Dentro de la congregación, un
grupo de levitas dirigidos por Kóraj y otro de la tribu de Reubén comandados
por Datán, Aviram y On, se levantaron contra Moshé y Aharón. Participaron en la rebelión, doscientos
cincuenta hombres y ambos grupos reclamaban para sí, el liderazgo en reemplazo
de Moshé.
Moshé Dijo a Kóraj y su gente que esperaran un día, hasta la mañana
siguiente, en que el Eterno haría saber quién sería el líder. Moshé indicó cómo se demostraría el
deseo del Todopoderoso.
Hashem ordenó que el Pueblo se alejara de las tiendas de Kóraj, Datán
y Aviram. Entonces Moshé dijo al
Pueblo que si los rebeldes morían de muerte natural, significaría que Moshé no
sería el enviado de Hashem, pero si ellos fueran tragados por la tierra, Moshé
sería confirmado como líder del Pueblo de Israel.
No bien Moshé terminó sus palabras, la tierra se abrió y tragó a los
rebeldes y todos sus bienes. El
resto de la congregación huyó asustada por lo ocurrido.
No obstante al día siguiente los Benei Israel comenzaron a murmurar
sobre Moshé, como responsable de la muerte de Kóraj y sus seguidores. Pero por medio de una plaga fueron
castigados, muriendo catorce mil setecientas personas. Moshé ordenó a Aharón tomar el
incensario y poner en él fuego del altar y transitarlo por la congregación a
modo de expiación por el Pueblo, cesando así la plaga.
Moshé ordenó a cada jefe de tribu que entregaran a Aharón un bastón
por cada tribu y éste debía grabar el nombre de la tribu en esos bastones. El bastón de la tribu de Leví debía
llevar grabado también el nombre de Aharón. Todas las varas debían ser colocadas en el Tabernáculo. Al día siguiente, Moshé entró al
Tabernáculo y vio que solamente el bastón de la tribu de Leví, donde estaba
escrito el nombre de Aharón, había florecido con almendras, lo que indicó que
el Todopoderoso había elegido a Aharón como Cohén Gadol de manera irrefutable. Este bastón fue mantenido frente al
Arca como señal para las futuras generaciones sobre la rebelión contra Aharón.
El Eterno señaló que, dado que los Cohanim y los Leviim no tendrían
tierras cuando entraran a Eretz Israel, ellos serían mantenidos por
contribuciones del Pueblo. Así,
los Cohanim recibirían bicurim (las primicias de los frutos), pidión bejorim
(el rescate de los primogénitos), diversas ofrendas. Los Leviim recibirían el maaser rishón (el diezmo de lo
producido por cada persona).
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