Rosh Hashaná
En la tradición judía, Rosh Hashaná y Yom Kipur forman lo que se conoce
como Yamim Noraím, Fiestas Austeras.
Se trata de un período en el que en un contexto de espiritualidad e
introspección, realizamos un examen de conciencia por todos los actos
realizados, pero también por todo lo que dejamos de hacer, marcando un tiempo
para el arrepentimiento y la corrección.
Rosh
Hashaná marca el comienzo del año judío y conmemora la fecha de creación del
Mundo, aunque muchas fuentes señalan que conmemora más exactamente la creación
del hombre en el sexto día de la Creación, simbolizando así que es el hombre
quien marca el comienzo de la historia.
Así
también es el ser judío, la conciencia del pertenecer al Pueblo de Israel por
mucho tiempo callada, o cuando expresada en palabras racionales, frías y
lógicas, abandona repentinamente el cerebro ubicándose en el corazón; deja las
palabras y expresa su fe a través de ese grito mudo, de la lágrima
incontenible, de querer ser otra vez lo que es, un judío completo.
El corazón
judío desea la Teshuvá, envidia la kipá y el tzitzit. Codicia el Shabat, el kasher
y ansía la Tefilá.
Este sentimiento oprimido muchas veces por la vergüenza o el complejo de
ser distinto, por los prejuicios e ideas preconcebidas diseminadas a través del
odio, debe ser liberado.
¿Qué es
exactamente lo que significa darle majestad a Di-s, para coronarlo? Significa reconocer Su grandiosa
presencia en nuestras vidas, y coronarlo con profundidad y entendimiento, y
todo ello se traduce en acciones renovadas y cambiadas. Es decir, significa hacer que la
voluntad de Di-s sea nuestra voluntad.
Esto, de
ninguna manera es una cosa fácil.
La ignorancia, la flojera, los deseos físicos y el egoísmo,
constantemente nos obstaculizan para ver o actuar en lo que es mejor para
nosotros.
Por lo
tanto, Di-s nos bendijo con un día dedicado exclusivamente para este servicio: Rosh
Hashaná. Por supuesto sabemos que
es un trabajo de todo el año, sin embargo, Rosh Hashaná es sólo el
momento en donde la coronación de Di-s se enfatiza y según el entendimiento y
las expectativas que tengamos en ese día, se nos darán las fuerzas para
coronarlo en todas las actividades en que nos veamos involucrados durante todo
el año.
Este
día especial es el tiempo oportuno para que todos nosotros nos podamos unir y
dirigirnos para dar a Di-s la única cosa que Él "necesita": nuestra
alianza voluntaria a Su reinado.
El
significado del sonido del cuerno (Shofar) en Año Nuevo (Rosh Hashaná) consiste
en que en este día Di-s juzga la existencia como parte de un nuevo ciclo, es
decir, un año nuevo. Los
tribunales de justicia trascendentales se disponen a juzgar a todo el universo
según los procesos del juicio supremo.
Y el
fiscal celestial está dispuesto a acusar según los delitos de los seres
humanos. El Creador nos ordenó que
hagamos sonar el cuerno, el objetivo de esta actividad es atraer la conducción
del mundo con misericordia y no con el rigor de la justicia, y confundir al
fiscal. Pues ciertamente ello
constituye el concepto de medida por medida: puesto que él no reacciona contra
nadie, así no reaccionan en su contra.
Y tenemos
así que se le trata con misericordia; y ello mismo es parte del principio de la
justicia. Aunque no solamente tal
acto será retribuido de esta manera, sino sobre todo acto que decrete la
sabiduría suprema, que le sea retribuida así.
Y como
parte de ello se encuentra este mandamiento de hacer sonar el cuerno, que fue
mandado sobre Israel para que atraigan sobre ellos un trato de
misericordia. Y cuando lo realizan
como es debido, ello será el provecho que sacarán de él. Lo específico de tal observancia, o
sea, el nexo entre el sonido del cuerno y la transmisión de la misericordia,
depende de las raíces de la conducción del mundo y sus fundamentos.
Ahavat
Israel -el amor incondicional a cada judío- es una mitzvá -precepto- de
la Torá, tal como fuera escrito: “Y amarás a tu prójimo como a ti
mismo". Este mandamiento va
mano a mano con aquel que estipula: "Amarás al Señor, tu Di-s, con
todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas". En principio puede resultar extraño que
se nos ordene amar a alguien, ya que tratándose de un sentimiento, es algo
imposible de desarrollar a causa de una mera ordenanza. Cuando se habla de otros preceptos de la
Torá, ya sea colocarse los Tefilín, vestir los Tzitzit, dar Caridad, etc., de
momento que se trata de una acción, aún cuando se trate de una orden, es
posible llevarla a cabo sin grandes dificultades.
¿Se nos
puede ordenar que amemos a alguien, y con todo el corazón? El verdadero significado de estos
mandamientos que conciernen al sentimiento, como ser el amor incondicional
hacia otro judío, o el amor al Creador, implica que debemos hacer un esfuerzo
que nos lleve a desarrollar y cultivar un sentido de hermandad hacia otros
integrantes de nuestro pueblo, y de amor hacia Di-s.
A ello
hemos de arribar en el momento en que tomemos conciencia de las intrínsecas
cualidades que lleva un judío, sin miras a situaciones circunstanciales, cuando
hemos de ver todo lo noble de nuestro semejante. Meditando en dicho espíritu, hemos de apreciar factores que
pasan desapercibidos al poco y superfluo ojo humano. Ello nos llevará a despertar un sentimiento de cercanía
(amor) hacia nuestro hermano, incluyendo exitosamente el cumplimiento de la
ordenanza Divina. Que esta
sensación de hermandad y afecto mutuo y real no se dispense con algunos
esporádicos actos de caridad. Que
sea genuina y real. En ese
momento, Rosh Hashaná será Rosh Hashaná... Yom Kipur, será Yom Kipur...
En Rosh
Hashaná es decretado para cada persona su sustento. Es decir, cuales van a ser sus ingresos y sus salidas ya sea
por medio de gastos, perjuicios, extravíos etc.
Si
tiene suerte, lo que le fue fijado perder, va a darlo a los pobres, de manera que
por medio de esta “perdida” va a ser privilegiado en cumplir con la Mitzvá de Tzedaká
y, además, va a aumentar su capital como hemos mencionado en otros capítulos.
Y si no es
privilegiado y no entendió que durante el año, hay que sacar parte del capital
para Tzedaká va a tener perdidas no de buen gusto como por ejemplo impuestos
inesperados etc., ya que lo que va gastar también se decreto, por lo tanto es
mejor invertirlo en Tzedaká rápidamente antes que se ocupe ese dinero en otro
lugar no deseado y con la ventaja que será a aumentado.
Este
cuento que les voy a relatar de la Guemará refleja esta realidad anteriormente
menciona.
Sucedió
que Rabí Yojanán Ben Zacai en Rosh Hashaná le fue revelado por medio de un
sueño que ese año que a los hijos de su hermana, sus sobrinos, iban a tener
pérdidas o salidas por valor de 700 dinares.
De vez en
cuando Rabí Yojanán Ben Zacai hablaba a sus sobrinos directamente al corazón
persuadiéndolos en dar Tzedaká en ayudar a los necesitados etc. Rabí Yojanán Ben Zacai fue recibiendo
de sus sobrinos la Tzedaká que ellos creían dar hasta que llegó Rosh Hashaná y
Rabí Yojanán hizo cuentas y vio que faltaban 17 dinares, del sueño que había
vivido.
En víspera
de Yom Kipur llegaron unos soldados del emperador y se llevaron a sus
sobrinos y Rabí Yojanán Ben Zacai
los tranquilizó: No teman de una acusación difícil.
Solamente
tienen que perder 17 dinares y luego los van a soltar. Le preguntaron: ¿Cómo sabe esto?, y
volvieron a preguntar: ¿Por qué no nos comentó lo de su sueño y así le
hubiéramos dado los 17 dinares antes y hubiéramos tenido que sufrir con esta
detención etc.?
Les
contesto: “Quise que dieran Tzedaká según su corazón con el propósito sincero
de cumplir con la mitzvá y no para liberarse del gobierno”.
Como pudimos
aprender de esta historia, Rosh Hashaná es determinante para toda persona sobre
cuanto va perder o sacar de su capital, por eso el que da para Tzedaká es como
un ahorro sacado de lo que le fue fijado perder.
Explicó y
enseñó Rabí Akivá: “El poder de la Tzedaká no es solo salvarse de situaciones
peligrosas económicamente sino que incluso si es decretado desde su nacimiento
que tiene que dejar este mundo en una fecha concreta, la Tzedaká tiene el poder
de aumentarle muchos días y prolongarle los años de vida”. Que así sea 120 años para todos.
Oración de la Parnasá
Sea Tu voluntad, Oh Grande,
Potente y Temible Di-s, que se realice lo que Te pedimos por amor a Tu nombre y
por la santidad de este salmo que leímos, y la santidad de sus versículos,
palabras, letras, señales y secretos incluidos en él.
Y por amor
del Nombre grande y santo... señalando en el versículo: “Y vaciaré sobre
vosotros bendición hasta que sobreabunde” (Malaquías III, 10).
Y del
versículo”: Lanza sobre nosotros la luz de Tu rostro, Oh Eterno” (Salmo 4), que
nos inscribas en el libro de sustentos y de provisiones, este año y los años
que siguen; a nosotros y a todos los miembros de nuestra casa; con hartura y
conformación, y no con dificultades y penas; con serenidad, calma, bienestar y
seguridad para que podamos servir en el oficio Santo con santidad y pureza, sin
perturbación.
Que
tengamos sustento sin humillación ni vergüenza; no nos hagas tener necesidad de
donativos de nuestros semejantes, sino que esperamos recibir todo de Tu mano
dadivosa y santa. Proporciónanos
buen suceso y progreso en todos nuestros estudios, así como en las obras de
nuestras manos y nuestras ocupaciones; que nuestros hogares se llenen de
bendición de D-os, para que nos alimentemos con abundancia y estemos siempre
bien.
¡Que así
sea Tu voluntad, Amen!.
Esta
oración la recitamos las dos noches de Rosh Hashaná y la de Yom Kipur con el Arón
Hacodesh abierto y antes de finalizar Arbit.
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