Significado del Ayuno
Los ayunos constituyen un medio
de expresión, una formulación física de la intención de reconstruír la vida
sobre valores espirituales auténticos.
El hecho automático de dejar de
comer y continuar la jornada diaria como cualquier otro día, sin ninguna
reflexión o valoración, no tiene ningún significado, como lo expresa el Profeta
Isaías:
创縋ara qué
ayunamos, si Tú nos ves? Pues en
el día de vuestro ayuno continuáis vuestros negocios y trabajos... He aquí que ayunáis para reñir y
discutir, y hacer la maldad. No
ayunéis, si queréis que vuestra voz sea oída en lo alto. No es éste el ayuno que Yo he escogido
para liberaros de la maldad, sino para compartir tu pan con el hambriento, y
para que traigas a los pobres que rechazaste de tu casa, y vistas al desnudo.
Entonces brillará tu luz como la mañana y brotará rápidamente el remedio a tu mal,
y se apartará tu injusticia delante de tí y la gloria del Eterno será tu
retaguardia. Y te guiará el Eterno
continuamente y satisfará tu alma en tiempos de sequía... Y tus descendientes
reedificarán los lugares antigüos que fueron desolados创. (Yeshayáhu
58:3-12).
Este es el objetivo del ayuno:
Llevar a la persona a la conducta ética, elevada, de acuerdo a la Torá, y a su
función como ser creado a imagen y semejanza de Di-s.
Si el ayuno no produce un cambio
interior en los valores y en la conducta del hombre, y no lo hace reflexionar
sobre su comportamiento, el ayuno no tiene significado alguno; ya que éste es
un medio de reflexión para el retorno a Di-s y a sus valores espirituales y
éticos. El ayuno no es un fin en
sí, sino un medio.
El ayuno cumple con tres
propósitos diferentes:
Arrepentimiento y
expiación: Para tomar conciencia
de nuestra función en este mundo, y expiar las transgresiones en la relación
con Di-s, como el ayuno de Yom Kipur.
Súplica: El Profeta Yoel, tras la devastación de
la Tierra de Israel por la langosta, pide al pueblo: 创Proclamad ayuno,
convocad asamblea, congregad a los ancianos y a todos los moradores de la
tierra en la casa del Señor y recen a Di-s创. (Yoel 1:14).
Duelos: Nuestros Sabios establecieron los días
de ayuno por causa de las desgracias ocurridas en nuestra propia vida o en la
vida de nuestro pueblo, con el fin de aprender del pasado y no volver a cometer
los mismos errores.
La vida contemporánea sigue un
ritmo enloquecedor; no hay tiempo para la reflexión.
El ayuno permite un balance, un
salir de sí para volver en sí, para volver a nuestro origen y preguntarnos: 创縌uién
soy?创 y 创緾ómo podría ser?创.
Y si, para preguntarse, el
hombre necesita coraje, más aún lo necesita para responderse auténticamente y
sin evasivas, y mucho más para retornar, corregir el rumbo trazado y dar una
nueva forma a los contenidos de la vida, y ponerlos acorde a los valores
espirituales del Creador.
Cuando se arma de este coraje,
entonces el hombre asume su propia imagen y semejanza de Di-s, y se recupera de
toda alienación y de toda falsedad.
El gran Rambam (Maimónides),
expresó: 创En las épocas de persecuciones y opresiones, recen e imploren, y
sepan que nuestras malas acciones produjeron estos malos sucesos. Pero si lo consideran casualidad,
aumentarán las desgracias创. (Hiljot Taanit Cap. 1).
El ayuno no ha de entenderse
como un 创sacrificio创 gracias al cual se conquistará el cielo si detrás de los
actos exteriores no hay auténtico vuelco del alma hacia el bien.