Llamamos a este día “Purim”, porque
proviene de la palabra “Pur”: “por todo lo que había sido escrito en esta carta
y por todo lo que vieron y todo lo que les había ocurrido a ellos”. Así concluye la Meguilá de Esther, el
relato histórico de lo que ocurrió, resaltando entre lo que vieron y lo
ocurrido, ya que no todo lo pasó, se vio.
Purim es la celebración por excelencia,
como dijeron nuestros Sabios que el día de Yom Kipur (Día de la Expiación)
recibió ese nombre, por que puede ser comparado con Purim, “Ki-Purim”. En Kipur aceptamos la Hasgajá
(autoridad) Divina con recogimiento por temor al dictamen, en cambio en Purim
aceptamos la Hasgajá (autoridad) Divina con alegría, puesto que Lo encontramos
en los momentos más inesperados y ocultos.
La alegría es la expresión del
esclarecimiento, “No hay alegría como la del esclarecimiento de la duda”, la
tristeza sólo se encuentra dentro de la duda, del “por qué”. ¡Mordejai tenía todos los conceptos
claros!. Hizo un llamado a sus
hermanos a no participar en las fiestas de Ajashverosh, pues el que participa
con el malvado es cómplice de él.
Prohibió reverenciarse delante de Hamán, pues el que se reverencia
aunque lo haga forzado, termina reconociendo. Mordejai tenía los conceptos claros, por lo que no daba lugar
a la duda ni a la tristeza.
Tan claro
tenía Mordejai los conceptos que ni el vino podía perturbarlo, y dijeron
nuestros Sabios: “Entra el vino, sale el secreto”; secretos existen solamente
para los que tienen algo que ocultar, pero el trasparente, el que en su
interior es exactamente como su exterior, el vino solamente lo eleva
corroborando lo que aparentaba. “Hayab
Inish lebeshume bepuria ad de lo Yada”, la persona está obligada a beber en
Purim hasta que no sepa... Inish
es la traducción de Ish y en la Torá es solamente una persona como
Moshé: Ve ha Ish Moshé… ¡Purim no es día para los payasos, Purim es día para
los rectos!
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