Probando a Di-s
El Talmud
(Taanit 9a) nos cuenta:
Rabí Yojanán
se encontró con su sobrino, el hijo de Resh Lakish.
Rabí Yojanánle preguntó: "¿Qué versículo
has estudiado hoy?".
"Aser teaser et kol tevuat zareja… – Diezmar habrás de diezmar toda la producción de
tus granos…" - le contestó su sobrino. E inmediatamente le preguntó a su tío: "¿Qué significan
las palabras 'Aser teaser' - 'diezmar habrás de
diezmar'?".
Su tío le
contestó: "Aser bishvil shetitasher - da el diezmo para que te
enriquezcas” (Rabí Yojanán interpretó el versículo de una manera parecida a su
lectura original.
Entonces su sobrino le preguntó: "¿De donde has
aprendido esto?".
A lo que Rabí Yojanán respondió: "¡Ve y
prueba!".
Entonces le preguntó su sobrino: “¿Acaso está
permitido poner a prueba a Di-s? Está escrito (Devarim 6):
¡No prueben a Di-s!”.
Le dijo su tío: "Así dijo Rabí Hoshaiá: En
cualquier cosa está prohibido probar a Di-s salvo en este tema, como está
escrito (Malají 3): 'Traigan todo el diezmo al depósito (del Templo) para que
haya comida en Mi Casa (para los Sacerdotes y los Levitas) y pruébenme ahora
mediante esto - dijo Di-s - si Yo no abriré para ustedes los pórticos de los
cielos y no les enviaré bendición ilimitada!'".
Esto nos enseña que a pesar de que tenemos
prohibido cumplir cualquier mitzvá si nuestra intención es probar a Di-s, para
ver si realmente nos recompensará por su cumplimiento, de todas formas respecto
de la mitzvá del diezmo está permitido cumplirla incluso si nuestra intención
es probar a Di-s.
Da el Diezmo para que te
Enriquezcas
El Talmud (Ketubot 66b) nos cuenta una historia que tuvo lugar después de la
destrucción del Templo de Jerusalem, relacionada con Rabí Yojanán ben Zakai y
la hija de Nakdimón ben Gurión (quien antes de la destrucción había sido uno de
los tres hombres más ricos de Jerusalem):
Una vez, Rabí Yojanán montaba sobre su burro saliendo
de Jerusalem y sus alumnos iban detrás de él. Él vio una jovencita que recogía espigas de cebada de por
debajo de los pies de los animales de los árabes. Cuando ella lo vio a él, se envolvió en una espiga de cebada
y se paró enfrente suyo.
Ella le dijo: "Rabí, dame algo de comer".
"Hija mía, ¿quién eres tú?" - él
preguntó.
Ella le contestó: "Yo soy hija de Nakdimón
Ben Gurión".
Él le preguntó:
"Hija mía, ¿dónde se ha ido toda la fortuna de
tu padre?".
Ella le respondió: "Rabí, ¿no hay un dicho en
Jerusalem que dice: Quién quiera conservar su dinero que lo haga disminuir y
que haga benevolencia con él? En
mi casa no han hecho benevolencia como correspondía y por eso el dinero se
terminó".
"Y el dinero de la casa de tu suegro, ¿dónde
está?" - preguntó Rabí Yojanán.
Respondió la
jovencita: "Por cuanto, que se mezclaron las dos fortunas, vino una y
consumió a la otra".
Y ella agregó: "Rabí, ¿tú recuerdas cuando has
firmado mi acta matrimonial?".
En ese mismo
momento Rabí Yojanán les dijo a sus alumnos que él recordaba haber firmado el
acta matrimonial de esta joven y la gran suma de dinero que fue ofrecida en
ella por parte de su padre y su suegro.
Y Rabí
Yojanán comenzó a llorar y exclamó: "¡Feliz es Israel!, Pues cuando
cumplen la voluntad del Creador ningún pueblo ni nación pueden gobernar sobre
ellos, pero cuando no cumplen la voluntad del Creador, Él los entrega en manos
de un pueblo bajo, y no sólo en manos de un pueblo bajo, sino en manos de los
animales de un pueblo bajo.
Después de
esta conmovedora historia, el Talmud pregunta: ¿cómo puede ser que se
diga que Nakdimón Ben Gurión no dio tzedaká, cuando nosotros sabemos que él realmente
daba tzedaká?
Responde el Talmud dos respuestas posibles: o él daba mucha tzedaká pero lo hacía
por su honor, o a pesar de que daba tzedaká,
él no daba todo lo que podía dar.
Comenta Rabí Israel Meir Hacohen en su libro "Jafetz Jaim sobre la Torá",
que de esta historia podemos entender por qué los Sabios interpretaron el
versículo "Aser teaser… - Diezmar, habrás de diezmar…", como
"Aser bishvil shetitasher - Da el diezmo para que te enriquezcas".
Por los Diezmos el Mundo fue Creado
El Midrash nos enseña:
Dijo Rav Huna en nombre de Rav Matna: Por el mérito
de 3 cosas el mundo fue creado: por el mérito de la jalá (la mitzvá de separar
una parte de la masa), por el mérito de los maaserot (los diezmos) y por el
mérito de los bikurim (la mitzvá de traer al Templo las primicias de los
frutos.
¿De dónde se aprende
esto? Está escrito en Bereshit
(cuando habla de la creación del mundo): "Al comienzo (Bereshit) creó Di-s
los cielos y la tierra", y el versículo se refiere a la jalá como "Reshit
Arisotejem" (lo primero de vuestra masa. Respecto de los diezmos el versículo dice: "Reshit
deganeja" (lo primero de tu producción), y respecto de las primicias dice:
"Reshit admateja" (lo primero de tu tierra.
Este Midrash interpreta el versículo que dice: "Bereshit
bará Elokim et hashamaim veet haaretz - Al comienzo creó Di-s los cielos y la
tierra", como si dijera: "Por el 'comienzo' (reshit) creó Di-s los
cielos y la tierra". Y por cuanto encontramos en las escrituras que hay tres cosas que son llamadas
"el comienzo de algo", nos enseña Rav Huna en nombre de Rav Matna,
que debemos entender como si el mundo hubiera sido creado para que el pueblo de
Israel cumpla estas tres mitzvot, la jalá - el comienzo de la masa, los diezmos
y las primicias - el comienzo de la producción del campo y los
árboles.
¿Cuál es el motivo auténtico por el que a un judío se le prohíbe tener provecho de su
riqueza antes de separar jalá, los diezmos y las primicias?
Estas tres mitzvot no son simplemente un impuesto que el judío debe paga
antes de poder disfrutar de su riqueza, sino que la Torá nos viene a enseñar un
punto básico en la vida del ser humano: la persona no es la dueña de sus
posesiones sino que Di-s ha depositado en sus manos una cantidad determinada de
posesiones y ahora él debe demostrar que sabe bien como administrarlas.
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