Comienza la parashá, con la orden el Eterno a Moshé, de censar a los
descendientes de Guershon, Merari y Kehat, todos varones de treinta a cincuenta
años, aptos para servir en el ejército.
El censo reveló que la
descendencia de Guershon sumaba dos mil seiscientos treinta varones, la de
Merari tres mil doscientos y los de Kehat dos mil setecientos cincuenta
varones.
Hashem asimismo indicó cuáles
serían las tareas que debían cumplir, como ser los gersonitas debía transportar
las cortinas del Tabernáculo, los velos del atrio, los utensilios para el
servicio en el altar. Por su
parte, los hijos de Merari, debían portar las tablas, travesaños, columnas y
zócalos del Tabernáculo. Los
componentes del Kehat, debían transportar las vasijas más sagradas.
El Todopoderoso indicó a Moshé que ordenara a los
Hijos de Israel que sacaran de los campamentos a todo leproso o impuro. También ordenó ciertas leyes:
1. Si alguien cometiera un pecado contra su prójimo,
confesándolo, debía restituir el valor del daño más un quinto de monto original
y llevar ante el Cohén una ofrenda de culpa como expiación.
2. Si un marido sospechaba que su esposa le era infiel,
debía presentarse ante el Cohén con su querella y entonces el Sumo Sacerdote
tomaba agua santa y la mezclaba con polvo del piso del Santuario. Posteriormente juramentaba a la mujer y
debía beber esa agua, y si era culpable sufría daños con deformidades en su
cuerpo y su juramento, que estaba escrito en un rollo, era borrado en el
agua. En este caso, la mujer debía
morir. Si era inocente, se la
bendecía con maternidad.
3. Todo aquel, hombre o mujer, que prometiera
consagrarse completamente al Todopoderoso por un cierto tiempo, (un nazir),
debía abstenerse de beber vino y bebidas fuertes provenientes de la uva. Debía dejar crecer sus cabellos
ilimitadamente y no tomar contacto con ningún cadáver. Si lo hiciera accidentalmente,
impurificándose de esta manera, debía raparse la cabeza, ofrecer un sacrificio
de expiación, y comenzar nuevamente su tiempo de nazareo. Cuando finalizaba sus días de
consagración, llevaba un sacrificio, se afeitaba la cabeza, y quemaba sus
cabellos en el fuego del sacrificio.
4. Los Cohanim debían bendecir
al Pueblo con una alabanza especial: "ˇEl Señor te bendiga y te
guarde! ˇHaga el Señor
resplandecer Su rostro sobre ti y tenga de ti compasión! ˇAlce el Señor Su rostro sobre ti y te
conceda la paz!”.
El Mishkán fue inaugurado el primero de Nisán,
después del primer año de la salida de Egipto. Los dirigentes de las doce tribus acercaron donaciones de
carros y bueyes para el traslado del Tabernáculo y sus elementos. También acercaron como regalo, platos,
cubiertos y vasos de oro y plata, cada elemento uno por cada tribu, y también
animales para sacrificio.
Moshé escuchó la voz del Eterno, que le hablaba
desde arriba del Arca del Testimonio, entre los dos querubines.
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