Torá desde Jerusalem
Parashá Shemot - Nombres
Libro Shemot / Éxodo (1:1 a 6:16)
Enfoques
sobre la Parashá
"Descendí para salvarlo... hacia
una tierra buena y amplia, que fluye leche y miel" (Éxodo 3:8)
Mucho
se ha hablado de la tierra que fluye leche y miel, sin embargo todo quien
visite Israel, encontrará falafel en abundancia o naranjas, pero no es la leche
y la miel la característica de esta tierra ni lo fue en otras épocas.
Para
entender este versículo recurriremos a la explicación que nos trae Rabenu
Bejaié (Siglo XIV), en nombre del Rambán.
El dice
que el objetivo de redimir al pueblo de Israel no fue para traerlo simplemente
a una tierra mejor, a una tierra de paz.
Sino que el versículo se refiere al objetivo principal de todos los
milagros que hizo Di-s en Egipto para rescatarnos: entregarnos la Torá.
Y así
explica : "Tierra buena y amplia" quiere decir "Tierra de
Torá", como está escrito, bueno = Torá, "Algo bueno les entregué, Mi
Torá no abandonéis" (Proverbios 4:2). Y también dos veces se califica a la Torá con el adjetivo de
amplia, "son muy amplias tus leyes" (Salmos 119:96), y en otro lugar
"amplia como el mar" (Job 11:9), vemos que Torá = amplia.
A una
tierra que fluye leche y miel, es también "A una tierra que fluye
Torá", como está escrito: "miel y leche bajo tu lengua" (Cantar
de los Cantares 4:11).
Luego el
versículo cita realmente a la tierra como lugar geográfico: "...a la
tierra del canaanita...", que es nuestra herencia, puesto que no debe
habitar el cananeo en la tierra de residencia de la Torá.
Y así
escribieron nuestros Sabios "no hay Torá como la Torá de la Tierra de
Israel ni sabiduría como la sabiduría de esta tierra".
"Y estos son los nombres de los
Hijos de Israel" (Éxodo 1:1)
Aunque la
Torá ya enumeró a los hijos de Yaacob en sus años de vida, sus nombres son
detallados aquí otra vez, después que se fueron de este mundo, para mostrar
cuan preciados eran para Di-s. Una
persona repite algo que es preciado y muy estimado para ella. Los Hijos de Israel están comparados
con las estrellas, que Di-s cuenta y llama por sus nombres cuando salen, y
luego otra vez cuando se van.
Siempre tenemos que recordar que así como somos comparados con las
estrellas, tenemos que emularlas, y así como el propósito de las estrellas es
irradiar luz aún en la esquina más oscura y más distante del universo, así también
es el trabajo del Pueblo Judío irradiar luz espiritual a las esquinas del mundo
más desoladas espiritualmente.
(Basado en
Rashi, Gur Arie y Sefat Emet)
"Y él
(Paró) dijo a su pueblo - ¡Contemplen!
El pueblo, los Hijos de Israel son más numerosos y fuertes que
nosotros..." (Éxodo 1:9-10)
Tres
mil años de antisemitismo recaen sobre nosotros en estos dos versículos. Las palabras aquí "que
nosotros" pueden ser entendidas también como "de nosotros"- en
otras palabras, Paró dijo a los egipcios que los judíos eran "comerciantes
enriquecidos rápido" cuya riqueza venía "de nosotros",
explotando el hambre; y por eso
sus riquezas pertenecían realmente a Egipto. En cada tierra que vivió, el Pueblo Judío ha sido exitoso y
afluente gracias a su trabajo duro e ingenuidad, pero el que odia al judío
frunce el seño y se mofa diciendo "¡Los judíos estan arruinando el
país!" Paró habla a "su
pueblo" - implicando que los judíos, a pesar de estar en Egipto por más de
100 años, son aún mirados como extranjeros, y no realmente como `uno de
nosotros'. Por eso, hay una
amenaza actual y de siempre, una `quinta columna' que puede en cualquier
momento "unirse a nuestros enemigos". El Pueblo Judío no fue un pueblo hasta Sinai; sin embargo,
¡antisemitismo, aparentemente precede el nacimiento de la nación por casi cien
años!
(Basado en
Or HaJaim HaKadosh, Rabbi Y.D.Soleveitchik e Iture Torá)
"Fue en el camino, en el
alojamiento, que Di-s lo encontró y buscó matarlo" (Éxodo 4:24)
En su
apuro por cumplir la Mitzvá de redimir al Pueblo Judío de Egipto, Moshé Rabenu
fracasó en hacer la Mitzvá de Brit Milá a su hijo; por lo tanto, fue
responsable con la pena de muerte.
Así, a través de su inadvertida negligencia de una Mitzvá, la redención
del Pueblo Judío quedó precipitadamente colgada en el balance cósmico. De aquí aprendemos que el preciado
trabajo de traer la redención final del Pueblo Judío es condicional en el
escrupuloso cumplimiento de cada Mitzvá en la Torá, y que todos los planes para
la redención, aun por el verdadero redentor, estan en peligro si se fracasa en
cumplir siquiera una Mitzvá correctamente.
(Maiana shel Torá)
"Y estos
son los nombres de los Bnei Israel que llegaron a Egipto..." (Éxodo
1:1)
Habia una
vez un judío que tenía grandes deseos de hacerse miembro de un cierto club de
golf. El único problema era que el
club no aceptaba judíos. Sin
dejarse amedrentar, fue y se cambió el nombre, y tomó todas las precauciones
posibles para ocultar su condición de judío. Presentó una solicitud de ingreso, pero transcurrida una
semana sufrió una gran desilusión al recibir una respuesta negativa, firme si
bien amable, de parte del club.
"No entiendo qué pasá", le comentó a un amigo, "Mi nuevo
nombre no suena a judío, y en la solicitud , donde decia `Religión' , puse
`gentil' ".
Una de las
razones por las cuales el pueblo judío mereció ser redimido de Egipto fue que
no se cambiaron el nombre. Pero
¿por qué se le dio tanta importancia a ese hecho, al punto de hacerlos acreedores a la redención? El nombre de un objeto es el que define
su esencia. Cuando Adam HaRishón les da nombres a todas las criaturas
vivientes, comprende cuál es el contenido individual de cada criatura y es
capaz de expresarla a través de un nombre.
Asimismo,
más adelante en esta parashá, cuando Hashem le ordena a Moshé que saque al
pueblo judío de Egipto, Moshé Le responde: "Me preguntaran: `¿Cuál es Su
Nombre?'. ¿Qué les debo
responder?" En otras
palabras, si me piden que defina la esencia del Creador, vale decir Su
Nombre, ¿qué respuesta he de
darles? Es evidente que Hashem
está por encima de toda posible definición. El ser humano es incapaz de concebir la idea o el concepto
de la verdadera esencia del Creador.
Lo único que somos capaces de entender es que existe un Creador. Y eso es precisamente lo que Hashem le
responde a Moshé. "Seré lo
que seré". Mi verdadero ser
reside en el hecho de que existo, de que siempre existí y de que siempre
existiré. Esa es Mi esencia. Ese es Mi Nombre.
De allí la
importancia de no haberse cambiado el nombre. Los israelitas no modificaron su esencia. No perdieron su identidad. i siquiera en la oscuridad del exilio
dejaron de sentir que su esencia, su identidad, era judía. En el comienzo mismo del Libro de
Shemot, la Torá nos dice: "Estos son los nombres de Bnei
Israel". Con esos nombres
llegaron, y con esos mismos nombres se fueron": su identidad real
permaneció inalterable.
(Basado en
un La Torá U La Moadim, de Rabi
Shlomo Yosef Zevin)
Shabat Shalom.
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