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1. El Camino a la Perfección

Primeramente, para toda instancia es necesario que haya una cualidad y una medida específica. El hombre que carezca de esta cualidad no podrá llegar al propósito último de dicha instancia. El propósito de los trece atributos consiste en formar en el ser humano las cualidades que precise, las cuales pueden ser comparadas a la materia prima necesaria para la fabricación de un utensilio.

A fin de construir el Santuario se precisaba del oro; pero para lograr que éste fuese digno de ser utilizado era también necesario buscarlo, limpiarlo y purificarlo. En particular, es necesario poseer poder, el poder de auto-control a fin de no otorgarle demasiada importancia a la realidad inmediata y ser arrastrados por ella. Por el contrario, es necesario renunciar a los placeres momentáneos a fin de poder realizar los grandes logros, tal como se hace al purificar el oro a fin de convertirlo en oro puro.

Por supuesto, para cada cosa que hagamos es necesario de la oración y del esfuerzo.Por consiguiente, podemos decir que son cuatro las cosas expresadas en todos los niveles de la existencia:

La materia oro

La medida Él

El esfuerzo Lo Santo

La oración La gracia divina

A fin de explicar este proceso a continuación hablaremos acerca de las bendiciones de la mañana, las cuales podrían representar una expresión de la realidad humana, es decir, a su condición después de haber realizado su servicio al Creador. La bendición que más se identifica con estas ideas es: “El que otorga entendimiento al gallo” (HaNotén LaSejví Biná). Esta bendición da expresión al logro, el cual es la quinta instancia, el propósito último de todo lo demás.


2. “Quien otorga entendimiento al gallo para diferenciar entre el Día y la Noche”

La primera diferenciación escrita en la Torá es: “Vio Di-s que luz era buena; y separó Di-s entre la luz y las tinieblas. Llamó Di-s a la luz ‘día’, y a las tinieblas llamó ‘noche’. Fue la noche y la mañana; el primer día” (Génesis 1). Esta fue la primera “vista” y la primera separación que se menciona en la Torá.

Podemos aprender de aquí que la intención del versículo no se limita únicamente a una “vista” física, sino también a una vista divina, ya que es gracias a esto que reconocemos la bondad que hay en la luz, y a partir de ella se hace posible separar entre la luz y la oscuridad.

Esta “vista” halla su expresión concreta en el gallo (Sejví). El gallo posee una percepción natural que la permite cacarear para anunciar los cambios en el tiempo ocurridos cuando el hombre todavía no los ha percibido.

Nuestros Sabios declararon que el gallo posee la capacidad para saber el momento en que Di-s se enfurece. Podemos entonces preguntarnos: ¿por qué tenemos nosotros que bendecir que porque Di-s le ha dado esta capacidad al gallo? No encontramos ningún otro caso en el que se tenga que bendecir por los dones que Di-s ha otorgado a los demás seres vivos. Además, resulta extraño que tengamos que incluir esta bendición junto con las demás bendiciones matinales, las cuales tienen como tema aspectos que guardan relación sólo con el hombre.

Por lo demás, también hay que descubrir por qué nuestros Sabios escogieron este nombre (Sejví) para designar al gallo en esta bendición, y no otro de los varios nombres que se le dan en hebreo.

El Rosh (Rabeinu Asher) comenta así lo dicho por el Talmud en el tratado Berajot 60b: “El corazón es llamado Sejví, como está escrito, ‘¿quién ha dado entendimiento a mi corazón?’ (Job 38). El corazón es el que entiende y es por medio del entendimiento (Biná) que el hombre distingue entre el día y la noche. Y debido a que el gallo también comprende esto mismo (en árabe el gallo es llamado Sejví), instituyeron esta bendición para ser dicha al escucharse el canto del gallo. No obstante, aun si no ha escuchado el canto del gallo podrá recitar esta bendición, ya que no es sino una bendición de agradecimiento a Di-s por habernos otorgado entendimiento y comprensión, y nos ha provisto de todas nuestras necesidades, pues si un hombre se encuentra encerrado en un cuarto oscuro podrá distinguir la llegada del día por medio del canto del gallo”.

En efecto, el Tárgum arameo explica así el versículo de Job de donde se extrajo esta bendición: “¿Quién ha puesto sabiduría en las partes internas o quién ha dado entendimiento al corazón?” (Job 38).

El gallo es llamado Sejví en el lenguaje de nuestros Sabios, pero también significa “corazón”, pues, como dice Rashi, el corazón es “el que anticipa y calcula las consecuencias”. Según Ibn Ezra, Sejví significa ‘corazón”, como en el pasaje que dice: “Pasaron las elucubraciones de mi corazón”. También se utiliza esta misma palabra para designar diseños grabados, como en el caso de los diseños grabados en piedra. Según esta opinión, estas formas o diseños son los pensamientos profundos del ser humano.


3. Corazón-gallo

Como dijimos anteriormente, la palabra Sejví posee connotaciones: corazón y gallo.Nuestros rabinos decidieron escoger uno de estos dos significados y dejar el otro, y esto es algo que requiere de clarificación.

El gallo, como mencionamos más arriba, posee una percepción natural del tiempo. supuesto generalmente aceptado es que la comprensión que el corazón posee de las cosas si es intelectual.

Quizás podríamos decir que es justo aquí que se halla el equívoco. El corazón del hombre posee un sentimiento natural semejante al del gallo y es a través de él que es capaz de discernir entre la luz y la oscuridad, las cuales son también lo bueno y lo malo. El significado general de la oscuridad es lo material y el significado de la luz es lo espiritual.

Di-s ha colocado este sentimiento en el corazón de cada ser humano, como está escrito: “¿Quién ha puesto la sabiduría en las partes internas y quién ha dado entendimiento al corazón?” esto demuestra que el corazón posee entendimiento de una manera natural. Este sentimiento se identifica con la luz que Di-s creó en el primer día de la creación, por medio de la cual el hombre podía ver de un confín del universo al otro. Esta luz, sin embargo, fue ocultada debido a las malas acciones de los malvados (Bereshit Rabá 11).

Esta comprensión natural fue plantada en nuestros corazones desde el principio de la creación, desde el momento en que Di-s dijo: “Sea la luz; y fue la luz”.

Esta luz, oculta en las profundidades internas de todo ser creado, es expresada por el gallo como un discernimiento del tiempo. Por supuesto, también podemos descubrir esta misma luz en el hombre.

Al parecer, esta es la capacidad que poseemos para discernir entre una cosa y otra.Cuando el hombre alcanza a poseer esta capacidad de discernimiento deberá tener conciencia de que no constituye una facultad humana, sino que le fue dada como parte de lo que el Creador implantó en su corazón al decir: “Sea la luz”.

Es por esta razón que bendecimos a Di-s por ser Él quien “otorga discernimiento al corazón (gallo) para discernir entre el día y la noche”, puesto esto es lo que posibilita la distinción entre la luz y la oscuridad.

Por otra parte, la razón por la que nosotros no sentimos el cambio del tiempo de la misma forma que lo hace el gallo no constituye una carencia intrínseca de nuestros corazones. Lo que sucede es que el hombre, debido a sus pasiones y sus pecados, pervierte sus sentimientos y daña su capacidad para hacer uso de su libre albedrío para distinguir entre lo bueno y lo malo, entre lo espiritual y lo físico.El hombre mismo acalla sus sentimientos verdaderos. Se dice, por tanto, que los grandes justos del mundo sentían los cambios en el tiempo.

El gallo, en hebreo, también es llamado “Gever” (vocablo utilizado generalmente para designar al hombre, debido a su connotación de poder de auto-control: Gevurá). La razón de esto es que sólo quien sea capaz de controlar sus impulsos y dominarlos podrá alcanzar la capacidad de discernimiento.


4. “Derej Eretz se aprende del gallo”

El Talmud declara: “Dijo Rabí Yojanán, ‘si la Torá no hubiera sido entregada, hubiéramos podido aprender... Derej Eretz (las reglas sociales) del gallo, el cual primero apacigua (a su pareja) y después se aparea. ¿Y cómo es que la apacigua? Dijo Rabí Yehuda en el nombre de Rav –esto es lo que se dice- ‘te compraré un vestido que te llegará hasta los pies’. Después de eso (del apareamiento) le dice: “que (el gato) me arranque la cresta si es que tengo para comprártelo y no lo hago” (Eruvín 100b).

La definición de “Derej Eretz” es el comportamiento del hombre en el mundo material. Nosotros utilizamos el mundo material con el propósito de satisfacer nuestras necesidades. Nuestros Sabios nos quieren decir con este pasaje que debemos apaciguar a las criaturas que utilizamos como medios para alcanzar nuestros objetivos. Esto es lo que significa “Derej Eretz” (literalmente, “el camino del mundo”), es decir, el camino de vida que la Torá nos enseña.

Si no aprendemos esto de la Torá, ello es como si la Torá no nos hubiera sido entregada en cuanto a este punto, y esta sabiduría se halla implantada firmemente en la naturaleza del ser vivo que conoce la distinción entre el día y la noche.

Ya dijimos que este mundo –en sí mismo- es denominado “oscuridad”. El hombre es capaz de utilizar el mundo y de obtener beneficios de él mediante la luz. El método correcto de utilización del mundo es aquel en el cual el hombre “cubre” al mundo material y ni ve ni sabe ni se interesa por ninguna cosa del mundo que no sea el beneficio correcto que él extrae del mismo. Por medio de esto otorgará valor al mundo material y lo honrará, sintiendo así la obligación de “apaciguarlo” por haberlo utilizado como medio para la obtención de sus objetivos personales. Si coloca sobre el mundo una cubierta de la cabeza a los pies, demuestra por medio de ello que su propósito no es explotarlo momentáneamente sino, por el contrario, imbuir de su luz personal la oscuridad que posee y engendrar de él. De este modo otorga perpetuidad a este mundo oscuro y pasajero, como Di-s mismo declaró a propósito de la tarea del hombre en el mundo: “Para trabajarlo y preservarlo” (Génesis 2:15).< El hombre debe trabajarlo a fin de preservarlo y de este modo aportarle la perpetuidad.

El Talmud declara que el gallo después le dice a su pareja que si tiene los medios para comprarle un vestido y no lo hace, que su cresta le sea arrancada. Nuestros Sabios han dicho que la cresta del gallo posee una característica que la asocia a la ira de Di-s: “¿Cuándo es que (Di-s) se enfurece? Abayé dijo: ‘En los tres instantes antes de que la cresta del gallo se agite’ (Avodá Zará 4b). Esta es la capacidad sutil de discernimiento que ha sido implantada en el lugar espiritual más oculto de todos. Con este pasaje se nos enseña que este sentimiento surge del apaciguamiento de quien sabe cubrir al mundo y utilizarlo apropiadamente.

Para finalizar, citaremos las siguientes palabras del Talmud acerca de este tema:

“Dijo Rabí Abín –está prohibido que el hombre tenga relaciones sexuales durante el día. ¿De qué versículo (lo aprendemos)? De que está escrito: ‘Que perezca el día en que nací y la noche que dijo- nazca un varón’ (Job 1:3). La noche fue dada para la concepción pero el día no fue dado para la concepción. Resh Lakish dijo a partir de esto: ‘El que menosprecia sus caminos morirá’ (Proverbios 19). (Rashi explica: ‘El que menosprecia sus caminos’ se refiere a las relaciones sexuales, como está escrito, ‘el camino de un varón con una doncella’ (Proverbios 30). El que tiene relaciones sexuales durante el día podrá caer el menosprecio, ya que quizás vea en ella algo repulsivo y se vuelva aborrecible para él’.

“Rabí Jisda dijo: está prohibido que el hombre tenga relaciones sexuales durante el día, como está escrito, ‘y amarás a tu prójimo como a ti mismo’ (Levítico 19:18). (Talmid Jajam) lo ‘oscurece’ con su manto y tiene relaciones sexuales; -Rashi explica: ‘puesto que sabe comportarse con modestia’- (Nidá 17).