Torá desde Jerusalem
Parashá Reé - Mira Libro Devarim / Deuteronomio (11:26 a 16:17)
Comentario
sobre la Parashá
“La bendición si
cumplierais...”
(Devarim
11:27)
"Fíjate,
que hoy pongo delante de ti la bendición y la maldición.
La bendición si cumplieras los mandamientos que te encomiendo...
y la maldición si no cumplieras los mandamientos...".
Entre la bendición y la maldición existe una
pequeña diferencia en su insinuación, ya que delante de
la bendición se encuentra la conjunción "ET",
mientras que la maldición comienza directamente, a lo que comentaron
Nuestros Sabios sobre el significado de dicha conjunción "ET":
Nos quiere enseñar que la bendición en sí se encuentra
en el cumplimiento de los preceptos y no como resultado de los hechos,
mientras que la maldición es el efecto de no escuchar y cumplir
con los preceptos que el Todopoderoso nos encomienda.
La sensación de todo judío se ve reflejada
por la expresión "OL", yugo, y así escuchamos
en diferentes ocasiones "el yugo de los preceptos", "el
yugo de la Torá" o expresiones como servidumbre etc. Esta
parashá nos enseña cómo debe ser nuestro comportamiento
y relaciones.
El Todopoderoso no necesita de nuestros hechos, como tampoco
disfruta de nuestro servicio; así como un padre desea el buen comportamiento
de su hijo por su bien, así Hashem "espera" nuestro desenvolvimiento
dentro de los parámetros de la Torá para nuestro bien, al
igual que el ingeniero que programa una máquina, "sabe"
sobre la necesidad de cada pieza y el buen funcionamiento de la misma,
pues también Hashem, como razón de todo lo Creado, nos dio
la vida en este mundo con ese manual de uso llamado la Torá. Así
como no es lógico manejar un automóvil sin conocer las normas
de conducción, tampoco es posible pensar que algo tan complejo
como lo es nuestra vida, podamos desenvolverla solamente con la intuición
o la lógica.
Tras enumerarnos una larga lista de obligaciones y prohibiciones
como la sangre, los animales impuros, la idolatria, las costumbres paganas
etc., nos advierte la Torá sobre los seudos profetas, hacedores
de milagros y de maravillas, lectores del futuro, intérpretes de
sueños, que en el momento que contradigan cualquiera de las obligaciones
de la Torá, tendremos que desecharlos ya que la verdad de la Torá
no depende de situaciones ni de tiempos, pues la naturaleza fue creada
sobre la base de la propia Torá y no que la Torá sea un
libro de normas para corregir lo creado.
"Se fijó el Eterno en la Torá e hizo
al hombre". "Hijos sois para el Todopoderoso". "Lo
Titgodedu" es una expresión que nuestros Sabios tradujeron
fuera de su normal explicación como prohibición de arañarse
la cara por señal de luto, sino como: No hagan grupos (Gedud).
La división en grupos va en contra del deseo Divino; doce tribus
formaron el pueblo de Israel pero todos unidos bajo la misma dirección,
no estaba en la diferencia el pecado sino la separación. Dos mil
años de diáspora entre los pueblos hicieron aparecer una
nueva generación de esas doce tribus, cada una con sus costumbres,
con sus tradiciones, hasta con sus leyes, y todo eso no los separaba,
sino estaban unidos pero con ciertas diferencias.
El Pueblo de Israel se destacó en todas sus épocas
por esa unión que los ataba con sus hermanos del otro lado del
mar o del continente, mismo cuando la relación familiar que podían
tener se alejaba mucho mas allá que la del país donde vivía.
"Banim Atem La Hashem - Hijos sois para Hashem".
Shabat Shalom.
Rab Shlomó Wahnón
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