Origen del nombre de la festividad
La
palabra Janucá significa, en hebreo, inauguración. Como
ha quedado dicho, los Jashmonaím renovaron el ritual en el Templo
y lo reinauguraron, como se relata en el libro de los Jashmonaím:
"...Y en el día veinticinco de Kislev, madrugaron y realizaron
los sacrificios de acuerdo a la Ley. Inauguraron el mismo día en
que fue profanado por los extraños y alabaron al Señor con
cantos y violines, flautas y platillos; y se arrodillaron ante Di-s, que
les otorgó valentía y salvación, y celebraron la
inauguración del altar durante ocho días...".
Flavio Josefo, el famoso historiador, autor de "La
guerra de los judíos", escribe:
"El regocijo por la posibilidad de renovar
el servicio Divino en el Templo era tan grande que ordenaron celebrar
cada año los ocho días de la inauguración del mismo...
Esta festividad se celebra hasta nuestros días y se llama Fiesta
de las Luminarias o Fiesta de las Velas, ya que se otorgó la posibilidad
de vivir de acuerdo con nuestra tradición. Ello ocurrió
en forma tan imprevista, como un rayo de luz que aparece de improviso...".
Otra interesante explicación del nombre de la fiesta,
la aporta el análisis gramatical de la palabra Janucá. En
efecto, si dividimos la palabra en dos partes se forman dos vocablos:
Janu - Ca. El primero significa "descanso" y el segundo
configura el valor numérico veinticinco, expresado en caracteres
hebraicos. Este juego de palabras nos quiere significar que el veinticinco
(de Kislev) los judíos pudieron descansar y vivir en paz, libres
de los enemigos a quienes expulsaron con valentía, motivados por
la inquebrantable fe en el Todopoderoso.
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