Torá desde Jerusalem
Parashá Haazinu - Prestad oídos
Libro Devarim / Deuteronomio (32:1 a 32:52)
Comentario
sobre la Parashá
“Escuchen los cielos...”
(Devarim
32:1)
"Escuchen
los cielos y hablare, Oiga la tierra Mis dichos". Con estas palabras
se despide Moshé del Pueblo de Israel poniendo como testigos a
los cielos y la tierra, y con este maravilloso cántico donde declara
en síntesis la verdad y los principios de la Torá y así
nos declara: "El Todopoderoso, perfecta es Su obra. La corrupción
no es de Él, sino de sus hijos, miembros de una generación
perversa y perdida. ¿Así compensáis al Eterno? Pueblo
vil e insensato
". Que despedida más amarga la de un
dirigente que ha llevado bajo su responsabilidad a todo un pueblo durante
cuarenta años en el desierto. Pero no es la tristeza de no poder
llegar a la meta lo que le preocupa a Moshé, sino la verdad de
la bajeza humana, un pueblo que vivió la hazgajá (control)
Divina, que hasta el más simple ser del pueblo dijo en la apertura
del Mar Rojo: "Éste es mi Señor y ésta es Su
grandeza". Moshé conoce la realidad humana y advierte: "Vayismán
Yeshurún Vayibhat". "Al cubrirse de grasa (riqueza) abandonó
a su Señor..., profanaste a tu Salvador
me hicieron celar
con lo vano
". Y concluyó Moshé sus enseñanzas
a todo Israel diciendo: "Poned vuestro corazón en todas las
palabras que hoy os he dicho y comunicadlas a vuestros hijos
".
La facilidad de abandonar lo importante y lo consecuente
por la vanidad y los placeres momentáneos, están grabados
en la naturaleza de la persona es por lo que debemos de estar en continua
conciencia y alerta del peligro de la vida que nos rodea sobre todo cuando
la facilidad y los placeres se convierten en naturales y casi obligatorios.
Esta semana entre Rosh HaShaná y Yom Kipur denominada
por nuestros Sabios como los diez días de la Teshuvá, se
ve coronada por el Sábado intermedio llamado Shabat Tshuvá,
el Sábado de la Teshuvá, y si todos los días son
aceptables para el raciocinio y la recapacitación, este Sábado
es especial, pues así como el primer Shabat fue la coronación
de la Creación, este Sábado es la coronación de la
recapacitación. Debemos aprovechar el potencial espiritual del
Shabat en general, y de éste en especial para realizar ese examen
de conciencia que nos exige el Creador y que es la razón de todos
estos días, "pues no busca el Creador en el castigo del equivocado
sino en su arrepentimiento y su vuelta al buen camino".
La responsabilidad de nuestros dirigentes es tan grande
que la Torá finaliza esta parashá y con ella la propia lectura
de la Torá, recordándonos la muerte de Moshé y su
castigo de no entrar a la tierra de Israel, por lo que Moshé y
Aharón no hicieron "Kidush Hashem" (exaltación
de Su nombre) en un hecho que nos parecería inverosímil
como fue que golpearon y no hablaron a la piedra para pedir que manara
agua. Toda la equivocación consistió en eso. ¿Podemos
entender la proporción entre el hecho y el castigo?
Con esta enseñanza y moraleja la Torá quiere
concretar para todo dirigente, pues no somos responsables solamente de
nuestros hechos o de los hechos que pudimos evitar en los demás,
sino aún más por los hechos que pudimos realizar e influenciar
sobre los demás, cada uno al nivel de su capacidad de influencia
y responsabilidad.
Cuenta el Midrash que cuando salieron Natán y Abihu
profetizando, dijeron las mujeres de Moshé y Aharón: ¿Mezquinas
las mujeres de éstos, sabrán lo que les espera? ¡Qué
diferentes las generaciones de nuestros antepasados, concientes de la
responsabilidad, huían de los cargos importantes!. Hoy no solamente
que no huimos de esos cargos, sino que los perseguimos.
Shabat Shalom.
Rab Shlomó Wahnón
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