Capítulo Cuarto

I. Ben Zoma dice: ¿Quién es sabio? Quien aprende de todo ser humano. Pues fue dicho: "De todos mis maestros me esclarecí" (Salmos 119:99). ¿Quién es fuerte? Quien domina sus impulsos. Pues fue dicho: "Mejor es el paciente que el fuerte, y quien reina sobre su espíritu que quien conquista una ciudad" (Proverbios 16:32). ¿Quién es rico? Quien se alegra en su porción. Pues fue dicho: "Si el fruto de tus manos comes, feliz eres y te irá bien" en el Mundo venidero. ¿Quién es honrado? Quien honra a las creaturas. Pues fue dicho: "A quien Me honra honraré, y quienes Me desprecian se envilecerán" (Shmuel I 2:30).

II. Ben Azai dice: Sé tan presto para mandamiento leve como para uno y huye de la transgresión, pues un mandamiento lleva a otro mandamiento, y una transgresión lleva a otra transgresión; pues la recompensa de un mandamiento es otro mandamiento y la retribución por una transgresión es otra transgresión.

III. Él solía decir: No menosprecies a ningún hombre, y no desdeñes ninguna cosa, pues no hay hombre a quien no le llegue su hora, y no hay cosa que no tenga su lugar.

IV. Rabí Levitas, varón de Yavné, dice: Sé de espíritu modesto en extremo, pues el porvenir del hombre es la putrefacción.

Rabí Yojanán ben Beroka dice: Todo aquel que profana el Nombre del Cielo en privado es retribuido en público. Y no ha diferencia entre falta involuntaria o premeditada con respecto a la profanación del Nombre del Cielo.

V. Rabí Ishmael, hijo de Rabí Yosi, dice: A quien aprende en aras de enseñar le es otorgado el aprender y el enseñar, y a quien aprende en aras de hacer se le otorga el aprender, el enseñar, el salvaguardar y el hacer.

Rabí Tzadok dice: No te separes de la comunidad y no te erijas en asistente de los jueces. Y no hagas de ellas corona para engrandecerte con ellas, ni azadón para cavar con ellas. Y asimismo, Hilel solía decir: Quien se sirve de la corona para su propio beneficio desaparecerá. De aquí aprendes que todo aquel que deriva un beneficio indebido de las palabras de la Torá expulsa su vida del mundo.

VI. Rabí Yosi dice: Todo aquel que honra a la Torá, él mismo será honrado por las creaturas. Y todo aquel que deshonra la Torá, él mismo será deshonrado por las creaturas.

VII. Rabí Ishmael, su hijo, dice: quien se guarda de emitir veredictos se desembaraza de enemistad, robo y juramentos en vano; mas quien en soberbia de corazón emite dictámenes sobre la Ley es insensato, malvado y de espíritu arrogante.

VIII. Él solía decir: No juzgues sólo por ti mismo, pues no juzga por sí mismo sino Uno; y no digas: "Acepten mi parecer", pues a ellos les es lícito y no a ti.

IX. Rabí Yonatán dice: Todo aquel que cumple la Torá en la pobreza terminará por cumplirla en la riqueza; y todo aquel que descuida la Torá por riqueza terminará por descuidarla por pobreza.

X. Rabí Meir dice: Disminuye los negocios y ocúpate de la Torá, y sé de espíritu modesto frente a todo ser humano; y si descuidaste la Torá hay delante de ti un sinnúmero de ociosos; y si te ocupaste de la Torá, Él tiene abundante recompensa para otorgarte.

XI. Rabí Eliézer ben Yaacob dice: Quien hace un mandamiento adquiere un defensor y quien comete una trasgresión adquiere un acusador. El retorno al Eterno y las buenas obras son como escudo frente a la retribución divina.

Rabí Yojanán haSandlar dice: Toda reunión que es en nombre del Cielo terminará por perdurar, y toda aquella que no es en nombre del Cielo no terminará por perdurar.

XII. Rabí Elázar ben Shamúa dice: Que el honor de tu discípulo sea tan preciado a ti como el tuyo propio, y el honor a tu compañero como el temor a tu Rab, y el temor a tu Rab como el temor al Cielo.

XIII. Rabí Yehudá dice: Sé escrupuloso en el estudio, pues una falta involuntaria en el estudio es considerada como premeditada.

Rabí Shimón dice: Hay tres coronas; la corona de la Torá, la corona del sacerdocio y la corona de la realeza. Mas la corona de un buen nombre es superior a todas ellas.

XIV. Rabí Nehorai dice: Exílate a un lugar de Torá y no digas que ella irá tras de ti, y que tus compañeros de estudio la harán perdurar en ti; y no confíes demasiado en tu raciocinio.

XV. Rabí Yanai dice: No está en nuestras manos ni el bienestar de los malvados ni tampoco los sufrimientos de los justos.

Rabí Matia ben Jarash dice: Precede en el saludo a todo hombre, sé rabo de leones y no seas cabeza de zorros.

XVI. Rabí Yaacob dice: Este mundo es como un vestíbulo en relación con el Mundo Venidero; prepárate en el vestíbulo para que entres al salón del banquete.

XVII. Él solía decir: Más bella es una hora de retorno al Eterno y buenas obras en este mundo que toda la vida del Mundo Venidero; y más bella es una hora de paz de espíritu en el Mundo Venidero que toda la vida de este mundo.

XVIII. Rabí Shimón ben Elázar dice: No apacigües a tu compañero en la hora de su ira, no lo consueles en la hora en que su difunto yace frente a él, no lo cuestiones en la hora en que hace un voto, y no te esfuerces en verlo en la hora de su ruina.

XIX. Shmuel haKatán dice: "De la caída de tu enemigo no te regocijes, y cuando tropiece no se alegre tu corazón; no sea que el Eterno vea y sea malo a Sus ojos, y desvíe de él Su ira" (Proverbios 24:17).

XX. Elishá ben Abuyá dice: Quien aprende de joven, ¿a qué se asemeja? A tinta escrita en pergamino nuevo. Y quien aprende de viejo, ¿a qué se asemeja? A tinta escrita en pergamino gastado.

Rabí Yosi bar Yehudá, varón de Quefar haBablí, dice: Quien aprende de los jóvenes, ¿a qué se asemeja? A quien come uvas acerbas y bebe vino del lagar. Y quien aprende de los viejos, ¿a qué se asemeja? A quien come uvas maduras y bebe vino añejo.

Rebi dice: No te fijes en la vasija sino en su contenido; has vasijas nuevas llenas de añejo, y viejas que ni siquiera nuevo hay en ellas.

XXI. Rabí Elázar haCafar dice: la envidia, la voracidad y el honor destierran al hombre del mundo.

XXII: Él solía decir: los que nacen, a morir, los muertos a resucitar y los vivos a ser juzgados; para que sepan, den a conocer y sean conscientes de que Él es Di-s, Él es el Forjador, Él es el Creador, Él es quien comprende, Él es el Juez, Él es el Testigo, Él es el Litigante, Él es quien juzgará en el futuro: el Santo, Bendito Sea. Pues no hay en Su presencia ni iniquidad ni olvido, ni favoritismo ni soborno, pues todo es de Él. Y sabe que todo es según la cuenta. Y no te dejes llevar por tu imaginación a pensar que el Sheol (la ultratumba) será un escape para ti. Pues contra tu voluntad fuiste formado, contra tu voluntad naciste, contra tu voluntad estás vivo, contra tu voluntad morirás y contra tu voluntad en tiempo venidero serás juzgado y otorgarás cuentas frente al Soberano de todos los Emperadores, el Santo Bendito Sea.

Volver a Torá desde Jerusalem