Torá desde Jerusalem
Parashá Matot - Tribus
Libro Bamidbar / Números (30:2 a 32:42)
Comentario
sobre la Parashá
“Quien prometa o jure...” (Bamidbar 30:10)
Y habló Moshé a los jefes de las tribus: “Quien prometa o jure…”. Al respecto, los comentaristas se
preguntaron del por qué, esta parashá fue dirigida a los jefes de las tribus y
no directamente a todo el pueblo, a lo que respondió Rashi, que Moshé se
dirigió en principio a los presidentes de las tribus para demostrarles su
respeto. Pero ¿no encontró Moshé
Rabenu otras leyes con las que pudiera demostrar su aprecio a los presidentes
de las tribus?, o ¿tal vez la Torá quiso advertir a los presidentes y
dirigentes de nuestro pueblo sobre la importancia de la palabra y compromisos
que a diestra y siniestra, difunden día tras día sin ninguna esperanza de
cumplir?.
Los políticos, no se
avergüenzan en confirmar que antes de las elecciones prometieron, pero ¡no
prometieron cumplir!. ¿Qué ejemplo
puede recibir el pueblo cuando sus dirigentes no tienen problema alguno en
afirmar su condición de no fiables?
Moshé Rabenu sabía que los jefes de las tribus del pueblo de Israel
que salió de Egipto, eran diferentes a los que históricamente se conocerían más
tarde, y a lo que enseñaron nuestros Sabios: “No se advierte a quien no quiere
ser advertido”. Así podemos
comprender lo que nos explicó Rashi: “...quiso demostrarles su respeto”.
Dijeron nuestros Sabios: Llegarán los días en los que “Penei Hador Ke
Penei Hakeleb” (la faz de la generación como la faz del perro), cuando vemos a
un perro que tira de la correa de su amo, creemos que el perro en verdad sabe
adónde quiere ir, pero, sin embargo, cuando llega a un cruce voltea su cara
hacia atrás a ver que es lo que su amo desea. La democracia se demostró como el menor de los males y como
el sistema más correcto de gobierno, ya que sus dirigentes deben ser elegidos
cada cierta cantidad de años, lo que evita la concentración de fuerzas y la
corrupción por falta de control.
En sí parecería ser el mejor de los males, pero en verdad el sistema
convirtió a los dirigentes en dirigidos, se acabaron los ideales, las verdades
sociales, todo se convirtió en una carrera tras los medios de comunicación y
maquillaje de los candidatos, todos mantienen especialistas, no sólo en
relaciones públicas y maestro de ceremonia, sino que tienen portavoces que
aparte de transmitir los mensajes de los presidentes, también son los
manipuladores de las ideas y conceptos.
Los gobernadores se convirtieron en gobernados por los tecnócratas,
que a su vez dependen del periodismo y de la opinión pública, que ya sabemos
que fácilmente pueden ser manipuladas por intereses creados.
Shabat Shalom.
Rab Shlomó Wahnón
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