“... Por lo que nos diste la vida y nos mantuviste llegando
a este momento...”
Una era muy especial se abre ante nosotros, junto con el
gran desarrollo y la Hi-Tec nuestros jóvenes descubren un nuevo interés, ya no
son las discotecas ni las playas, los automóviles de carrera los que atraen,
sino una sed insaciable por el conocer sus raíces, como dijo el profeta:
“Y vendrán los días que
no estaréis hambrientos de pan ni sedientos de agua, sino de Sus palabras”.
Los años de penumbras y desgracias quedaron
atrás, pero consiguieron debilitar a los débiles. Como un huracán que arrasa la juventud con su ímpetu, quiere
saber el por qué de las cosas, no más tabú, ni costumbres oscuras, no más supersticiones
ni hechizos, sino respuestas inteligentes a preguntas comprometedoras.
Ante ese huracán juvenil nos encontramos
los padres boquiabiertos, viendo como ese viento no destruye, sino reconstruye
la casa judía que había sido abandonada por los acontecimientos cumpliendo las
palabras del profeta:
“Y he aquí os envío al
profeta Eliahu antes del Gran Día y devolverá la tradición paterna a los hijos
y el ímpetu de los hijos en sus padres...”.
Quiera el Todopoderoso bendecirnos y encaminarnos por la
mejor senda para servirle con alegría y acercar a todos Sus hijos y darnos el
mérito de presenciar la Gueulá Shelemá, pronto y en nuestros días. Amén
Rab. Shlomó Wahnón
Rosh Yeshivá
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