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Torá desde Jerusalem
Tzedá laDérej, 207b Confianza significa confiar plenamente en el Eterno. Beneficia a la persona en el estudio de la Torá y en sus asuntos terrenales, es alivio para el alma y alegría para el cuerpo.Deberá cuidarse de no confiar en más nadie que en el Eterno, porque Él quitará Su providencia y lo entregará al azar. Pero quien confía en Él, Bendito Sea, no temerá a nada ni se preocupará de nada que no sea Su palabra. No servirá a nadie más que a Él. No deseará ni esperará nada de nadie, excepto de Él. Quien confía totalmente en el Eterno, le llevará su seguridad a evacuar de su corazón las vanidades y las vicisitudes del mundo, y orientará su corazón en la Torá y en su servicio al Eterno. Lunes Séfer Hajaredim, 67b Alguien que se dispone a hospedar al rey
en su casa, ¡cuánto se ha de esmerar para limpiarla y adecentarla!. Así aparece en el Zóhar: “Este es
el significado del versículo «Que tu pie pise poco la casa de tu prójimo» (Proverbios 25:17). “Tu pie”, se refiere al impulso del mal que anda rondando por la tierra, o sea, espiando al hombre que es terrenal, tramando apresarlo. “Tu prójimo”, es el Santo, Bendito Sea, como versa: “No abandone a tu amigo ni al amigo de tu padre” (ibíd. 27:10). Por lo tanto, tampoco tú Lo abandones. Frena y mantén alejado el pie del enemigo que te acecha y desea para sí tu alma. Y “la casa de tu prójimo”, se refiere a tu corazón y tu alma. Martes Séfer Hajaredim, 66b Al igual como la persona debe esforzarse por fijar su residencia en Eretz-Israel, también, y con mayor razón, debe esforzarse en pasar la mayor parte del día y de la noche en la sinagoga y en la Sala de Estudios. Quien así lo haga encontrará
tranquilidad, paz y alegría. Como dijeron nuestros Sabios: Las Sinagogas y las Casas de Estudio son el paraíso para los justos y una prisión para los inicuos. El hijo tiene el deber de servir a sus progenitores comidas deliciosas para que disfruten. Más aún para nuestro Padre Celestial; debemos fijarnos en la Torá que nos enseñó, y cumplir con cariño todo lo que quiere y desea. Enderecemos nuestras cinturas para hacer esto y sentiremos paz en nuestras almas y una inmensa felicidad. Igual debe suceder con el mandamiento de dar caridad o cualquier otro precepto, que se cumpla con mucha alegría, mayor que la pueda sentir en el Gan-Edén. ¿Para qué tenemos tiempo sino para hacer Su voluntad? Similarmente, al comenzar la semana, como dice la Havdalá: “Permite que los próximos días de la semana vengan con paz y libres de todo pecado y de toda trasgresión...”. Miércoles Séfer Hajaredim, 67a Aunque la persona debe apresurarse para sacar de sus entrañas una simiente para servir a su amo, más aún debe esforzarse en ser él un retoño fiel, agradable a ojos del Eterno a través de sus buenos actos. Sólo entonces querrá el dueño del jardín sacar otros retoños como él y que salgan de él. Al respecto dijeron: La mayor herencia de los justos son sus buenas acciones. Si, Di-s no lo quiera, hubiese destruido semen de sus partes pudendas, que no siga destruyendoa Israel a través de la lengua con maldiciones, Di-s no lo permita. Por tanto, haz despertar a tu alma con gran empeño hasta conseguir volver en Teshuvá e intenta, con todas tus ganas, que tu pueblo siga tu misma suerte. Así dice el profeta: “Retorna Israel” (Oseas 14:2), en singular, y seguidamente: “Tomen palabras con ustedes y Quizás sea este el sentido de este versículo: “Enseñaré Tus caminos a los pecadores y ellos retornarán hacia Ti” (Salmos 51:15) Incluye en sus méritos a todos los demás. Jueves Séfer Hajaredim, 67b Puesto que la luz del rostro del Rey Viviente descansa sobre tu cabeza, guarda silencio por temor a Él. Siente vergüenza siempre ante Él, en
pensamiento, palabra y hechos.
Saldrás, entrarás, te acostarás, dormirás y te despertarás de acuerdo a Su voluntad. Conduce todos tus actos en Nombre del Eterno. Considera todas las ocupaciones mundanas como si estuvieses palpando arena y cuando halles una perla, tómala; así se cumple la Voluntad del Eterno. Así se expresó el poeta: ¿Para qué... tengo tiempo si no para hacer Tu voluntad? ¿Si Tú no eres mi parte, entonces qué? Que no consideren tus ojos el honor o el deshonor, la riqueza o la pobreza, algo importante. El pesar por haber perdido mil monedas anula el pesar de perder un trozo pequeño de plata. Cuanto más, el pesar por no haber cumplido con el Servicio Divino anula el pesar por la pérdida de dinero u otro sufrimiento. El esfuerzo que uno emplea para servir al Eterno es conceptuado como los sufrimientos que Di-s envía a las personas que ama. Quien mucho se preocupa por su dinero y por su honor, demuestra más amor por estos que por el Eterno, Di-s no lo permita. Por lo tanto, avergüénzate y retrocede, aíslate y llora ante tu Di-s, cuando veas que te has enfurecido o disgustado por asuntos de dinero o el menosprecio de tu honor. Viernes Séfer Hajaredim, 67b Está escrito: "Hacia Tí alcé mis ojos" (Salmos 123:1), y dice: "A Tí, Oh Eterno, elevo mi alma" (ibíd. 25:1). Y está escrito: "Elevemos nuestros corazones junto con las manos" (Lamentaciones 3:41). La ganancia del dinero se la atribuye a las manos, tal como está dicho: "Cuando del trabajo de tis manos comieres" (Salmo 128:2).Por lo tanto, hijo de hombre, extiende tus manos al Eterno, mientras tus ojos miran hacia Él, y tu alma, tu corazó, y tus bienes deposita en tus manos, como quien ofrece un presente a su Rey. ¿Haz visto alguna vez un hijo tan malvado, que mientras su padre lo lleva sobre sus hombros, al cruzarse con otras personas les pregunta habéis visto a mi padre? He aquí que el Creador de Todo el Universo soporta el mundo. Y tú, hijo de hombre ¿qué relació tienes con el mundo? No te asombres cuando veas que nadie podrá beneficiarte ni perjudicarte, sólo dependes de la Voluntad de tu Creador, el que te lleva a cuestas. Recuérdalo, nunca lo apartes de tus pensamientos. Principalmente, la Presencia Divina mora en los corazones de los hijos de Israel, como está dicho: "Y Yo moraré en medio de ellos" (Éxodo 25:8). De igual manera, Rabí Shimón Bar Yojai explicó en el versículo: "Pues el Eterno tu Di-s camina dentro de tu campamento" (Deuteronomio 23:15). "Dentro", se refiere al corazón, que se encuentra en el centro de "tu campamento", esto es, los doscientos cuarenta y ocho órganos de tu cuerpo. El versículo finaliza: "...que no se vea en ti nada indecente para que Él no se aleje"(ibíd.). Por lo tanto, cuando la persona no consagra sus órganos, incluso en las cosas que les son permitidas, en pensamientos, palabras y hechos, eventualmente está destruyendo el Santuario de su corazón. Y pobre de aquel que destruye diariamente el Santuario del Rey. Volver a Torá desde Jerusalem |
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