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Pirke Avot
Capítulo Sexto

Enseñaron los Sabios en el lenguaje de la Mishná.
Bendito Sea Quien los eligió a ellos y a su estudio.

I. Rabí Meir dice: Todo aquel que se ocupa de la Torá por la Torá misma se hace merecedor de muchas cosas. Y no sólo ello, sino que el universo entero justifica su existencia en aras de él. Es llamado amigo, amado, que ama el Omnipresente, ama a las creaturas, que alegra al Omnipresente, alegra a las creaturas, es revestido de humildad y de reverencia, es legitimado para ser justo, piadoso, recto y fiel, es alejado del pecado y es acercado al mérito, es posible recabar de él consejo, criterio, intuición y fortaleza, pues fue dicho: "Mío es el consejo y el criterio, intuición soy, mía es la fortaleza" (Proverbios 8:14), le es otorgado el reinado, el dominio y el escrutinio de la Ley, le son revelados secretos de la Torá, se hace como manantial que fluye sin cesar y como río que no amengua su curso, tiene recato y paciencia, perdona las ofensas y es engrandecido y elevado sobre toda la Creación.

II. Rabí Yehoshúa ben Leví dice: Todos los días sale una voz del Monte Jórev, que se lamenta y exclama: "!Ay de las creaturas por la humillación de la Torá!". Pues todo aquel que no se ocupa de la Torá es llamado reprendido. Pues fue dicho: "Argolla de oro en hocico de cerdo, la mujer bella y carente de juicio" (Proverbios 11:22). Y asimismo se dice: "Y las tablas eran obra de Di-s, y la escritura era escritura de Di-s, grabada sobre las tablas" (Éxodo 32:16); no leas "grabada" [jarut] sino "en libertad" [jerut], pues no hay hombre libre sino quien se ocupa del estudio de la Torá. Y todo aquel que se ocupa siempre del estudio de la Torá es elevado. Pues fue dicho: "Y de Mataná a Najaliel, y de Najaliel a Bamot" (Números 21:19).

III. Quien aprende de su compañero un capítulo, una ley, un versículo, un enunciado o incluso una letra necesita conducirse hacia él con honor. Pues tal encontramos en David, Rey de Israel, quien no aprendió de Ajitofel sino sólo dos cosas y lo llamó su maestro, su superior y su conocido. Pues fue dicho: "Y tú eres hombre de mi rango, mi superior y conocido mío" (Salmos 55:14). ¿Y no son acaso estas ideas susceptibles de ser inferidas? Si David, Rey de Israel, que no aprendió de Ajitofel sino sólo dos cosas lo llamó su maestro, su superior y su conocido, quien aprende de su compañero un capítulo, una ley, un versículo, una expresión o incluso una letra, con mas razón necesita conducirse hacia él con honor. Y no hay otro honor sino la Torá. Pues fue dicho: "Los sabios heredarán honor" (Proverbios 3:35); y asimismo: "Los sabios heredarán bien" (Proverbios 28:10). Y no hay otro bien sino la Torá misma. Pues fue dicho: "Pues una buena enseñanza les di; no desprecien Mi Torá" (Proverbios 4:2).

IV. Este es el camino de la Torá: Pan con sal comerás, agua con mesura beberás, sobre la tierra dormirás, vida de privación vivirás y en la Torá te esforzarás. Y si así haces, "feliz eres y te irá bien" (Salmos 128:2); feliz eres en este mundo y te irá bien en el Mundo Venidero.

V. No busques para ti la grandeza y no codicies el honor; haz más de lo que has estudiado y no desees la mesa de los reyes, pues tu mesa es más grande que la de ellos y tu corona más grande que la de ellos. Y fiel es el Amo de tu obra, que te pagará recompensa por tu labor.

VI. La Torá es más grande que el sacerdocio y que el reinado. Pues el reinado se adquiere a través de treinta virtudes y el sacerdocio a través de veinticuatro; mas la Torá se adquiere a través de cuarenta y ocho cosas. Y éstas son: El estudio, la atención del oído, la articulación de los labios, la intuición del corazón, la reflexión del corazón, el miedo, la reverencia, la humildad, la alegría, la pureza, el servicio a los sabios, la selección de los compañeros, la dialéctica de los discípulos, el asentamiento, la Escritura, la Mishná, la moderación en los negocios, la moderación en el arte mundano, la moderación en los placeres, la moderación en el sueño, la moderación en la conversación, la moderación en la risa, la paciencia, el buen corazón, la fe de sabios, la aceptación de las contrariedades, quien conoce su lugar, quien se alegra en su porción, quien hace valla que salvaguarde sus palabras, quien no se atribuye sus logros a sí mismo, quien es amado, quien ama al Omnipresente, quien ama las creaturas, quien ama las caridades, quien ama las reprimendas, quien ama las correcciones, quien se aleja del honor, quien no ensoberbece su corazón por su estudio, quien no se complace en emitir dictámenes, quien porta el yugo de su compañero, y quien se esfuerza en hallarle mérito, lo sostiene en la verdad y lo sostiene en la paz, quien sosiega su corazón con su estudio, quien pregunta y responde, quien escucha y añade, quien estudia en aras de enseñar, quien estudia en aras de hacer, quien hace más sabio a su Rav, quien enseña sin tergiversación la enseñanza que escuchó, quien profiere una enseñanza en nombre de quien la enunció. Así, pues, aprendes que todo aquel que profiere una enseñanza en nombre de quien la enunció trae redención al mundo. Pues fue dicho: "Y dijo Ester al rey en nombre de Mordejai" (Ester 2:22).

VII. Grande es la Torá, que da vida a quienes la hacen en este mundo y en Mundo Venidero. Pues fue dicho: "Pues vida son para quienes las encuentran, y para toda su carne son cura" (Proverbios 4:22). Y asimismo se dice: "Curación es para tu ombligo y remedio para tus huesos" (Proverbios 3:8). Y asimismo se dice: "Árbol de vida es para quienes se aferran a ella, y quienes la sostienen son felices" (Proverbios 3:18). Y asimismo se dice: "Porque aureola de gracia son para tu cabeza, y collares para tu garganta" (Proverbios 1:9). Y asimismo se dice: "Dará a tu cabeza una aureola de gracia: una corona de esplendor te escudará" (Proverbios 4:9). Y asimismo se dice: "Pues en mí se incrementarán tus días, y te serán aumentados años de vida" (Proverbios 9:11). Y asimismo se dice: "Largueza de días a su diestra, y a su siniestra riqueza y honor". Y asimismo se dice: "Pues largueza de días y años de vida y paz te serán aumentados" (Proverbios 3:2).

VIII. Rabí Shimón ben Menasia, en nombre de Rabí Shimón bar Yojai, dice: La belleza, la fuerza, la riqueza, el honor, la sabiduría, la vejez, la ancianidad y los hijos son idóneos para los justos e idóneos para el mundo. Pues fue dicho: "Corona de esplendor es la ancianidad; a través de la caridad la encontrarás" (Proverbios 16:31). Y asimismo se dice: "La corona de los viejos son los nietos, y el esplendor de los hijos sus padres" (Proverbios 17:6). Y asimismo se dice: "El esplendor de los jóvenes es su fuerza, y el lustre de los viejos es la ancianidad" (Proverbios 20:29). Y asimismo, se dice: "Palidecerá la luna y se avergonzará el sol, porque reinó el Eterno de las Huestes en el monte de Tzión y en Yerushalaim, y en presencia de Sus ancianos hay honor" (Isaías 24:23).
Rabí Shimón ben Menasia dice: Estas son las siete virtudes que enumeraron los Sabios para los justos, y todas se realizaron en Rebi y en sus hijos.

IX. Dijo Rabí Yosi ben Kisma: Cierta vez marchaba yo por el camino y se encontró conmigo un hombre, y me dio la paz, y le regresé la paz. Me dijo: "Rabí, ¿de dónde eres?". Le dije: "De una ciudad grande en sabios y escribas soy". Me dijo "Rabí, que sea tu voluntad que mores con nosotros en nuestro lugar, y yo te daré mil millares de dinares de oro, piedras preciosas y perlas". Le dije: "Aún si me dieses toda la plata y el oro, las piedras preciosas y las perlas del mundo, no moraría sino en un lugar de Torá". Pues así hallamos en el libro de Salmos de David, Rey de Israel: "Mejor es para mí la Torá de Tu boca que miles en oro y plata" (Salmos 119:72). Y no sólo ello, sino que a la hora del licenciamiento del hombre del mundo no lo acompañan ni la plata, ni el oro, ni las piedras preciosas, ni las perlas, sino la Torá y las buenas obras. Pues fue dicho: "En tu caminar te guiará, en tu yacer te guardará y en tu despertar ella conversará contigo" (Proverbios 6:22). "En tu caminar" te guiará; en este mundo. "En tu yacer" te guardará; en la tumba. "Y en tu despertar ella conversará con tigo", para el Mundo Venidero. Y asimismo se dice: "Mía es la plata y Mío es el oro, enunció el Eterno de las Huestes" (Jagai 2:8).

X. Cinco posesiones adquirió el Santo, Bendito Sea, en Su mundo. Y ellas son: La Torá es una posesión, los Cielos y la tierra son una posesión, Abraham es una posesión, Israel es una posesión, el Templo es una posesión. ¿De dónde se deriva sobre la Torá? De que está escrito: "El Eterno me poseyó como principio de Su camino, anterior a Sus obras desde entonces" (Proverbios 8:22). ¿De dónde se deriva sobre los Cielos y la tierra? De que está escrito: "Así habló el Eterno: los Cielos son Mi trono y la tierra el estrado de Mis pies; ¿qué casa me construirán y qué lugar sería Mi reposo?" (Isaías 66:1). Y asimismo se dice: "¡Cuán abundantes son Tus obras, oh Eterno! Todas con sabiduría las hiciste. Llena está la tierra de Tus posesiones" (Salmos 104:24). ¿De dónde se deriva que Abraham es una posesión? De que está escrito: "Y lo bendijo y dijo: Bendito sea Abram del Di-s Altísimo, poseedor de los Cielos y la tierra" (Génesis 14:19). ¿De dónde se deriva sobre Israel? De que está escrito: "Hasta que Tu pueblo pase, oh Eterno, hasta que pase este pueblo que adquiriste" (Éxodo 15:16). Y asimismo se dice: "Hacia los santos que están en la tierra, ellos y Mis poderosos; todo Mi deseo está en ellos" (Salmos 16:3). ¿De que está escrito: "El Santuario, oh Eterno, que establecieron Tus manos" (Éxodo 15:17). Y asimismo se dice: "Y los condujo al lindero de Su santidad; esta montaña que adquirió Su diestra" (Isaías 43:7).

XI. Todo lo que creó el Santo, Bendito Sea, en Su mundo no lo creó sino en aras de Su honor. Pues fue dicho: "Todo ha sido convocado en Mi nombre, y por Mi honor lo creé, lo formé y asimismo lo hice" (Isaías 43:7). Y asimismo se dice: "El Eterno reinará eternamente, por siempre" (Éxodo 15:18).

Rabí Jananiá ben Akashia dice: El Santo, Bendito Sea, quiso ennoblecer a Israel; en consecuencia incrementó para ellos la Torá y los mandamientos. Pues fue dicho: "El Eterno deseó, en aras de su rectitud, engrandecer la Torá y fortalecerla" (Isaías 42:21).

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