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Torá desde Jerusalem
Meguilat Setarim. Rabí Nisim Gaón. El que comete grandes pecados, como quien tiene relaciones con una mujer casada y tiene un hijo de ella, o pecados graves similares que producen fruto, este fruto lo recibe en este mundo, pero el castigo principal le está reservado para el Mundo Venidero. Dice al respecto: "Comerán del fruto de sus propios caminos y se saciarán de sus propios consejos" (Proverbios 1:31). Está dicho: "Los pecados que producen fruto tienen fruto; los que no producen fruto no". Significa que la persona recibe en este mundo el fruto por sus acciones, mientras que el castigo principal le espera en el Mundo Venidero, donde se le impondrá su castigo. Dice el Tosefta en relación a la ley de pea: "La persona recibe su castigo en este mundo y el castigo principal le espera en el Mundo Venidero, por los siguientes pecados: idolatría, relaciones prohibidas y asesinato. Y el chismorreo (lashón hará) equivale a todos estos juntos". El pecador recibe su castigo de inmediato en este mundo, además del que recibirá en el Mundo Venidero. Esta versión tomada de la Escritura fue extraída del Talmud Yerushalmi. Con respecto a la idolatría está escrito: "cortada, será cortada" (Números 15:31), será cortada en este mundo; será cortada en el Mundo Venidero, "esa alma; su pecado está en ella" (ibíd.) cuando no se arrepiente. "Ruégote perdones a este pueblo que cometió
el grave pecado de hacerse dioses de oro" (Éxodo 32:31).
Así vemos que la idolatría es pecado grave. En cuanto a
las relaciones prohibidas, estó escrito: "¿He de hacer
entonces cosa tan mala y pecar contra el Eterno?" (Génesis
39:9). En relación al asesinato está escrito: "Mi pecado es muy
grande para soportarlo" (Génesis 4:13). ¿Qué dice sobre
el chismorreo (lashón hará)?: "Tajará el Eterno todos los
labios aduladores; las lenguas que hablan grandezas" (Salmos 12:4). Lunes Meguilat Setarim. Rabí Nisim Gaón. Cuando veas que un malvado ha sido bendecido por el Eterno con abundancia y bienestar, podría ser que está recibiendo en este mundo su recompensa por algún precepto cumplido, para que así su castigo se le imponga en el Mundo Venidero. "Y da su merecido a quienes Lo aborrecen haciéndolos perecer" (Deuteronomio 7:10). Ónkelos lo interpreta en arameo de esta forma: "Él recompensa en vida por sus buenas acciones a quienes lo odian, para luego destruirlos". Él lo hace tropezar haciéndole pagar en este mundo lo que merece, según sus actos. También está escrito en relación al justo que cometió pocos pecados, que el Omnipotente le proporciona sufrimientos en este mundo para que se purifique de ellos y así en el Mundo Venidero recibirá toda la recompensa por sus buenas acciones, así está escrito en nuestro Talmud y en el Talmud Yerushalmi. A continuación transcribimos la versión del Talmud de Israel
por ser más breve: "Quien tiene más méritos que pecados, expía sus
pecados en este mundo, para recibir toda la recompensa en el futuro; quien
tiene más pecados que méritos, le dan en este mundo su recompensa por
sus pocas buenas obras, para imponerle su castigo en el Mundo Venidero;
quien tiene mayoría de pecados, irá al infierno; mas el que tenga más
méritos, irá al paraíso". Martes Rambam. Leyes de Tumá Tzara'at 16:10. Tzará (lepra) es un término común utilizado para designar cosas distintas. Una mancha blanca en la piel también se llama tzará, como también podría serlo la pérdida de cabello de la cabeza o de la barba, o un cambio en el aspecto de una prenda de vestir o una casa; este último, que la Torá llama tzará, utilizando el nombre común, no forma parte del orden natural del mundo, sino que era una señal para advertir al pueblo judío sobre el chismorreo (lashón hará). Porque quien lo haga verá cambiar las paredes de su casa. Si se arrepiente, éstas se purificarán. Si no se arrepiente de su iniquidad, aun después de ver caer las paredes de su casa, verá como cambian de aspecto todos los muebles con cuero de su casa: la cama, las sillas. Si se arrepiente, se purifican. Si persiste en su iniquidad, aun después de quemados, verá la lepra en su piel, y será apartado divulgándose que permanecerá solo hasta que no deje las habladurías de los insensatos, que son la mofa y el chismorreo (lashón hará). La Torá advierte al respecto, diciendo: "Te cuidarás de la llaga de la lepra" (Deuteronomio 24:8). "Acuérdate de lo que el Eterno, tu Di-s, hizo a Miriam en el camino" (ibíd, 24:9). Expresa lo siguiente: "Acuérdate de lo que aconteció a Miriam, la profetisa", que sólo habló de su hermano, que era menor que ella y a quien ella tuvo en su regazo, y por quien arriesgó su vida para salvarlo de las aguas. Y aunque ella no lo menospreció, pecó al compararlo con otros profetas. Y a él nada le importó esto, como dice: "Y Moshé era muy humilde". No obstante, inmediatamente fue castigada con la lepra. Cuanto y más la gente mala y estúpida que relata historias grandiosas y admirables de los demás. Por lo tanto, es apropiado que la persona que desea ir por el buen camino no se junte ni hable con estos, para evitar ser atrapado en las redes de su maldad y su necedad. Así se juntan los malvados burladores. Al principio hablan muchas tonterías, como está escrito: "y la voz del insensato con la multitud de palabras" (Eclésiastes 5:2). Y llegan a hablar mal de los justos, como está escrito: "Enmudezcan los labios mentirosos, que hablan contra los justos, con soberbia y altanería". Se habitúan a hablar mal de los profetas denigrando sus palabras, como dice: "Pero ellos se burlaron de los mensajeros del Eterno y despreciaron Sus palabras, y trataron despectivamente a sus profetas" (Crónicas II, 36:16). Llegan hasta a hablar contra el Omnipotente, negando Su existencia, como versa: "Y los hijos de Israel imaginaron cosas incorrectas del Eterno su Di-s" (Reyes II, 17:9). Dice: "Pusieron en los cielos su boca y su lengua anduvo en la tierra" (Salmos 73:9). ¿Qué hizo que hablarán contra el Cielo? Su lengua que primero anduvo por la tierra. Tal es la conversación del insensato, que lo hace sentarse en las esquinas de las calles, en los lugares de reunión de los ignorantes y en los bares, con los que se emborrachan. Pero la conversación de la gente recta de Israel
es únicamente sobre palabras de Torá y sabiduría.
Por lo tanto, el Omnipotente, los ayuda y les otorga mérito, como
dice: "Entonces, los que temían al Eterno hablaron entre sí.
Y el Eterno escuchó y oyó. Y se escribió un libro
de memoria ante Él, para los que temían al Eterno y tenían
presente Su Nombre" (Malaquías 3:16). Miércoles Séfer Jaredim 67b. Que todas tus palabras sean para honrar y conciliarte con el Creador, así como también para con Sus criaturas, por temor a Él; a gente pequeña y grande, mala y buena, con un corazón limpio, puro, contrito y paciente. Lleva la carga a cuestas. Imáginate que eres un obrero de los que llevan la carga a cuesta; aún más que ello, como un buey al yugo y como un burro a su carga. Espérala y cuando llegue de repente no será tan pesada, y no te rebeles, porque será algo nuevo para ti. Imáginate cubierto por el manto de Su Luz. Envuélvete en él como un ropaje, para ti y todo Israel, apegándote a Su servicio. Imáginate que tú lo cubres a Él con Su ropaje, y cuídate para que no lo manches con pecados, no sea que quite Su manto de ti y te veas desprotegido de Él. No rasgues tu ropa en tu ira, pues es idolatría. Porque la persona, que es física, no cree en lo abstracto, sólo en lo tangible. Por lo tanto, el Creador se le ha manifestado con dos señales: una en su carne, el pacto sagrado de la circuncisión; y la otra, los tefilín, que le harán tener presente al Omnipotente constantemente. El Shabat, cuando no nos ponemos los tefilín, es en sí una señal. Es conveniente que no falten estas dos señales, como cadenas de amor. Igual que la ira está prohibida, el enojo es como el polvo de la ira. Pues cada pecado conlleva "polvo de pecado". Nuestros Maestros dijeron que el polvo de la usura y del chismorreo, no siendo considerado usura absoluta, están prohibidos. Con respecto a Hillel, el Viejo, nunca se enfurecía ni se enojaba cuando alguien iba a provocarlo. La persona debe tomar con calma todo lo que le sucede, no revelar nunca lo que escucha, y siempre decir alegremente: "Esto, también, es por bien". Las palabras vanas son para el pacto de la lengua como el pecado de desperdiciar semen lo es para el pacto de la circuncisión. Al respecto está escrito: "Han cansado al Omnipotente con sus palabras" (Malaquías 2:17). Nuestros Maestros explicaron que el Omnipotente dijo: "Yo cargo el mundo y no me canso, pero sí estoy cansado de escuchar palabras vanas". ¿Por qué ser arrogante y cansar a nuestro Creador? Por lo tanto, que nadie saque palabras vanas de su boca. Mejor dicho, que sean conversaciones de Torá, adoración, agradecimiento o paz. ¿Es posible que alguien que fuese a perder una flor, rompa un jarrón que vale mil flores por culpa de su ira o enojo? Esto es impensable. Y tú hijo de hombre, sabes que tu alma es el asiento del Omnipotente. Con tu ira o enojo Él se irá. ¿Cómo puedes enojarte por una vida momentánea y perder la vida eterna? Por lo tanto. como Hillel, toma todo lo que te sobrevenga con alegría, y no abandones a tu Rey. Que esto te sirva de consuelo: Que te apegarás a Él y hará
brillar Su pacto sobre ti, y tú te contentarás con Él. Jueves Séfer Jaredim 70a. El inicuo que ha cometido abominación al Eterno y merece pena de muerte, que no se queje por su pobreza y sus sufrimientos, sino más bien que los soporte en silencio viéndolos como un acto de gran bondad. Este concepto está expresado en el versículo: "Porque Tu merced es grande sobre mí, y libraste mi alma de la fosa profunda" (Salmos 86:13). El Tikun Zóhar dice: "Además, hijo de hombre, la pobreza sustituye la lepra". Y tus pecados son castigados con la lepra. Por lo tanto, sobrelleva tus sufrimientos. Además, puesto que te portaste peor que un buey o un asno, como dice: "El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su amo" (Isaías 1:3) y tú, no buscas más grandeza y bien que ellos. Así que al igual que ellos, soporta el yugo y la carga sin rebelarte. Callarás cuando alguien te insulte, te golpee o te robe inmerecidamente. Que ningún hombre te atemorice, porque son humanos. Y no pienses que puedes sentarte y callar. Pues nada existe verdaderamente, solamente el Omnipotente, y a Él deberás temer. Todos los seres humanos son como animales ante Él.
Y ante Él sentirás verguenza y terror. ¿No lo ves cuando
pides algo a otra persona que está disgustada contigo aunque tu
no le hayas hecho ningún daño? Cuanto más es verdad esto
cuando haces tantas preguntas sobre el Omnipotente, mientras te rebelas
contra Él. Viernes Séfer Jaredí. Página 70. Las transgresiones ante el Eterno deben ser reparadas ojo por ojo antes de que sea castigado ojo por ojo. Nuestros Maestros dijeron: "Aquél que tiene muchos pecados que cumpla muchos preceptos". Aunque está escrito: "Y Él no admite sobornos" (Deuteronomio 10:17) lo cual, dijeron que significa el soborno de un precepto, aquí nos referimos a lo que debemos hacer después del arrepentimiento, y los preceptos son exactamente lo opuesto a las transgresiones. Quien quiera hallar gracia ante los ojos del Eterno, que no se enoje. Como dice: "Pero Nóaj halló gracia a los ojos del Eterno" (Génesis 6:8). Sin embargo, no dice por qué la explicación es el significado de su nombre: El Midrash HaNeelam dice: "Era suave en su hablar, en sus obras y en su comportamiento". Por eso halló gracia. (jen y Nóaj, es la misma palabra con las letras invertidas). Por lo tanto, comienza la bendición del Shemoné Ezré: "Tú agracias - Atá jonén", basado en la idea de "Honra al Eterno con tu substancia" (Proverbios 3:9). Es decir, usa la inteligencia que Te ha brindado para orar con concentración. La idea principal del versículo: "Conoce al Di-s de tu padre y sírvele" (Crónicas I, 28:9) es que la plegaria es el Servicio; conócelo al orar. Una manera de honrar al padre y a la madre es no insultarlos, como se hace en el mundo actual. El alma en el cuerpo es como una isla en un mar tormentoso. La persona se para sobre ésta y allí se planta un árbol de vida. Si es sabio, se fortalecerá y se aferrará al árbol, porque un día las olas del mar batirán fuertemente la tierra y lo destruirán. Si no está fuertemente aferrado al árbol, las olas lo arrastrarán. Así está escrito acerca de la Torá: "Es un árbol de vida para los que se aferran a ella, y feliz es quien se aferra fuertemente a ella". (Proverbios 3:18). Y está escrito: "Por esto orará a Ti todo devoto, en la hora de hallar Tu gracia" (Salmos 32:6). Esto se refiere a la muerte, como dice: "Hallar la muerte" (ibíd 68:21) como lo explica el Tratado Berajot. Y el versículo continúa: "... en la inundación de las muchas aguas no llegarán a él" (ibíd. 32:6) "él" significa, el alma. "Tú eres mi amparo ..." (ibíd. 32:7). Volver a Torá desde Jerusalem |
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