El Todopoderoso dijo a Moshé
que ordenara al Pueblo de Israel traer aceite de oliva puro para encender las
luces del candelabro (menorá), que debía estar encendida continuamente en el
Santuario.
Aharón y sus hijos Nadav, Avihú y
Eleazar, nombrados por el Eterno como sacerdotes (Cohanim), tenían a su cargo,
entre otras tareas, el mantener encendida la menorá.
Sus vestimentas eran especiales según las
indicaciones de Hashem. Estas
debían ser confeccionadas por especialistas. Las vestiduras de Aharón el Cohén Gadol (Sumo Sacerdote), se
distinguía sobre las de los demás, como ser que el efod que debía ser de
oro, celeste, púrpura y carmesí, y de lino. Sobre dos piedras de ónix, que se colocaban sobre las
hombreras, debían grabarse los nombre de las doce tribus.
El pectoral tenía doce piedras, entre
ellas rubí, topacio, ágata, zafiro, diamante, y que cada una llevaría grabado
el nombre de una tribu. Se debían
colocar en cuatro hileras de tres piedras cada una.
Aharón fue vestido como indicó el Eterno
y presentado por Moshé y ungido con aceite, y luego el resto de los Cohanim.
Por otra parte, el Todopoderoso señaló
sacrificios que debían ser llevados al Santuario, y que los Cohanim recibirían
en sus manos, para luego tomar las partes del animal sacrificado, como su
carne, su sangre, su sebo, y realizar distintas ceremonias con ellas. Todos estos rituales se repetían
diariamente, los siete días de la semana.
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