuando instituyó que debía haber un solo D-s responsable de la creación de un mundo cuidadosamente diseñado y sorprendentemente complicado. Según el calendario hebreo, la fecha que marcó este gran descubrimiento que definitivamente cambiaría la historia de la civilización, fue exactamente el año dos mil. (De hecho, Abraham nació cincuenta y dos años antes, en 1948, año en el cual muchos siglos después sería el año del establecimiento del Estado de Israel, según el calendario gregoriano.)

Los años 2.000 hasta 4.000 representan el segundo período de dos mil años destinados para la Torá, durante los cuales el Pueblo de Israel presenció la Revelación en el Monte Sinai y vivieron según los hechos registrados en los cinco libros de Moisés, así como también en los posteriores libros de la Biblia. Fueron tiempos de gran altura intelectual y espiritual, culminando en la codificación de toda la Ley Judía en el libro conocido como la Mishná. El Pueblo Judío  necesito los siguientes dos mil años para dominar el significado de las palabras de D-s, siendo merecedores del gran regalo del milenio siguiente.

Según esta tradición, entre los años 4.000 y 6.000, el mundo debe estar preparado para recibir buenas y malas noticias. Las buenas noticias son que en algún momento dentro de este marco del tiempo (y por cierto, estoy muy consciente de que estamos cerca del tiempo máximo) la Era Mesiánica al fin llegará trayendo paz para toda la humanidad, la aceptación universal de D-s y bendiciones indescriptibles. La mala noticia es que, si según el calendario Hebreo este es el año 5.760, aún nos quedan 240 años para cumplirse la promesa de la redención final.

Antes de que esta información lo sobresalte, debe saber qué razón más profunda se esconde dentro de este marco de 6.000 años de historia de la humanidad. D-s creó el mundo en seis días, culminándolo con el Shabbat - día dedicado al disfrute del alma y el espíritu, distinto a lo establecido por el mundo secular.

Cada período de mil años corresponde a un dia de la Creación, seis mil años completan el ciclo de lo secular. Según la tradición, el séptimo milenio, que llegará en el año gregoriano 2.240, traerá consigo una forma de vida diferente nunca antes experimentada por el hombre, o sea, como un Shabbat eterno. Se vivirá en tanta armonía con lo puro, lo sagrado, el bien y lo Divino, que será, ¿qué más podría decir?, algo fuera de este mundo.

Por esa razón sé exactamente donde estaré la noche del 31 de diciembre  de este año. Mientras millones de personas esperarán el año 2.000 con fiestas y alegría, yo estaré con mi familia, disfrutando de la santidad del Shabbat. Qué sincronía, que precisamente este milenio especial coincida con el día que recuerda a los Judíos de nuestra propia perspectiva de los próximos mil años. Espero con impaciencia la llegada de ese próximo milenio judío, cuando entraremos en el mágico año 6.000, el Shabbat de la historia.

 

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