Capítulo Segundo
Mishná 1
I. Rebi (Rabi Yehuda Hanashi)
dice: ¿Cuál es el sendero recto que debe elegir el hombre? Todo aquel que lo ennoblezca y le haga
ser ennoblecido por la gente. Sé
tan escrupuloso con un mandamiento nimio como con uno importante, pues no
conoces el otorgamiento de recompensa por los mandamientos. Evalúa la pérdida de un mandamiento con
respecto a su recompensa, así como el beneficio de una trasgresión con respecto
a la pérdida que entraña. Y
reflexiona sobre tres realidades y no caerás en trasgresión: sabe lo que hay
arriba de ti, que un ojo te ve y un oído te escucha, y que todos tus actos se
escriben en un libro.
Comentario
Rabi Yehuda Hanashi. Rebi.
Recopilador de las Mishnaiot, presidente del Sanedrín. Cuenta el Talmud que aunque su riqueza
le otorgó el titulo de disfrutar de las dos mesas, la mesa de este mundo y de
la mesa de la Torá, pudo elevar sus manos a los Cielos y afirmar que Hashem era
testigo de no haber disfrutado de este mundo, a lo que nos debemos preguntar ¿qué
defecto existe en disfrutar de lo que poseemos? Cierto es que no existe prohibición de disfrutar de lo que
se consiguió con corrección y encontramos hasta obligación de disfrutar como en
Shabatot y días festivos, pero debemos reconocer que lo material hace “dormir”
a lo espiritual, por lo que la persona tiene que procurar controlar y reducir
en lo máximo sus dependencias de los placeres para poder desarrollarse en los
caminos de la Torá.
Sendero corto que debe elegir el hombre.
Aunque existen caminos largos que son cortos y caminos cortos que son largos,
la persona debe buscar primeramente la sencillez en todos sus aspectos y así
dijeron nuestros Sabios: Tafasta Merubé Lo Yafé Tafasta, Tafasta Muat Yafé
Tafasta, “Si abarcaste mucho no abarcaste bien, si abarcaste poco, abarcaste
bien”. Todos los dichos que nos
recopiló la Mishná en estos perakim están lejos de ser las únicas enseñanzas
que nuestros Sabios pudieron legarnos, cada cual, sin duda alguna, pudo haber
dejado toda una enciclopedia, pero difícilmente hubiéramos nosotros captado con
la profundidad necesaria la importancia de las enseñanzas.
Que lo ennoblezca y le haga ser ennoblecido por la
gente. Ahub La Beriyot Ahub La MACOM, “El apreciado por la
gente es apreciado por Hashem”.
Tob Shem Tob Mishemén Tob, “Es preferido el buen nombre que la buena
dinastía”, así dijo el Rey Shlomó en sus proverbios. El esfuerzo realizado por la persona para la realización de
buenos actos no pueden caer en vano, el aprecio de la gente generalmente no se
equivoca y de la misma forma como un padre disfruta del aprecio que se tienen
sus hijos, Hashem aprecia la relación entre los humanos. “Y haréis lo correcto a los ojos de
Hashem y a los ojos del pueblo”, comparó la Torá la obligación de hacer las
cosas correctas y también bien entendidas.
Sé tan escrupuloso con un mandamiento.
Las Mitzvot fueron dadas para nuestro beneficio, como dijo Rabi Jananiá Ben
Hakasiá: Quiso Hashem darnos meritos, por lo que aumento Torá y
obligaciones... No hay duda que si
supiéramos el beneficio de las Mitzvot no existirían sino entre los tontos y
los pocos inteligentes quienes no cumplieran con la Torá, pero está claro que
en esa verdad no existiría el libre albedrío o, casi no existiría y no tendrían
valor los hechos ya que actuaríamos como forzados por la verdad, tal como le
ocurrió al primer hombre antes del pecado, que al no conocer el mal no tenía
valor su perfecto comportamiento.
Sabe lo que hay arriba de ti, que un ojo te ve y un
oído te escucha, y que todos tus actos se escriben en un libro.
En su inocencia la persona cree que nadie lo ve. Así cuenta el Talmud que cuando pidieron los alumnos de
Rabán Gamliel de su maestro la última bendición antes de su fallecimiento, los
bendijo con las palabras: Sea la voluntad Divina que tengan temor de Hashem
como temen de la gente. Cuando los
alumnos le criticaron por la bendición pues parecía que sospechaba del temor de
ellos a Hashem, les respondió: “Y
Hashem quiere que lleguen a ese nivel, pues ¿qué dice la persona cuando está a
punto de realizar un pecado?: Quiera Hashem que nadie me vea.
Hemos de cerciorarnos de la verdadera realidad de que todo se
graba: Ya dijo el Talmud, que las
paredes de la casa serán los primeros testigos de la persona en su juicio
celestial y hasta la más sencilla conversación será expuesta en la misma. El video con sonido graba nuestra vida
en todo instante y todo lugar, por lo que la persona siempre tiene que ser
conciente de sus hechos.
Rab Shlomó Wahnón
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