Torá desde Jerusalem
Parashá Ki Tisá - Cuentes
Libro Shemot / Éxodo (30:11 a 34:35)
Comentario
sobre la Parashá
"El que fuere censado...dará ofrenda al Eterno" (Shemot / Éxodo 30:11)
"Cuando tomes el censo de los hijos de Israel
"
así comienza la parashá de esta semana advirtiéndonos la obligación de
expiar a todo aquél que es contado. A lo que nos debemos preguntar, ¿qué
pecado hizo la persona por permitir que lo incluyeran en el censo? Durante
generaciones anteriores a la salida de Egipto, el Todopoderoso aseguró
a nuestros patriarcas Abraham, Itzjak y Yaacob: "Y será tu descendencia
como la arena de las playas y las estrellas de los cielos en cantidad",
pues la persona al participar en el censo, pone en duda la veracidad de
la promesa, por lo que tendrá que expiar su alma por el error cometido.
La cuenta numérica de todo grupo lo define con lo
que lo limita, pero el pueblo de Israel está por encima de la limitación;
así nos asevera Moshé, antes de despedirse del pueblo, en
el libro de Devarim (Deuteronomio) en el que nos confirma la promesa Divina
al pueblo de Israel diciéndonos: "Cuando ascenderéis,
ascenderéis hasta los cielos de arriba y cuando caeréis,
caeréis hasta las profundidades del abismo", a lo que preguntan
nuestros Sabios: ¿Porqué incluyó Moshé Rabenu
"cuando caeréis, caeréis hasta las profundidades ...",
como parte de las bendiciones con las que se despidió del pueblo?
A lo que responden: en verdad hay maldiciones que son bendiciones y esta
es una de ellas, pues la persona que sabe que el peligro que enfrenta
es limitado, también su temor al peligro es limitado, mientras
que el que se acerca a un precipicio su temor aumenta, por lo que la probabilidad
de caer empequeñece.
Dice el Talmud con respecto al párrafo "Y te enviaré
la bendición Beisemeja", que no hay bendición sino en lo oculto,
por lo que aconseja el Talmud que la persona no cuente el dinero en su
bolsillo, ya que el continuo comprobar de esa situación, demuestra desconfianza
en la "Hazgajá" (intervención Divina en nuestra vidas).
"Esto darán todos los censados medio shekel
El
rico no aumentará ni el pobre disminuirá". Todos somos iguales delante
de Hashem, ni el rico aumentará ni el pobre disminuirá, asimismo nos obliga
la Torá que cuando dos personas aparecen delante de un juez, no podrán
presentarse en diferente posición, sino que los dos vestirán ropas de
la misma condición, para que no aparezcan delante del juez diferenciándose.
Tres veces fuimos ordenados a entregar medio shekel: para
la construcción del Tabernáculo, para la compra de los sacrificios obligatorios
y para remediar el censo. Tres de las facetas primordiales en la vida
espiritual judía, la construcción del Tabernáculo, "Háganme un Santuario
y habitaré entre vosotros" dijo el Eterno. En la construcción de
la Casa todos aportaremos por igual, pues no es material lo necesario,
sino la participación del pueblo, y asimismo en la compra de los sacrificios
obligatorios, no son los animales lo primordial sino la participación,
los animales solamente son los objetos sobre los que recaen nuestros sentimientos.
La vida del pueblo Judío fue comparada por nuestros Sabios
en más de una oportunidad como la convivencia en un barco, donde la armonía
en el comportamiento de todos los tripulantes de la nave, puede permitir
el buen transcurrir de la navegación. Nadie se puede sentir fuera de la
responsabilidad común, como a nadie se le ocurriría agujerear su camarote
con la excusa de que en su cuarto él puede hacer lo que quiera, ya que
todos entendemos qué consecuencias traería ese pensamiento. "Israel
Arebim Ze la Ze": Todo israelí es responsable por su prójimo, y no
sólo por su prójimo, sino por el mundo entero.
Shabat Shalom.
Rab Shlomó Wahnón
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